Desorientación, falta de atención, ansiedad, agresividad y necesidad de caminar a un lado a otro son algunas de las manifestaciones más comunes del síndrome vespertino. Este estado ocurre en las últimas horas de la tarde y se extiende hasta la noche y afecta especialmente a las personas con Alzheimer.
El síndrome vespertino no es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas que ocurren en un momento determinado del día y que pueden afectar a personas con demencia en edad avanzada. De acuerdo a la Alzheimer’s Association, se presenta en el 20% de las personas con esta enfermedad. Hasta ahora, no se conocen sus causas.
Además del estado de confusión y desorientación que comienza al atardecer, el síndrome vespertino puede alterar el ciclo de sueño-vigilia del cuerpo, causando más problemas de comportamiento. Hay factores que pueden empeorarlo, como la fatiga, la ausencia de luz y la presencia de sombras, las infecciones (por ejemplo, en las vías urinarias) y la apnea del sueño, empeorando los trastornos de conducta.
El tratamiento también es incierto. Jonathan Graff-Radford, neurólogo especializado en el estudios de Alzheimer y demencia en la Clínica Mayo, explica que algunas investigaciones indican que una dosis baja de melatonina (hormona natural que induce el sueño), sola o en combinación con la exposición a la luz del día, puede ayudar a aliviar el síndrome vespertino.
Nuevos hallazgos
Una investigación publicada en 2018 en la revista Nature mostró que hay un circuito en el cerebro de ratones que vincula el ritmo circadiano y la agresividad. Los investigadores han desarrollado herramientas proteicas especiales capaces de controlar las células del cerebro que causan el comportamiento.
"Hemos demostrado que el reloj circadiano en ratones está estrechamente vinculado a un centro de agresión en el cerebro por un circuito celular. El cerebro humano tiene esos mismos grupos de células que atraviesa el circuito", dice Timothy Lynagh, profesor asistente en el departamento de Diseño de Fármacos y Farmacología de la Universidad de Copenhague, uno de los autores del estudio.
El descubrimiento es particularmente relevante para los pacientes de Alzheimer que experimentan una agresividad durante la noche, es decir, síndrome vespertino. Con este conocimiento se pueden llevar a cabo más estudios para enfocar farmacológicamente este circuito y atacar las células que hacen que las personas sean agresivas al final del día.
Consejos para reducir los síntomas
Aunque no hay un tratamiento comprobado, algunas acciones pueden ayudar a reducir los efectos del síndrome vespertino. Si ocurre en un centro de atención, puede estar relacionado con el trajín en los cambios de turno del personal o la falta de actividades estructuradas al final de la tarde y en la noche, por lo que se sugiere ocupar este tiempo del paciente.
Sea en un centro de salud o en el hogar, los cuidadores pueden intentar mantener una rutina previsible para acostarlo, levantarlo, comer y realizar actividades. Dichas actividades deben ser planificadas y a la luz del día para fomentar la somnolencia por la noche.
Es recomendable dejar una luz encendida durante la noche en la habitación para reducir la agitación y ansiedad que se provoca cuando el entorno es oscuro. También se debe limita la siesta diurna, el consumo de cafeína y de azúcar y reducir los ruidos de fondo y las actividades estimulantes, como ver televisión.
Cuando el paciente debe ir a lugares nuevos o desconocidos, es bueno llevar elementos que le resulten familiares, como fotografías, para hacerlo sentir en confianza y relajado. Y, esté donde esté, poner música suave y conocida siempre será de gran ayuda.
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