¿Funciona la tecnología para combatir el insomnio?
Por Hercilia Garnica
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Epidemia mundial
El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido durante la noche o despertarse demasiado temprano en la mañana. Los problemas del sueño son una epidemia que afecta la salud y la calidad de vida del 45% de la población mundial, refiere la Biblioteca Nacional de Medicina.
Los hábitos de sueño que aprendiste de niño pueden afectar tu sueño en la edad adulta. Algunos de esos malos hábitos que pueden causar insomnio o empeorarlo incluyen: acostarse a una hora diferente cada noche; hacer siestas diurnas; demasiada luz o demasiado ruido; no hacer suficiente ejercicio; ver televisión, utilizar la computadora o un dispositivo móvil en la cama.
Dormir lo suficiente es una parte importante de un estilo de vida saludable. El insomnio te puede afectar mental y físicamente. Puede hacer que te sientas cansado, deprimido e irritable. También puede hacer que sea difícil concentrarte o realizar tareas durante el día. Preocuparte por no poder dormir a veces empeora tu insomnio.
Expertos señalan que para romper el círculo de insomnio es importante cambiar los factores que están contribuyendo a perpetuarlo. Es decir, cambiar los hábitos inadecuados, como eliminar los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación, y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables.
Cada día surgen nuevas herramientas tecnológicas que, en un intento por imitar lo que se hace en una clínica del sueño, tratan de darle respuestas a un problema creciente y cada vez más generalizado: el insomnio. Hay expertos que no las avalan porque no son tan útiles como se cree.
Aplicaciones móviles para saber cómo duermes; pulseras para registrar la calidad y duración del sueño de cada noche; sensores que siguen los movimientos en la cama; micrófonos que graban los ronquidos; y hasta cojines con altavoces incorporados.
Solo una pequeña ayuda
Eduard Estivill y Antoni Bové, ambos españoles y expertos en sueño, coinciden en que esas nuevas herramientas no son tan útiles como parecen. Pueden ser una ayuda, pero por los momentos no sustituyen el polisomnográfico, el aparato correcto para hacer estudios del sueño, y no son capaces de orientar acerca de las causas.
Los expertos advierten que las pulseras y las aplicaciones no pueden analizar las fases del sueño, ni medir la actividad cerebral, ocular o muscular. Aunque reconocen que a sus consultan van pacientes que le llevan los ronquidos grabados o los registros hechos en su propia habitación con las herramientas que han adquirido.
Eduard Estivill y Antoni Bové creen que el principal aporte de la digitalización del descanso está en la sensibilización de los propios pacientes. Cada vez con más frecuencia la gente se interesa por sus rutinas de sueño y busca ayuda para remediar la baja calidad del descanso.
Algunas aplicaciones
Hay aplicaciones y dispositivos que prometen algoritmos que inducen a la relajación a través del sonido. Incluye un modo meditación. Hay otras que monitorean el patrón de sueño con el celular y luego te despiertan con la alarma en el punto óptimo de la mañana.
Monitoreo desde la muñeca
Hay pulseras diseñadas para monitorear y mejorar el descanso de los deportistas de alta competición. Mide las variaciones del ritmo cardiaco para controlar si se recuperan bien tras el esfuerzo.
Ondas Delta en MP3
Para los que necesiten evadirse del ruido ambiental de la habitación y conciliar el sueño existe un aparato en forma de reproductor mp3 que ofrece tres horas de melodías dotadas de frecuencias naturales de ondas delta para que las reproduzcas cuando vayas a la cama, y unos minutos después tu cerebro empezará a asimilarlas.