El último caso se detectó en el pueblo de Macenta, a unas 380 millas de Korokpara, en donde se registraron los otros cuatro. Se trató de un hombre que había estado de visita en Korokpara, y había estado en contacto con el primer paciente.
Las autoridades de salud están examinando a 816 personas que estuvieron en contacto con las víctimas. Muchas de ellas participaron de las ceremonias fúnebres, en las que se lava el cuerpo del muerto, uno de los momentos en los que virus del Ébola —que necesita otro organismo en donde vivir— se vuelve más contagioso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado a Guinea libre de Ébola en diciembre, pero también había advertido que podía haber nuevos brotes.
A causa de estos casos, Liberia, otro de los países más afectados por la epidemia más feroz de Ébola registrada hasta ahora junto con Sierra Leona, cerró su frontera con Guinea, como medida de precaución, dijeron voceros del gobierno.
De acuerdo con estimados de la OMS, la epidemia de Ébola mató a más de 11,000 personas y enfermó a cerca de 28,000 en 10 países. Los países más afectados fueron Guinea, Liberia y Sierra Leona, y los tres fueron declarados libres del virus a fines del 2015. en la foto, arriba, trabajadores de salud en agosto del 2015 en Guinea.
La respuesta a los primeros brotes fue tardía, lo que hizo que no se tomaran inmediatamente medidas sanitarias adecuadas.
Un panel de expertos del Harvard Global Health Institute criticó muy duramente a la OMS, ya que dijeron que no tuvo una respuesta rápida, que es crítica en estos brotes. El doctor Ashish K. Jha, director de la entidad, expresó que "los expertos de la OMS sabían ya en la primavera (de 2014) el riesgo de un brote y esperaron hasta agosto para declarar la emergencia sanitaria".
Este virus, que fue identificado en 1976, siempre se había manifestado en la zona oriental de África, específicamente en Zaire y Uganda, y había generado brotes en aldeas remotas, alejadas de los grandes centros urbanos.
Pero ahora, la lenta modernidad que llega a estas regiones, paradójicamente ha permitido que el virus del Ébola se expanda con más facilidad. Hace 35 años, cuando ocurrió el primer brote, poblaciones como Meliandou no tenían carreteras, y hoy sí cuentan con rutas que unen a la aldea con los países fronterizos.
La ruta del virus no fue errática: se fue acercando a las grandes ciudades, un recorrido inédito para el Ébola, y ya en marzo del 2014, casi tres meses después que muriera el primer niño infectado, se registraron casos en Conakry, la capital de Guinea, y en Monrovia, la capital de Liberia.
El Ébola es un virus hemorrágico que causa fiebre alta, tremendo dolor muscular y sangrados graves, por todos los orificios imaginables. Entre que se contrae el virus y se presentan los síntomas pueden pasar hasta dos semanas.
El virus del Ébola se contagia de persona a persona. Pero no es un virus aeróbico como lo era por ejemplo el de la viruela, no se contrae inhalando partículas de aire que contengan el virus, sino estando en contacto muy cercano con el paciente infectado.
Es esencial que el paciente reciba cuidado médico minuto a minuto y repose en un medio ambiente aséptico, para que el propio organismo luche contra el virus y termine erradicándolo.
Hasta el momento no existe una vacuna que prevenga el contagio, sí, medicinas experimentales como ZMapp, que han logrado ser efectivas para acelerar la erradicación del Ébola del organismo.
Según explicó el doctor Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), tradiciones culturales como el manejo de cadáveres o comer carne de cruda de animales salvajes han sido barreras para frenar la expansión del virus.