Una de las pesadillas más recurrentes de muchos niños se da justo al momento de despertar, cuando notan que han mojado la cama. Si a tu hijo le pasa, debes de considerar que este tipo de accidentes, además de ser bochornosos para él, pueden tener impactos negativos en su autoestima.
Es el término médico para referirse al hecho de orinarse en la cama durante el sueño. Este problema, es bastante común en la población infantil el país, pues se calcula de cinco a siete millones niños lo padecen, siendo el género masculino el más afectado. (Biblioteca Nacional de Medicina)
¿Qué lo causa?
En la mayoría de los casos se desconoce el origen exacto de este percance, pero existen varias causas posibles. Por ejemplo, puede que la vejiga del menor sea muy pequeña o que la cantidad de orina producida durante la noche sea excesiva para la capacidad que tiene dicho órgano.
También, el hecho de dormirse tan profundamente al grado que el niño no se despierte ante la necesidad de orinar, la falta de control de la vejiga, así como una infección en las vías urinarias son otras posibles causas, según informa la Academia Americana de Médicos de Familia.
Cuestión de genética
¿Sabías que si ambos padres mojaron la cama de niños, es muy probable que su hijo también lo haga? De hecho existe un 30% de probabilidad de que esto suceda sólo si uno de los padres padeció enuresis en su infancia. No obstante, también puede desarrollarse si ningún padre lo tuvo.
Generalmente, muchos niños suelen orinar la cama hasta que tienen 5 años o más. Sin embargo, hay casos en los que el niño puede permanecer seco durante varios meses o incluso años y de repente vuelve a mojar las cobijas.
¿Por qué?
Esto se debe porque el factor emocional también influye. El estrés de un menor, que podría ser causado por la pérdida de un ser querido, por problemas escolares, a causa de la llegada de un hermano o incluso por haber aprendido a ir al baño demasiado pronto también deriva en la enuresis.
A muchos padres les cuesta trabajo comprender que los hijos no tienen la culpa de mojar la cama. No obstante, deben saber que, de acuerdo con la Fundación Nemours, es muy rara la vez en que un niño lo hace a propósito. En lugar de buscar un castigo, lo más idóneo sería encontrar una solución.
¿Cómo permanecer seco?
Para ello, puedes vigilar a que tu hijo tome suficientes líquidos durante el día para que así pueda ir al baño antes de dormir y no se vaya con la vejiga cargada. También debes cuidar que no consuma líquidos que contengan cafeína, como refrescos de cola y té ya que aceleran la producción de orina.
Si el niño es menor de 5 años, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejan no llevar a tu hijo al doctor por esta causa, pero si el paciente supera los 7 años y se moja más de dos o tres veces a la semana, la consulta es necesaria.
¿Existe un tratamiento?
En la mayoría de los casos, los niños pueden superar este hecho sin ningún tratamiento; no obstante, en varios casos la terapia conductual puede servir de gran ayuda. Allí se trabajan algunos aspectos que incluyen entrenamiento de la vejiga y un sistema de premio para las noches en que no se orina.
Amaestrar este órgano sí es posible. Para ello anota la hora en que tu hijo orina durante el día, luego calcula el tiempo que transcurre entre cada vez que va al baño. Después de uno o dos días, trata que tu hijo espere 15 minutos más antes de ir al baño. Este método ayudará a estirar la vejiga para retener más líquido.
Integra una alarma de humedad
Otra forma de evitar este percance es colocando una pequeña alarma de humedad en la cama o en la ropa interior de tu hijo. Con las primeras gotas de orina, un timbre se activará y el niño podrá detener el flujo de líquido, levantarse e ir al baño. Informa la Fundación Nemours.
Pero si la terapia conductual no ha rendido sus frutos, el médico podría recetar medicamento, el cual ayudaría a la vejiga a retener más orina y también auxiliaría a los riñones a producir menor líquido. Sin embargo, estos medicamentos podrían tener efectos secundarios.
No los culpes
Al final, los niños pueden sentirse mal por haber mojado la cama. Por esto es importante hacerles ver que no tienen la culpa. Regañar y castigarlos no les ayudará a mantenerse secos, por el contrario, sólo reforzará sus inseguridades. (Fundación Nemours)