El paso de un huracán es peligroso: provocan fuertes vientos, inundaciones y lluvias torrenciales que pueden afectar el suministro de agua y electricidad y el acceso a alimentos y servicios de salud. Si vives en una zona de riesgo, debes tomar precauciones antes y después del fenómeno natural.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejan que comiences a prepararte antes de que se detecte la llegada de algún ciclón para protegerte y cuidar tu salud y la de los tuyos. Revisemos algunas estrategias.
Haz un plan
Almacena suministros de primeros auxilios en tu casa y en el auto; anota los números de emergencia y ponlos en lugares visibles y guárdalos en tu móvil; compra un extintor de incendios y, junto a tu familia, lean cómo se usa; averigua dónde está el refugio más cercano y cuál es la vía para llegar más rápido.
Ten a mano un generador, por si se interrumpe el servicio de electricidad. Para evitar una intoxicación por monóxido de carbono, no lo uses dentro de tu casa (ni ningún otro aparato que funcione con gasolina, gas o carbón) e instala un detector de monóxido. Estas intoxicaciones pueden ser mortales.
Almacena alimentos
Es posible que el suministro de alimentos, almacena una cantidad que te rinda para tres a cinco días. Busca productos de larga vida (enlatados, deshidratados), que no requieran cocción ni refrigeración y que no sean muy salados o picantes (aumentan las ganas de tomar agua).
Para que los alimentos se conserven en buen estado, deben estar en un lugar seco, oscuro y fresco (40 a 70 °F o 4 a 21 °C). Mantenlos lejos de las estufas o las salidas de aire de los refrigeradores (el calor los puede dañar). Mételos en cajas y envases a prueba de agua.
Puedes almacenar agua embotellada para usarla si el servicio se interrumpe o si la que llega por el grifo está turbia. Si no has almacenado agua, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomienda hervir la que llega por el grifo para matar cualquier organismo que cause enfermedades.
Si está turbia también puedes filtrarla a través de paños limpios, dejar que se asiente y luego extraer el agua limpia para hervirla o agregar ocho gotas de blanqueador doméstico regular por cada galón. Debes hervirla por un minuto, dejar que se enfríe y guardarla en recipientes limpios con cubiertas.
Cuida tus medicamentos
Las drogas expuestas a inundaciones o al agua turbia pueden contaminarse y provocar serios daños en la salud. Si tus medicamentos estuvieron expuestos al agua no segura, deséchalos y reemplázalos lo antes posible, incluso los que estén en sus envases originales con tapas de rosca, de presión o goteros.
Los medicamentos refrigerados puedes empacarlos en hielo seco, si hay cortes de energía. Y si tienes un dispositivo de salud que dependa de la electricidad, debes aprender cómo mantenerlo funcionamiento en caso de un corte.
La FDA recomienda que no ingieras ningún alimento, bebida o medicamento que pueda haber estado en contacto con el agua de la inundación. Los que estaban en un embalaje impermeable, deben limpiarse completamente con agua y jabón o con una solución de lejía.
Si estuviste en un refugio, al volver a casa no enciendas la electricidad si hay aguas estancadas, cableados con chispas u olor a algo quemado, aconsejan los CDC. Y antes de usar tu auto, revisa su batería con guantes aislantes para protegerte de cualquier ácido que pueda haberse derramado.