¿Se pueden congelar los huevos?

El huevo es un alimento muy versátil con beneficios para la salud gracias a su importante contenido nutricional.

Puedes comerlos pasados por agua, hervidos, fritos, o como complementos en muchos de tus platillos favoritos. Sin embargo, muchas veces pueden sobrar o no los utilizamos por completo. Para esas situaciones, puedes seguir estos consejos de los expertos sobre cómo conservarlos correctamente.

¿Se pueden congelar los huevos?
El consumo de huevos, siempre que sea moderado, se asocia a muchos beneficios para la salud. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • Para conservar por más tiempo un huevo deberás congelar las yemas o claras crudas, vertiéndolas en un recipiente apto para congelador o en cubeteras que solo utilices para ello.
  • Puedes descongelar tanto los huevos crudos como los cocidos colocándolos toda la noche en el refrigerador, o bajo agua fría si se encuentran almacenados en un recipiente sellado. 
  • El consumo regular, pero moderado, de huevos se asocia a muchos beneficios para la salud: mayores niveles de colesterol "bueno", obtención de antioxidantes y estimulación cognitiva.

En primer lugar, debes saber que un cartón de huevos puede permanecer entre 3 y 5 semanas en el refrigerador.

Tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. (HHS) desaconsejan congelar los huevos crudos con sus cáscaras.

Esto se debe a que, en bajas temperaturas, el líquido en su interior comienza a expandirse, resquebrajando la cáscara.

Esto puede echar a perder el contenido del huevo, e incluso aumentar el riesgo de contaminación bacteriana.

Si te ves en la necesidad de hacerlo, deberás congelar las yemas o claras crudas, ya sea por separado o mezcladas.

Para ello, rompe el huevo y viértalas en un recipiente apto para congelador o en cubeteras que solo utilices para ello.

Con fines de seguridad alimentaria, se recomienda etiquetar cada recipiente con la fecha y el número de huevos enteros que contiene.

Para congelar platillos que incluyen huevo cocido, primero deberás enfriarlos a temperatura ambiente. Es importante recordar que, para evitar el crecimiento bacteriano, el plato se deberá enfriar a 40 ° F o 5 ° C dentro de dos horas.

Luego puedes cubrir el recipiente en el que se encuentra y colocarlo en el congelador, o separarlo en porciones, que no solo se enfriarán más rápido, sino que también serán más sencillas de recalentar.

Los huevos crudos se pueden congelar hasta por 12 meses, mientras que los platos de huevos cocidos se deben descongelar y volver a calentar dentro de 2 a 3 meses.

No se recomienda congelar los huevos duros o blandos, ya que las claras pueden volverse gomosas y acuosas cuando se descongelan.

Cómo descongelarlos

Puedes descongelar tanto los huevos crudos como los cocidos colocándolos toda la noche en el refrigerador, o bajo agua fría si se encuentran almacenados en un recipiente sellado. Es importante consumirlos el día que se los descongele.

Una vez descongelados se aconseja cocinarlos por completo a 160 ° F o 71 ° C, con esto se busca reducir el riesgo de enfermedades trasmitidas por alimentos.

Puedes optar por hacer revueltos con vegetales y queso, hornearlos para hacer quiche o frittata, o usarlos para preparar galletas o pasteles.

Siguiendo estos consejos podrás aprovechar los huevos en cualquier momento, pero, probablemente te estés preguntando ¿se mantiene el sabor y la textura original?

Sobre esto existen diferentes investigaciones que analizaron como reaccionan a los cambios de temperaturas las dos partes del huevo: la clara y la yema.

La primera, que está conformada principalmente por agua, no parece sufrir cambios importantes en su textura, aunque si se notó que este proceso favorecería su capacidad espumante, esencial para elaborar productos ligeros o aireados.

En cambio, la yema adquiere una consistencia más espesa y gelatinosa (lo que se conoce como proceso de gelificación).

Los especialistas creen que estos cambios en su estructura se deben a la formación de cristales de hielo en su interior. Si bien esto no afecta su sabor, puede resultar desagradable para algunas personas.

Esto no significa que debes desanimarte sobre congelar las yemas, ya que existen formas de controlar este proceso gelificante.

Los investigadores explican que una forma práctica de hacerlo es agregándoles azúcar o sal (dependiendo el uso futuro que desees darles), o congelarlas mezcladas con las claras.

Aunque no es común que la congelación afecte el sabor de los huevos congelados crudos o cocidos, cualquier ingrediente agregado durante varios métodos de procesamiento podría hacerlo.

Beneficios del huevo

Un huevo grande tiene 70 calorías y es una gran fuente de proteínas, que aporta vitaminas A, B, D, y los 9 aminoácidos esenciales.

Además, no aporta carbohidratos, gluten, o lactosa, siendo apto para personas con diabetes, enfermedad celíaca y alérgicos o intolerantes a la lactosa.

Si bien muchos de los estudios que analizaron sus propiedades aún son preliminares, se cree que un consumo regular de huevo permitiría:

  • Incrementar los niveles de colesterol "bueno" en sangre.
  • Ofrecer una importante cantidad de minerales.
  • Promover la estimulación cognitiva.
  • Favorecer el crecimiento celular.
  • Facilitar la pérdida de peso.
  • Proteger la visión.
  • Garantizar un gran número de antioxidantes.

Aunque los huevos son las principales fuentes de nutrientes para la población humana, los profesionales recomiendan prudencia en su consumo, especialmente a quiénes sufren hipercolesterolemia y diabetes tipo 2.

Se necesita continuar investigado sus efectos, pero se cree que en estos casos una ingesta excesiva podría aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. (HHS), Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.

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