Famosos con kilos de fama

Durante muchos años el actor Edgar Vivar experimentó los problemas de alimentación que lo hicieron subir su volumen corporal de manera alarmante; sin embargo, gracias a una operación bypass a la que se sometió pudo olvidarse de este tormento.

Aunque ha hecho un gran esfuerzo por bajar de peso, al conductor Raúl de Molina aún le faltan varios kilitos por quemar, ya que además de reflejarse en el aspecto físico, la obesidad es un problema serio de salud.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, significa tener un exceso de grasa en el cuerpo a diferencia del sobrepeso, que es pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo. Ambos términos significan que el peso es mayor de lo que se considera saludable.

Su aspecto regordete le hizo ganar popularidad al interpretar al gruñón Pedro Picapiedra en la película “The Flinstones”; sin embargo, los años han pasado y el actor parece no estar haciendo algo por cuidar su figura.

De acuerdo con la Asociación Americana Psicológica (APA), la obesidad aumenta considerablemente el riesgo de tener hipertensión, enfermedades cardiacas, diabetes tipo 2, enfermedad de la vesícula biliar, fatiga crónica, asma, apnea obstructiva del sueño y algunas formas de cáncer.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), entre 1991 y 2001, la obesidad creció un 74% en EU y la prevalencia de diabetes tipo 2 aumentó un 61% durante el mismo período. Investigadores creen que cada kilo extra de masa corporal aumenta el riesgo de desarrollar diabetes en un 4,5%.

Así como un día lo puedes ver delgado, de repente al actor estadounidense le da por consentir su estómago y come lo que se encuentre a su alrededor. Lo que es un hecho es que a pesar de su cambiante complexión de delgada a obesa, su talento es indiscutible.

Desde que saltó a la fama, a través de la Banda El Recodo, el cantante mexicano lucía unos kilos de más, sin embargo, conforme pasan los años, el artista sigue conservando su misma complexión y parece no tener intención por eliminar su pancita.

Rara vez se limitan a los factores genéticos sino en cómo pensamos y sentimos, por ejemplo, sentimientos de tristeza, ansiedad o estrés a menudo llevan a las personas a comer más de lo habitual. Estas prácticas pueden ocasionar problemas a largo plazo, según informa la APA.

A sus 64 años, la carrera del actor francés podría correr peligro, y no nos referimos a los problemas legales que tiene en la actualidad, sino a que debido a su notable sobrepeso, es altamente propenso a padecer enfermedades como la diabetes, una afección degenerativa.

La depresión y estrés pueden causar un cambio en los hábitos alimenticios y actividades. Muchas personas con problemas comienzan, sin darse cuenta, a comer demasiado o a abandonar el ejercicio. En poco tiempo, esto se transforma en un hábito que es difícil cambiar.

Gracias a su aspecto físico descuidado, el actor estadounidense ha ganado varios papeles en cintas como “Nacho Libre”, en donde por cierto, interpretó a un luchador obeso. Lo que no sabemos es si el artista sigue buscando esta clase de papeles o simplemente vive su vida sin asumir riesgos.

Piensa acerca de lo que comes y por qué. Lleva un registro de tus hábitos alimenticios y escribe todo lo que comes, el momento del día y la cantidad de comida. Registra también los pensamientos que tuviste en ese momento: ¿estaba triste o molesto por algo? ¿estaba estresado o ansioso?

Otra de las figuras con problemas de obesidad es sin duda el actor mexicano, quien a sus 58 años se ha hecho popular, además de su gran talento sobre el escenario, por su singular barriga que presume con alegría a cualquier lugar que asiste.

A sus 63 años, Juan Gabriel luce de manera irreconocible que cuando comenzó a cosechar sus primeros éxitos, allá por la década de 1970. Ahora el artista luce con varios kilos de más, pero eso sí, el talento sigue siendo el mismo.

A pesar de ser sorprendido comiendo apios en entregas de los premios Oscar y de confesar que se ha sometido a dietas, la verdad es que su complexión sigue siendo la misma, y a sus 68 años aún tiene el mismo problema de obesidad.

Además de hacer la dieta menos privativa, pronto quedarás satisfecho con las porciones más pequeñas. Esto también le dará una plataforma para reducir aún más tu apetito.

Enfrentar la obesidad y problemas similares de control de peso requiere adoptar nuevos hábitos saludables, pero no intentes cambios radicales en tu dieta ya que no sólo se agrava una situación de salud precaria sino también se pasa por alto las actitudes y emociones que causaron la obesidad en primer lugar.