¿Quieres prevenir la diabetes? Come más fibra

El estudio publicado en Diabetologia, la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, indica que la fibra de los cereales sería la que más fuerte efecto protector tendría contra la diabetes tipo 2, en comparación con la fibra vegetal y la fibra de la fruta.

Para llegar a dicha conclusión, los investigadores evaluaron la cantidad de fibra total (fibra de cereales, frutas y fuentes vegetales) en la alimentación, así como el desarrollo de diabetes tipo 2, de acuerdo con los datos del estudio EPIC-InterAct (una cohorte de más de 340,000 personas de 10 países europeos diseñados para investigar la relación entre la dieta, el estilo de vida, medio ambiente, y varias enfermedades crónicas). También realizaron un meta-análisis en el que combinaron datos del EPIC-InterAct con los de otros 18 trabajos independientes de todo el mundo.

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Se dividieron a los participantes en cuatro grupos de igual tamaño de menor a mayor consumo de fibra y se evaluó el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 durante un promedio de 11 años de seguimiento. Los resultados mostraron que una mayor ingesta total de fibra (más de 26 g/día) está asociada con un 18% menos de riesgo de desarrollar diabetes, en comparación con un consumo de fibra total más pobre (menos de 19 g/día).

Cuando se ajustaron los resultados por índice de masa corporal (IMC) como marcador de la obesidad, se detectó que una mayor ingesta total de fibra ya no estaba asocia con un menor riesgo de desarrollar diabetes, lo que sugiere que los beneficios del consumo de fibra pueden estar determinados, por lo menos en parte, por el IMC.

Los cereales representaron el 38% de la ingesta total de fibra y fueron la principal fuente en todos los países que participan en el estudio, con la excepción de Francia, donde las verduras eran la fuente principal.

En el meta-análisis, los científicos agruparon los datos del EPIC-InterAct con los de otros 18 estudios independientes (ocho en Estados Unidos, cuatro en Europa, tres en Australia y tres en Asia) y hallaron que el riesgo de diabetes se redujo en un 9% por cada aumento de 10 g/día en la ingesta total de fibra y en un 25% por cada aumento de 10 g/día de fibra de cereales.

"En conjunto, nuestros resultados indican que los individuos con dietas ricas en fibra, especialmente fibra de cereales, pueden estar en menor riesgo de diabetes tipo 2. No estamos seguros de por qué puede ser, pero entre los posibles mecanismos se podrían incluir sentirse físicamente lleno durante más tiempo, la liberación prolongada de señales hormonales, la ralentización de la absorción de nutrientes o la fermentación alterada en el intestino grueso", explicó Dagfinn Aune, uno de los investigadores.

A su juicio, todos estos mecanismos podrían llevar a un menor IMC y un riesgo más bajo de desarrollar diabetes tipo 2. "Además de ayudar a mantener el peso, la fibra de la dieta también puede afectar al riesgo de diabetes por otros mecanismos, por ejemplo, mejorando el control del azúcar en la sangre y disminuyendo los picos de insulina después de las comidas y elevando la sensibilidad del cuerpo a la insulina", destacó.

"Este trabajo se suma a la creciente evidencia de los beneficios para la salud de las dietas ricas en fibra, especialmente fibra de cereales. Por tanto, medidas de salud pública a nivel mundial para aumentar el consumo de fibra pueden desempeñar un papel importante en la detención de la epidemia de la obesidad y de la diabetes tipo 2", señaló por su parte, el profesor Nick Wareham, autor principal del artículo y director de la Unidad de Epidemiología del Departamento de Investigación Médica en la Universidad de Cambridge.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., el ciudadano estadounidense promedio ingiere actualmente de 10 a 15 gramos de fibra por día. La recomendación para los niños mayores, adolescentes y adultos es comer de 20 a 35 gramos de fibra al día. Los niños menores no pueden ingerir las calorías suficientes para alcanzar esta cantidad, pero es una buena idea introducir granos integrales, frutas frescas y otros alimentos ricos en fibra.