Nace con el corazón conectado al revés

Chloe Bennett (foto) fue diagnosticada con un defecto congénito en el corazón mientras todavía se encontraba en el útero de su mamá. En su exploración de 20 semanas de embarazo, Stephanie Bennett fue informada que su retoño presentaba transposición de las grandes arterias.

Son las siglas que describen la transposición de las grandes arterias, un padecimiento del corazón que está presente al nacer donde dos arterias principales como la arteria pulmonar y la aorta se encuentran conectadas invertidamente, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Esta enfermedad es considerada potencialmente mortal debido a que los principales vasos sanguíneos del corazón, al estar conectados de forma equivocada, hacen que se detenga la circulación de oxígeno por todo el cuerpo, derivando así en graves problemas para respirar.

Los CDC calculan que cada año alrededor de 1,900 bebés en Estados Unidos nacen con TGA. En otras palabras, 5 de cada 10,000 bebés que nacen en el país tiene esta condición.

Generalmente la sangre que regresa al corazón procedente de todo el cuerpo es bombeada desde el lado derecho de este órgano mediante la arteria pulmonar y después se dirige hacia los pulmones. Allí recibe oxígeno y después va al lado izquierdo del corazón.

Cuando las arterias están conectadas de forma invertida, todo cambia. La arteria pulmonar, que normalmente lleva sangre pobre en oxígeno hacia los pulmones, se plantea ahora desde el lado izquierdo y lleva sangre rica de este elemento mientras que la aorta transporta sangre pobre al resto del organismo.

Hasta el momento la causa exacta de este problema se desconoce. Algunos científicos han encontrado que tener una enfermedad viral, una mala nutrición, beber alcohol o tener diabetes durante el embarazo podrían ser algunos de los detonantes.

Debido a la condición preocupante con la que nació Chloe el 30 de mayo de 2014, los médicos tuvieron que advertirle a su mamá que la única opción para que su hija sobreviviera era la cirugía, por lo que, cuando sólo tenía tres horas de haber nacido, la llevaron al quirófano, para practicarle una septostomía de balón, bajo anestesia general.

Es un procedimiento médico que se emplea generalmente durante la cateterización cardíaca, en donde se usa una especie de balón para incrementar el flujo sanguíneo y mejorar la oxigenación en los pacientes con cardiopatías. “Ellos pusieron un tubo a través de su ombligo y se infla un globo en su corazón”, explica Stephanie.

A pesar de la cirugía, la bebé tuvo que volver a ser atendida 16 días después, en una operación a corazón abierto para reconectar las arterias, según explicó la mamá de Chloe.

Es el nombre del procedimiento en donde la vena aorta se conecta al ventrículo izquierdo mientras que la arteria pulmonar se coloca en el ventrículo derecho como el caso de un corazón normal, según informa la Universidad del Sur de California.

Cuando no existe una cirugía correctiva ante un caso de TGA, el paciente puede presentar daño a los pulmones, insuficiencia cardiaca, ritmo cardiaco anormal, problemas con las arterias coronarias, así como con las válvulas cardiacas con escape, informan los CDC.

A pesar de lo delicada que fue la cirugía, ésta fue un éxito y tanto los padres de la menor, como sus tres hermanos sintieron un gran alivio de saber que poco a poco el nuevo integrante de la familia irá llevando una vida normal.

Y a pesar de recibir dos cirugías cuando aún no cumplía el mes de nacida, la pequeña Chloe le ha dado una gran lección a su familia, pues a pesar del complicado panorama siempre mostró fortaleza. “Ella nunca se queja y siempre está sonriendo, ella es la bebé más feliz”, concluyó Stephanie.

Por fortuna muchos papás pueden evitar pasar por esta situación, ya que se ha encontrado que este defecto se puede corregir si es detectado a tiempo. Como medidas, se recomienda consumir un multivitamínico con ácido fólico, no fumar y no beber en el embarazo. Informaron los CDC.