Los e-cigarettes están haciendo furor en todo el mundo. A nivel global, es un mercado que mueve unos $3,000 millones con más de 400 marcas en circulación. En EE.UU., alrededor de 5 millones de personas los consumen hoy en día, de acuerdo con un informe publicado por el Comité de Energía y Comercio en abril de 2014.
Es un hábito que goza de buena fama, está poco regulado y se posicionó al principio como una alternativa viable para dejar de fumar. Pero ahora los principales organismos de salud están de acuerdo en que sus promesas no han sido demostradas y que se debe intervenir sobre los e-cigarettes. “Su regulación, junto con la prohibición de su uso en interiores, debe implementarse hasta que los expertos hayan llevado a cabo más investigaciones sobre los riesgos para la salud y los posibles beneficios” expresó la ONU en un reciente comunicado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también se ha unido a los esfuerzos por controlar la industria mediante la extensión de un informe a las 194 naciones que la integran, donde exige la prohibición de la venta a menores de edad y contempla una posible prohibición o limitación de cualquier tipo de publicidad, promoción o patrocinio para los cigarrillos electrónicos. El informe, junto con sugerencias sobre cómo el mundo se encargará de seguir de cerca a los e-cigarettes, será discutido en una conferencia de la OMS prevista para octubre en Rusia.
Estas posiciones en contra de la extendida y peligrosa moda de “vapear” cigarrillos electrónicos se suman a la declaración que el lunes 25 de agosto dio a conocer la Asociación Americana del Corazón (AHA por su sigla en inglés), donde expresa que éstos deben estar bajo las mismas leyes que se aplican a los productos de tabaco, y que el gobierno federal debe prohibir la publicidad y la venta a los jóvenes.
La AHA también expresó que hay que evitar que otra generación se haga adicta a la nicotina en el país e hizo un llamado de atención para que se realice una investigación completa y continua sobre el uso, la venta y los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos en la salud.
"En los últimos 50 años, 20 millones de estadounidenses murieron por el tabaco. Estamos ferozmente comprometidos con evitar que la industria tabacalera logre que otra generación se haga adicta a fumar", enfatizó en un comunicado de prensa de la AHA Nancy Brown, directora ejecutiva de la asociación.
Por su parte, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) advirtió al público que los estudios han demostrado que inhalar nicotina de los e-cigarettes tiene el mismo efecto que hacerlo a través de un cigarrillo tradicional, y en abril de 2014 anunció que se propone extender su autoridad de regulación del tabaco hacia los productos adicionales, incluyendo los cigarrillos electrónicos.
Mientras tanto, instó a las compañías que fabrican estos productos a que consignen en la etiqueta un detalle de los ingredientes, que los registren en ese organismo, que se abstengan de hacer publicidad y venta a menores de edad y que los retiren de las máquinas expendedoras.
E-cigarettes conquistan a los jóvenes
La peligrosa moda de consumir cigarrillos electrónicos crece a pasos agigantados: alcanzó los $ 2,000 millones de ventas en EE.UU. en el año 2013, y sus ganancias continúan multiplicándose gracias a las permanentes conquistas del público joven.
La AHA declaró que un estudio reciente halló que la exposición de los jóvenes a la publicidad de los e-cigarettes aumentó en un 250% entre 2011 y 2013, y que ahora llega a unos 24 millones de jóvenes.
Y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) revelaron en un informe que el consumo entre estudiantes de escuela secundaria trepó de 4.7% a 10% en sólo un año, entre 2011 y 2012. En los adultos también creció el hábito: aproximadamente el 6% de todos los adultos los han probado entre 2011 y 2012, casi el doble de la tasa registrada en el año 2010.
Cuando se conoció este reporte, en abril de 2014, expertos en salud de los CDC advirtieron que el e-cigarette es una verdadera “puerta de entrada” hacia otras adicciones y que es muy preocupante el uso en un público cada vez más joven. Muchos adolescentes que prueban este cigarrillo son potenciales fumadores de cigarrillos convencionales en el futuro, señalaron.