Si bien los huracanes son inevitables, su efecto sobre la salud se puede reducir con una preparación adecuada a nivel personal y familiar, como por ejemplo, a través de medidas que permitan cuidar del agua y los alimentos. Todos los integrantes de la familia deben saber qué hacer en caso de emergencias, destacó en entrevista para HolaDoctor, Cynthia Quinones, coordinadora de seguridad y salud de la Universidad de Texas, en EE.UU.
“Cuando las personas sepan que viene un huracán, no deben confiarse ni bajar la guardia, siempre hay que tener cuidado, un solo evento climatológico es suficiente para causar daño y nos enfermemos, hay que prepararse todos, no sólo los adultos, también los niños y a las mascotas”, añadió.
La especialista puntualizó la importancia de tener preparados dos kits de supervivencia a mano: uno para una posible evacuación y otro que le permita ser autosuficiente durante varios días. El paquete debe incluir ropa, alimentos no perecederos, agua (mínimo un galón diario por persona), una radio portátil, una linterna, baterías y los documentos más importantes protegidos en una bolsa impermeable.
Si en la familia hay alguna persona que necesita medicación, por ejemplo para una enfermedad crónica como podría ser diabetes o hipertensión, se deben incluir también los medicamentos prescritos y otros artículos médicos (aparatos de audición con baterías de repuesto, anteojos, lentes de contacto, jeringas, bastón).
Refirió que en situaciones de emergencia, hay dos aspectos clave a tener en cuenta para proteger la salud de la población: por un lado, el manejo adecuado del agua y los alimentos, y por el otro, los cuidados especiales a las personas más vulnerables.
Los alimentos refrigerados y medicamentos son algunas de las principales cosas que hay que manejar y preservar durante una tormenta. Se recomienda tener un suministro de emergencia de un mes de medicamentos.
Manejo de medicamentos
La insulina y algunos medicamentos líquidos pueden necesitar refrigeración, las bolsas del almuerzo que contienen un paquete de enfriamiento son una buena opción para esos productos. La insulina puede mantenerse sin refrigerar hasta por 28 días únicamente si se le conserva entre 59 y 86°F.
Los pacientes dependientes de oxígeno probablemente necesitarán una fuente eléctrica de reserva de cilindros de oxígeno. Las mujeres embarazadas de alto riesgo o de 36 semanas o más, deben consultar a su médico si consideran necesario refugiarse en una instalación de salud. Los pacientes inmóviles o postrados en cama, deben asegurarse de que su cuidador estará con ellos durante la tormenta. Las personas con condiciones cardiacas, deben tener el equipo para monitorear la presión arterial. Mientras que los pacientes asmáticos, deben tener los suministros de medicamentos y llevarlos siempre consigo para garantizar el tratamiento necesario.
Protección alimentos
Mantener la comida a una temperatura saludable puede ser un reto durante un huracán. Si la luz se va, tu refrigerador cerrado se quedará en una temperatura apropiada durante aproximadamente cuatro horas. Las hieleras son una buena solución si la energía falla. Es importante desechar cualquier alimento que haya estado en contacto con el agua de la inundación y asegurarse de que el agua de la llave es segura para cocinar o bañarse.
En la medida de lo posible, lavarse tus manos con agua tibia y jabón. Si no hay agua, usa productos a base de alcohol. Acude al médico o al centro de salud más cercano y vacúnate contra posibles brotes de enfermedades como: hepatitis, rabia y meningococo, causadas principalmente por el hacinamiento.
Ante la posibilidad de que se registren cortes masivos al suministro de energía eléctrica, los teléfonos móviles pueden resultar útiles mientras dure su batería. Procura tenerlos cargados. Las páginas en Facebook o Twitter de la Cruz Roja, la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) son buenas herramientas de información.
LA NOAA prevé una menos activa temporada de huracanes con la formación de entre 6 y 11 tormentas tropicales, de las cuales entre 3 y 6 derivarían en huracanes. Hasta 2 de ellos podrían ser de categoría mayor (intensidad 3, 4 o 5 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson). La temporada de huracanes de 2015 inicia de manera oficial el 1 de junio para los países que tienen costas y territorios marítimos sobre el Océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México, y se extiende hasta el 30 de noviembre.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la preparación y la respuesta ante un huracán.