El chocolate es un alimento irresistible, ya sea amargo, más o menos dulce, con frutos secos, solo o relleno.
Pero ¿alguna vez te preguntaste si puede convertirse en una adicción? Conoce aquí qué dice la ciencia.
Puntos clave
- La adicción a la comida puede ocurrir cuando ciertos alimentos, o específicamente, nutrientes, activan repetidamente el sistema de recompensa del cerebro.
- Para clasificar la adicción a los alimentos es común que se use una escala (YFAS) que va desde 1 (no adictivo) hasta 7 (altamente adictivo). El chocolate suele recibir puntuaciones que oscilan en 3.7.
- Es probable que esa puntuación sobre el chocolate se deba a que muchos de sus ingredientes son ricos en carbohidratos y grasas.
¿Qué es el chocolate?
El chocolate es un alimento que se obtiene tras mezclar azúcar con masa y manteca de cacao, productos que derivan de las semillas del árbol del cacao o cacaotero (Theobroma cacao L.).
Se pueden fabricar diferentes tipos de chocolate dependiendo los ingredientes que se añadan a esta mezcla básica, como colorantes, frutos, frutos secos o leche, entre otros.
Por su enorme popularidad a lo largo del mundo, muchos expertos comenzaron a preguntarse si puede ser adictivo, y así entró en el controvertido terreno de las adicciones a los alimentos.
Quienes respaldan esta idea, aseguran que ciertos alimentos, incluido el chocolate, pueden alterar las mismas vías cerebrales y del sistema nervioso que se ven afectadas por el consumo excesivo de drogas.
Esto significa que la adicción a la comida puede ocurrir cuando ciertos alimentos, o específicamente, nutrientes, activan repetidamente el sistema de recompensa del cerebro.
La evidencia disponible aún es escasa y se necesitan más estudios para corroborar esta hipótesis, pero muchos investigadores coinciden en que el chocolate, al igual que otros productos refinados, procesados o azucarados, aporta una importante cantidad de carbohidratos y grasas, que pueden alterar los niveles azúcar en sangre y el equilibrio hormonal.
Esto afecta la producción de dopamina en el cuerpo, un mensajero químico que cumple un rol importante en las vías de motivación y recompensa del cerebro.
¿Cómo saber si soy adicto al chocolate?
Desde hace casi medio siglo que los científicos estudian la adicción al chocolate y evalúan sus supuestos beneficios para la salud.
Distintos estudios en niños y adultos concluyeron que el chocolate se encuentra entre los alimentos más problemáticos cuando de comportamientos alimentarios de tipo adictivo se trata.
Para llegar a estos resultados es común usar la escala de adicción a los alimentos de Yale (YFAS), una herramienta desarrollada en la Universidad de Yale para medir y evaluar qué tan adictivos pueden ser los alimentos.
Esta escala se basa en clasificar mediante números, desde 1 (no adictivo) hasta 7 (altamente adictivo). El chocolate suele recibir puntuaciones que oscilan entre el 3.7. Otros alimentos que se consideran adictivos según esta herramienta son las pizzas, refrescos, papas fritas, hamburguesas, helados, pasteles o quesos.
Es probable que esta puntuación sobre el chocolate se deba a que muchos de sus ingredientes, como manteca de cacao, azúcar, leche, vainilla, saborizantes o conservantes, son ricos en carbohidratos y grasas.
Pero aún se necesita conocer en profundidad los vínculos detrás de esta relación y los procesos químicos que desencadena para diagnosticarla efectivamente como una adicción.
Ciertos síntomas pueden indicar que tienes una relación poco o nada sana con el chocolate:
- Clasificarlo como un alimento "prohibido".
- Comerlo en exceso y rápidamente.
- Establecer reglas estrictas sobre cómo y cuándo puedes comerlo.
- Estar pendiente de tener chocolate disponible, aunque no vayas a comerlo.
- Ocultar su consumo a familiares y amigos.
- Restringirlo abrupta y completamente de la dieta.
- Sufrir atracones o dolores de estómago por comerlo en exceso.
- Tener antojos constantes.
- Tener estrés o ansiedad cuando lo comes.
¿Tiene beneficios el chocolate?
El chocolate posee una importante concentración de antioxidantes y nutrientes que se han vinculado a diferentes beneficios:
- Combatir a los radicales libres, moléculas inestables que afectan a las estructuras celulares sanas, ya que es rico en antioxidantes.
- Disminuir la inflamación del tejido cardiovascular.
- Mejorar el estado anímico y contrarrestar trastornos mentales.
- Obtener más energía.
- Proteger las células nerviosas.
La mayoría de estas bondades provienen de estudios in vitro o en animales, y se concentran en estudiar compuestos específicos del chocolate, por lo que sus resultados no pueden trasladarse con total certeza a los humanos hasta que se realicen ensayos clínicos.
A pesar de su fama, el chocolate no es necesariamente un alimento dañino, pero cuando no lo consumimos con moderación puede provocar muchos problemas para la salud, como sobrepeso, problemas cardiovasculares o diabetes.
Estas afecciones pueden agravarse si solemos optar por las versiones de chocolate refinados o excesivamente azucarados. Intenta optar por los chocolate menos procesados y mantener el control al momento de sumarlo a la dieta.
Si crees que podrías tener una adicción o problemas con el chocolate u otro alimento, deberás consultar con un profesional de la salud cuanto antes, para que determine la mejor forma de afrontar esa situación.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Asociación Estadounidense del Corazón, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, Universidad de Yale.