Sabrosa, versátil a la hora de cocinar y repleta de propiedades. La cereza fue uno de los frutales más apreciados por los griegos y romanos, y actualmente esa popularidad sigue creciendo. Incluso existe evidencia que muestra que puede ser útil para aliviar o tratar ciertas afecciones, como problemas oculares, cardiovasculares o gastrointestinales.
La cereza o guinda es el fruto de ciertos árboles pertenecientes al género Prunus, por ejemplo, la cereza ácida es Prunus cerasus y la cereza dulce Prunus avium. Aunque los investigadores no están completamente de acuerdo, creen que provienen de Asia, y fueron transportadas hacia otras regiones del mundo a través de los pájaros migratorios.
Las cerezas no solo se destacan por ser un excelente complemento de todo tipo de postres, ensaladas o salsas, también proporcionan una amplia gama de nutrientes. A saber: vitaminas A, B, C, E, y K, fibra, compuestos antioxidantes, y minerales, como azufre, calcio, hierro, magnesio, potasio y zinc. Esta rica composición, permite asociarla a estas bondades para la salud:
Digestivas
Los expertos explican que el consumo regular de cerezas puede tener una doble acción en nuestra salud gastrointestinal. Mientras que su fibra ayuda a aliviar el estreñimiento, el ácido estimula la digestión. También poseen antioxidantes, que cumplen un rol clave en la descomposición de grasas, y la absorción y uso de los nutrientes de los alimentos.
Mejoran las defensas
Los carotenoides y flavonoides presentes en las cerezas son antioxidantes que nos brindan protección contra los radicales libres, moléculas inestables que afectan las estructuras celulares sanas. Además, ciertos estudios vincularon estas sustancias con propiedades antibacterianas, antifúngicas, y antivirales, aumentando nuestras defensas contra todo tipo de amenazas.
Al igual que protegen a nuestro organismo de ciertas afecciones provocadas por los radicales libres, se encontró que la acción antioxidante de las cerezas es útil en la prevención de enfermedades o trastornos de la vista, como inflamación, sequedad, o degeneración macular relacionada con la edad, entre otras.
Buenas para dormir
Sobre este beneficio existe poca información disponible que sea confiable. Según se informa, el jugo de cereza agria puede mejorar el sueño en adultos mayores que experimentan insomnio ¿El motivo? Favorece la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular los ciclos de sueño.
Mejora la función cerebral
Las propiedades antioxidantes de las cerezas pueden ayudar a proteger el sistema nervioso de los trastornos relacionados con la edad. Esto se debe a que poseen flavonoides y carotenoides, fitonutrientes que mejoran la memoria y la función cognitiva, a la vez que reducen el riesgo de demencia, y trastornos nerviosos.
Anticancerígenas
Mucho se habla de las frutas que parecen prevenir el riesgo de cáncer, y la cereza no escapa a ello. Si bien la mayor parte de la información disponible proviene de estudios en animales o in vitro, los expertos señalan que es prometedora. Se halló que las antocianinas y cianidinas que contiene pueden ser las responsables de este beneficio, al igual que su capacidad de reducir la grasa corporal.
Cardioprotectoras
Existe evidencia preliminar que muestra que los nutrientes en las cerezas, especialmente minerales como el potasio o fósforo, y los flavonoides, ofrecen propiedades cardioprotectoras. Su consumo se vinculó a una correcta frecuencia cardíaca, reducción de los niveles de colesterol y presión arterial, buena circulación sanguínea, y elasticidad de los vasos sanguíneos.
Por su contenido de antioxidantes, muchos estudios han vinculado el consumo de cerezas con una disminución de algunas señales del envejecimiento, como degeneración macular, pérdida de cabello, debilidad muscular, y disminución de la libido, entre otras. También se asoció a un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer, fiebre y gripe, aunque para esto, la evidencia es preliminar.
Seguridad
Las cerezas se consideran seguras para la mayoría de las personas cuando se consumen como alimentos. Sin embargo, no existe suficiente información confiable sobre su uso con fines medicinales durante períodos prolongados de tiempo. Ocasionalmente, pueden llegar a producir alergias, pero no se conocen interacciones con otros alimentos, medicamentos, hierbas o suplementos.
Recuerda
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Fuentes consultadas:
American Botanical Council, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos
Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de
Agricultura de EE. UU.