Las plantas de tabaco podrían estar cambiando su significado, una idea que a muchas empresas con enormes plantaciones les podría cambiar el panorama de negocios.
En el caso del fármaco ZMapp contra el Ébola, no se utilizaron anticuerpos de origen animal, sino que se cultivaron en plantas de tabaco, que tienen, según los científicos, dos grandes ventajas en la producción de drogas: sus genes se pueden manipular muy fácilmente y su producción es muy alta.
¿Cómo se producen vacunas en una planta? Se le introdujeron genes humanos, luego se insertó el plano genético de una proteína y se dejó que actué mientras la planta crecía. Después se extrajo la proteína y se la utilizó en la vacuna contra el Ébola.
La nueva tendencia se llama "biofarmacología" y está siendo implementada como una nueva herramienta porque según las compañías, reduce los costos y acelera los tiempos, ya que los anticuerpos crecen mucho más rápido.
Para producir la vacuna ZMapp se utilizaron miles de plantas de tabaco que crecieron en grandes instalaciones: Kentucky BioProcessing, en Owensboro fue una de las primeras compañías biofarmacéuticas encargadas de desarrollar el suero partiendo de las plantas de tabaco. La compañía trabajó en colaboración con Mapp Biophamaceutical, con sede en San Diego, que desarrolló la vacuna ZMapp. Pero su producción no sería suficiente para responder a la demanda de drogas contra el Ébola.
Por eso, el Departamento de Salud y Servicios Humanos está en conversaciones avanzadas para reunirse con Caliber Biotherapeutics, una compañía de Texas que podría producir el medicamento en millones de plantas de tabaco.
Un vocero de Caliber informó que poseen la planta farmacéutica a base de tabaco más grande del mundo, y han estado trabajando en la reducción de costos y el aumento de la producción de medicamentos contra el cáncer a través del tabaco genéticamente modificado.
El tabaco también está detrás de otras drogas. Medicago Inc., una compañía biofarmacéutica de Carolina del Norte, produce 10 millones de vacunas contra la gripe en 30 días utilizando plantas de tabaco en un esfuerzo financiado por el gobierno federal. El programa puso a prueba la perspectiva de la producción de vacunas rápidas en el caso hipotético de una pandemia de influenza. Y también está en la mira para la producción a gran escala de vacunas contra el Ébola.
Sin embargo, no hay tratamientos desarrollados actualmente a través de plantas de tabaco que hayan sido aprobados por la Administración de Alimentos y Drogas (FDA), que junto al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) se rigen por estrictas normas para la ingeniería de los productos farmacéuticos a través de los cultivos.
Aunque tal vez eso puede cambiar a medida que el mortal virus del Ébola continúa propagándose en África occidental y la necesidad de contar con vacunas es de una urgencia inusitada.