Asma: respuestas a los mitos más comunes sobre esta afección

El asma es una enfermedad crónica que afecta a niños y adultos.

Ocurre cuando se inflaman y comprimen los músculos que rodean las vías respiratorias finas. Mediante medicación y evitando sus desencadenantes, se pueden controlar los ataques de asma. También es importante informarse sobre esta afección y despejar los mitos que la rodean.

Un mito muy extendido es que las personas con asma no pueden realizar ejercicio. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles que afecta a niños y adultos.
  • Se puede controlar con medicación, y evitando sus desencadenantes se puede reducir su gravedad.
  • Otro aspecto fundamental para controlarla de la mejor manera es derribar los mitos que la rodean.

Mito 1: El asma es una afección psicológica

Aunque el estrés y las emociones negativas en algunos casos pueden desencadenar síntomas de asma, esto no significa que se trata de una afección psicológica. Por el contrario, es una afección fisiológica, en la que, durante los ataques, las vías respiratorias se inflaman y contraen, lo que dificulta la respiración.

Esta inflamación puede ser causada por diferentes factores, incluida la genética, y la exposición a alérgenos o a la contaminación en el entorno.

Mito 2: El asma solo ocurre como consecuencia de la exposición al polvo

Entre los desencadenantes más comunes del asma se encuentra el polvo (de la madera o de los granos). Sin embargo, esto no significa que sea el único responsable de los ataques de asma. Otros desencadenantes comunes son:

  • Ácaros del polvo.
  • Caspa animal.
  • Cambios en el clima, como mayor frío.
  • Ciertos medicamentos, como ácido acetilsalicílico (aspirina) y otros antiinflamatorios no esteroides (AINE)
  • Moho.
  • Polen.
  • Químicos en el aire o en los alimentos.
  • Infecciones respiratorias, como el resfriado común.
  • Humo del tabaco.

Mito 3: El asma no es una afección grave

Debido a que, con la ayuda de un profesional de la salud, medicamentos, educación y el uso de herramientas de manejo, el asma puede controlarse muy bien, se suele creer que no es una afección peligrosa.

Sin embargo, todas las personas con asma tienen riesgo de sufrir un ataque, el cual tiene mayores probabilidades de ser grave si:

  • Tuviste un ataque de asma grave en el pasado.
  • Estuviste hospitalizado o tuviste que ir a una sala de urgencias por asma.
  • Debieron intubarte por un ataque de asma
  • Usas más de dos inhaladores de acción rápida (de rescate) por mes.
  • Tus ataques de asma tienden a aparecer antes de darte cuenta de que los síntomas han empeorado.
  • Tienes otras afecciones crónicas, como sinusitis o pólipos nasales, o enfermedades cardiovasculares o pulmonares.

Los expertos advierten que un ataque de asma grave puede:

  • Interrumpir las actividades cotidianas, como sueño, escuela, trabajo y ejercicio, y así tener un impacto significativo en la calidad de vida.
  • Interrumpir la vida de los que te rodean.
  • Enviarte a la sala de emergencias.
  • Provocar un paro respiratorio, e incluso la muerte.

Mito 4: Solo es asma cuando se presentan sibilancias

Las sibilancias, unos silbidos que se producen debido al aire que pasa a través de una vía aérea estrecha, generalmente ocurren cuando la respiración es difícil debido a la inflamación y la constricción de las vías respiratorias.

Si bien es un síntoma común del asma, no significa que es el único. También se pueden registrar otros signos que incluyen:

  • Dificultad para respirar que empeora con el ejercicio o la actividad física.
  • Dificultad para dormir.
  • Dolor o rigidez en el pecho.
  • Patrón de respiración anormal (la expiración dura el doble de tiempo que la inhalación).
  • Tos, con o sin flema.

Mito 5: El asma desaparece al crecer

No. La mayoría de las personas que tienen asma nacen con una tendencia a esta afección, y la mantienen de por vida. Sin embargo, muchos niños mejoran con la edad, a medida que sus pulmones se agrandan o su sistema inmunitario se adapta con el tiempo.

Mito 6: Los medicamentos para el asma crean hábito y son peligrosos

La naturaleza crónica del asma requiere una rutina específica de uso de medicamentos a largo plazo, sin embargo, esto no significa que sean adictivos.

Los medicamentos para el asma son seguros y esenciales para mantener la enfermedad bajo control. Esto permite a los pacientes llevar una vida normalmente activa, que incluye hacer ejercicio y dormir toda la noche.

La medicación broncodilatadora es eficaz durante un brote de asma, aunque también es posible que se requieran diariamente otros fármacos, como los corticosteroides inhalados. Aunque pueden ser necesarios diferentes medicamentos para controlar el asma, ninguno crea hábito.

Es común que los padres se preocupen por los problemas de crecimiento asociados con ciertos medicamentos para el asma, pero la evidencia disponible muestra que los niños que toman corticosteroides inhalados alcanzan una estatura normal. Por el contrario, el asma no tratada puede provocar una enfermedad pulmonar permanente que afecte el crecimiento.

Mito 7: Existen productos capaces de curar el asma

Esto no es cierto, no existe una cura para el asma. Sin embargo, el "autocontrol" y los tratamientos médicos adecuados pueden ayudar a disminuir sus síntomas.

Los profesionales coinciden en que el manejo adecuado del asma permite a las personas disfrutar de una buena calidad de vida. Ciertos hábitos y medidas de cuidado pueden ser de ayuda, como:

  • Aspirar regularmente.
  • Quitar los tapetes de las alcobas. 
  • Cubrir la cama con fundas "a prueba de alergias" para reducir la exposición a los ácaros del polvo. 
  • Usar solo detergentes y productos de limpieza sin fragancia. 
  • Controlar la humedad o fugas en el hogar para evitar el crecimiento de organismos como el moho. 
  • En caso de tener mascotas, pero no patio, evitar que frecuenten la habitación o la cama. 
  • Renovar los filtros en las salidas de la calefacción y aires acondicionados. 
  • Evitar el tabaco.

Mito 8: Las personas con asma no pueden hacer ejercicio

Al contrario, los expertos alientan a las personas con asma a llevar un estilo de vida activo, que incluya realizar ejercicio o practicar deportes. La actividad física regular es fundamental para mantener la salud cardiovascular y pulmonar en óptimas condiciones, así como para controlar el peso y cuidar la salud mental.

Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario el uso de un inhalador de albuterol antes de hacer ejercicio y tenerlo a mano durante el ejercicio (siempre bajo recomendación de un profesional de la salud). El médico también te recomendará cuáles son las mejores actividades que puedes hacer de acuerdo con tu condición.

Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Iniciativa Global para el Asma (GINA), Organización Mundial de la Salud (OMS)