Un juego “demoníaco” está causando furor en el todo el mundo. Se trata del Charlie Charlie Challenge, que al igual que la ouija consiste en invocar a un espíritu del más allá para responder preguntas en torno al futuro. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?
Desde que llegó a la web se convirtió en todo un fenómeno. El reto de Charlie, como se le conoce en español, ha sido una de las experiencias más compartidas por usuarios de todo el mundo. De hecho, el hashtag #CharlieCharlieChallenge aparece en Twitter casi 2 millones de veces.
¿Cómo se juega?
Para jugarlo sólo necesitas colocar en equilibrio dos lápices en forma de cruz sobre una hoja de papel con las palabras “sí” y “no”. Posteriormente se hacen preguntas a un supuesto demonio llamado Charlie que contestará moviendo el lápiz hacia una de las palabras.
Y pese al escepticismo de muchos, en varios videos que circulan en la red, se puede observar cómo, al poner en práctica dicho juego, existe una respuesta que sin la intervención humana mueve los lápices hacia distintas posiciones.
La nueva ouija
Este fenómeno ha puesto a muchas personas a reflexionar sobre la existencia de los fenómenos paranormales y los seres del más allá. Incluso, la ciencia se ha planteado la misma pregunta en más de una ocasión.
De acuerdo con Jennifer Whitson, investigadora de la Universidad de Texas en Estados Unidos, cuando el ser humano se enfrenta a hechos de aparente procedencia paranormal busca una especie de protección frente a las verdades del mundo real.
¿Por qué creer en lo paranormal?
“Se tratan de situaciones tan complicadas que aunque no podamos tenerlas bajo control de forma objetiva, intentamos estructurar la realidad a nuestro alrededor, aunque esta estructura sea solo una ilusión”, explica Whitson.
De hecho, la misma investigadora asegura que muchos de los fenómenos sobrenaturales suelen ser generados por la mente. Basta con el simple hecho de preguntar a alguien acerca de momentos críticos en el pasado para comenzar la sugestión.
Cuestión sugerente
Para comprobar esto, Michael Nees, de la Universidad de Lafayette, en EU, realizó un experimento en donde les dijo a su grupo de alumnos que estaban formando parte de un experimento paranormal. Curiosamente, varios de ellos imaginaron cosas extrañas que no existían.
En tanto, Adam Waytz, de la Universidad del Noroeste en Illinois sostiene que el humano tiende mucho a atribuir cualidades a fenómenos que nos las tienen, lo cual se conoce como antropormorfismo.
Lo anterior se refiere a que ante una fuerte tormenta o grave enfermedad es común atribuir tal fenómeno a un espíritu o a un demonio, en lugar de admitir que no se tiene control sobre cierta situación.
Escepticismo y superstición
Y aunque podrían tacharse estas creencias como supersticiosas, después de todo no son tan malas si se saben canalizar. Como ejemplo, una prueba de memoria en donde se pidió a los voluntarios emplear un objeto que les trajera suerte, lo cual al final mejoró considerablemente sus resultados.
Entonces, ¿qué hay del lápiz?
Volviendo al caso del Charlie Challenge obtendríamos dos explicaciones, la primera, una supersticiosa para aquellos que aseguran que el movimiento está dictado por el poder del demonio Charlie, mientras que la otra desde una postura más escéptica.
De acuerdo con los principios de la física, no hay que olvidar que la fuerza de gravedad y la posición inestable de los lápices pueden hacer que a la menor provocación éstos se muevan. Además, el ambiente también podría afectar en su equilibrio.
¿Sí o no?
Al final, la respuesta a este fenómeno dependerá del cristal con que se mire, ya que mientras hay testimonios que aseguran haber recibido una señal de Charlie, en otros casos no pasó absolutamente nada.