Muchas veces la piel y los músculos de los brazos delatan el paso de los años, produciendo el odioso "efecto salero" o "alas de murciélago", ese bamboleo en la zona de los tríceps al agitar la mano para saludar o condimentar la comida. Antes de esconder el problema, debes saber que hay formas de evitarlo.
Más proteínas
Junto con las grasas y los carbohidratos, las proteínas son imprescindibles para una buena dieta. Se las denomina el "hormigón" del cuerpo, ya que son el principal componente que da estructura a las células y son necesarias para el crecimiento y la reparación de los tejidos. Podemos hallarlas en las carnes, clara de huevo, legumbres, semillas, frutos secos, lácteos, o soja y sus derivados.
Depura tu organismo
A veces los músculos y la piel se ven flácidos si hay mucha concentración de toxinas en el organismo. Estas pueden eliminarse a través de la transpiración y la orina, aunque esto se puede reforzar usando arcilla una vez por semana.
Se cree que la arcilla tiene la propiedad de eliminar toxinas y atenuar la grasitud de la piel. Para aprovecharla puedes mezclarla con agua hasta lograr una pasta que no gotee y aplicarla en los brazos, dejando secar hasta que se vea cuarteada. Luego se enjuaga con agua tibia frotando con una toalla húmeda y coloca crema humectante.
Haz ejercicio
Para combatir la flacidez de los brazos conviene trabajar con mancuernas o cualquier objeto pesado que tengamos en casa. Con 10 minutos de ejercicios todos los días pronto desaparecerá. Aquí te recomendamos dos opciones para que pongas en práctica:
Extensión alternada de antebrazos
Ponte de pie, con las piernas apenas flexionadas, el tronco hacia delante, los brazos pegados al cuerpo y los codos flexionados. Lleva un brazo hacia atrás hasta extender el codo y mantén por 3 segundos, regresa y lleva atrás el otro brazo. Haz 3 series de 15 repeticiones con cada brazo. Para lograr mejores resultados, agrega mancuernas.
Medio fondo o half dipping
Ubícate de espaldas a un banco, silla o escalón, con las manos apoyadas en el borde, los pies en el piso y las piernas semi flexionadas, dejando el cuerpo en el vacío. Haz una flexión de los codos para que el cuerpo baje hacia el piso, mantén unos segundos y regresa a la posición de inicio. Haz 3 series de 15 repeticiones.
Activa tu piel con agua fría
Cuando te bañes, evita usar agua demasiado caliente, ya que puede resecar la piel. Antes de secarte, abre el agua fría y déjala caer sobre brazos y piernas. Notarás cómo se activa de inmediato la circulación, que le hará muy bien a tu piel.
La vida sedentaria retrasa la renovación celular y hace más lenta la generación de colágeno. Tu cuerpo pierde tono muscular, mientras que la piel carece de elasticidad y luce menos luminosa. Si no eres amante del gimnasio, puedes salir a caminar o andar en bicicleta, 30 minutos por día, 5 veces por semana marcará la diferencia.
Deja de fumar
Distintos estudios revelaron que en la piel de los fumadores disminuye el flujo sanguíneo, lo cual la priva de la llegada de suficiente oxígeno y nutrientes esenciales. Esto deshidrata la superficie cutánea y malogra su aspecto. También disminuye la absorción de vitamina A, y afecta el colágeno y la elastina de la piel.
Suplementos
El consumo de suplementos como antioxidantes, selenio y resveratrol retrasan la decadencia de los tejidos. También ayuda el uso de cosméticos de buena calidad que hidraten la piel en profundidad o de sustancias químicas que actúan en la piel favoreciendo su nutrición. Sin embargo, estas opciones deben ser indicadas por un especialista.
Cirugía
La braquioplastía es una cirugía que se suele realizar tras bajar mucho de peso para combatir la flacidez excesiva de los brazos. Sin embargo, los expertos advierten que deja una gran cicatriz, ya que la incisión va desde el codo hasta la axila. Por eso, se recomienda solo cuando el cambio realmente lo justifique. De otro modo, lo mejor es la dieta y el ejercicio regular.
Recuerda
La piel es un órgano formado por tres capas: la dermis, epidermis e hipodermis. Contiene células y fibras que le dan elasticidad y firmeza, cualidades que se van perdiendo con la edad. Además, algunas personas tienen predisposición genética a la hiperlaxitud, mientras que otras, a tener brazos firmes y torneados aun sin hacer ejercicio.
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.