Para aliviar la ansiedad algunas personas hacen ejercicio, practican meditación e incluso toman medicamentos. Otras, en cambio, deciden dejar sus hogares relucientes.
Según afirmó Darby Saxbe, profesora asistente de psicología en la Universidad del Sur de California, en EE.UU., esto daría a las personas una sensación de dominio y control sobre su entorno.
En una publicación de Tonic, la experta explicó por qué limpiar nos liberaría del estrés.
La ansiedad es una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, preocupación y cambios físicos, como el aumento de la presión arterial, sudoración, temblores o mareos.
Según Anxiety and Depression Association of America (ADAA) distintos factores disparan este trastorno: personalidad, genética, eventos de la vida y química cerebral.
Se estima que más de 270 millones de personas en todo el mundo tienen un trastorno de ansiedad. También es la enfermedad mental más común en EE.UU., afectando a 40 millones de adultos (18% de la población) cada año.
Los trastornos de ansiedad son altamente tratables, pero solo el 37% de los que sufren este problema, reciben tratamiento.
Sin embargo, muchos recurren a tareas o actividades "relajantes". En el caso de la limpieza, Saxbe afirmó: "La vida está llena de incertidumbre y muchas situaciones están fuera de nuestras manos, pero al menos podemos reforzar nuestra voluntad en nuestro espacio vital. El desorden puede distraer visualmente y servir como un recordatorio de muchas tareas pendientes".
La experta señaló que esta sensación podría deberse a que a muchas personas les reconforta saber que es fácil acceder a las cosas que necesitan, mientras que se vuelve frustrante vivir en un espacio abarrotado donde es difícil encontrar objetos útiles.
En su investigación, publicada en SAGE Journals, mostró que las personas que encuentran estresantes sus hogares padecen una mayor ansiedad, en comparación a aquellas que los encuentran cómodos u ordenados.
La limpieza como ritual
A pesar de estos resultados la relación con la limpieza no es igual para todos. Saxbe dijo que la personalidad sería un responsable y que, en términos generales, a quienes les gusta limpiar podrían estar más orientados a los detalles, mientras que a quienes no les gusta, podrían ser más espontáneos y menos organizados.
Estos efectos sobre el estrés por parte de la limpieza también tendrían una base "evolutiva". Según el antropólogo Martin Lang, en un afán por predecir y controlar las cosas, la limpieza funcionaría como un mecanismo para mantener nuestro entorno bajo control.
"Cuando carecemos de control, o percibimos que las cosas son caóticas e impredecibles, podemos sentir ansiedad. Desde un punto de vista evolutivo, se supone que es un impulso útil. Nos empuja a tomar precauciones e intentar controlar nuestro entorno", explicó Lang.
También agregó que cuando limpiamos nos movemos y comportamos de manera predecible y repetitiva, lo que nos ayudaría a lidiar con la ansiedad o el estrés.
Sin embargo, los especialistas destacan la importancia de diferenciar cuando la limpieza va más allá de mantener cierto orden.
Si existen comportamientos excesivos, como temor a los gérmenes o la contaminación, obsesión con la simetría y la disposición de las cosas de una manera particular y precisa, podría tratarse de un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., el TOC se caracteriza por los pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) y comportamientos repetitivos e indeseables, que nos impulsan a hacer algo una y otra vez (compulsiones). No llevar adelante estos rituales podría causar una enorme ansiedad y sufrimiento.
Mientras tanto, los expertos afirman que, si la limpieza solo es parte de una rutina saludable para hacer frente a un largo y estresante día, no dudes en tomar los guantes y la escoba.
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