El abuso de opioides ha aumentado en los últimos años, debido, en parte, a un mayor uso de medicamentos en el tratamiento del dolor crónico. En los Estados Unidos se ha convertido en un verdadero problema de salud pública. Cifras oficiales señalan que desde el año 2000 a 2015, murieron más de 300,000 personas por sobredosis de opioides, incluyendo a los medicamentos recetados y a la heroína.
Aproximadamente el 80 por ciento del suministro mundial de opioides se consumiría en los Estados Unidos, según Express Scripts.
Pero este flagelo también amenaza con extenderse a otros países. El último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), de Naciones Unidas, advirtió sobre el aumento en la gama de recetas de opiáceos que se prescriben de forma controlada en México.
Como resultado de la nueva estrategia nacional mexicana, aprobada en junio de 2015, para facilitar la prescripción y administración de preparados farmacéuticos con opioides, con fines de tratamiento del dolor y de cuidados paliativos, aumentaron las validaciones de recetas de medicamentos contra el dolor de 24 a 8000, entre junio de 2015 y enero de 2016, según datos publicados por la Secretaría de Salud.
El nuevo sistema permite a los médicos descargar desde un sitio web seguro recetas especiales con códigos de barras necesarios para prescribir analgésicos opioides. También introduce un sistema de registro electrónico para las farmacias. El nuevo sistema permite a los médicos descargar desde un sitio web seguro recetas especiales con códigos de barras necesarios para prescribir analgésicos opioides. También introduce un sistema de registro electrónico para las farmacias.
Tras la introducción de esa plataforma electrónica para eliminar barreras administrativas y facilitar la expedición de los medicamentos, el número de prescriptores registrados aumentó de 232 a 1706, en seis meses. Además, los centros de salud públicos y privados, así como las farmacias, disponen ahora de un suministro garantizado de morfina y otros opioides, por esta razón el informe del organismo de Naciones Unidas plantea como necesaria una regulación.
¿Qué son los opioides?
Los opioides son medicamentos que utilizan para aliviar el dolor, ya que reducen la intensidad de los estímulos de dolor que llegan al cerebro. Químicamente, estos medicamentos son muy similares a la heroína, que originalmente se sintetizó a partir de la morfina como un producto farmacéutico a finales del siglo XIX. Estas propiedades confieren un mayor riesgo de adicción y sobredosis incluso en pacientes que toman sus medicamentos según prescripción médica.
Un análisis publicado por el sitio colaborativo Cochrane, que analiza 20 estudios médicos sobre el riesgo de adicción que podría desarrollar la prescripción de opioides, concluye que el riesgo es muy bajo, menor al 1%. Los autores dicen que la evidencia que apoya estas conclusiones es débil, y son necesarios estudios de más largo plazo, dicen los autores del análisis.
Los medicamentos que pertenecen a esta clase incluyen la hidrocodona (por ejemplo, Vicodin), la oxicodona (por ejemplo, OxyContin y Percocet), la morfina (por ejemplo, Kadian y la Avinza), codeína, fentanilo y otros.
Los productos de hidrocodona son los más comúnmente recetados en los Estados Unidos para una variedad de indicaciones, incluyendo dolor relacionado con lesiones y tratamientos dentales. La oxicodona y la oxymorfona también se recetan para aliviar el dolor de moderado a severo.
La morfina se usa con frecuencia antes y después de los procedimientos quirúrgicos para aliviar el dolor severo, y la codeína se prescribe típicamente para el dolor más suave.
Europa
Los nuevos opioides sintéticos representan una creciente amenaza para la salud pública europea, al ser altamente adictivos y en ocasiones más potentes que la heroína y la morfina, advierte en su informe anual el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.
El sistema de alerta temprana de la Unión Europea viene registrando un aumento de las notificaciones relacionadas con estas sustancias y su peligrosidad desde 2012. Entre 2009 y 2016 se detectaron en Europa 25 nuevos opioides sintéticos "muy potentes".
El opioide ilícito más consumido en la Unión Europea es la heroína. Además de la heroína, también se han usado indebidamente varios opioides sintéticos, como la metadona, la buprenorfina y el fentanilo. Cerca de las tres cuartas partes de los 1,3 millones de consumidores adultos de alto riesgo en la Unión Europea se encuentran en Alemania, España, Francia, Italia y el Reino Unido.
Los consumidores de opioides de alto riesgo en la Unión Europea también hacen uso indebido de benzodiazepinas y también existe preocupación por la posible prevalencia del uso indebido de opioides como la metadona y la buprenorfina, que se prescriben principalmente para el tratamiento de la dependencia de opioides, en algunos Estados miembros de la UE.