Adicción a los sustos, ¿es buena o mala?

Las fotos que a continuación te presentamos corresponden a las reacciones que mostraron varios visitantes a su paso por la casa embrujada y la fábrica del miedo y las pesadillas, un sitio temático ubicado en Canadá, del que se dice es el lugar más espantoso de todo el mundo. ¿Será verdad?

Saben a lo que se van a someter. Como si se tratara de un acto de autocastigo puro, muchas personas buscan algunas formas de suspenso, pero, ¿por qué? Según Glenn Sparks, académico de las universidades de Purdue, en Estados Unidos, este tipo de adicción se debe a un fenómeno llamado “transferencia de excitación”.

De acuerdo con Sparks, este proceso indica que cuando alguien se somete a un trabajo donde será asustado, el miedo causará que su ritmo cardiaco acelere, al igual que la presión sanguínea y la respiración. Esta sensación, suele durar tiempo después de finalizar la experiencia, lo que hace que una persona viva con intensidad.

Para muchas personas, vivir en este estado podría significar una completa adicción ya que constantemente buscarán situaciones para repetir tal experiencia. Esto podría ser una posible explicación al por qué a muchos les encanta ser espantados.

En la mayoría de los casos, las personas tienen una reacción física ante el miedo en donde las pupilas se dilatan, la respiración y el ritmo cardíaco se aceleran, y se liberan químicos como la adrenalina. Todo esto ayuda a que los músculos tengan más energía.

Para muchas personas ahora existirá una gran razón para ver una película de terror. Un estudio hecho por científicos de la Universidad de Westminster, Inglaterra reveló que el aumento del pulso, los latidos cardiacos y la descarga de adrenalina que se genera al ver una película de terror por 90 minutos favorece la quema de calorías.

Según explica Ricardo Mckenzie, especialista en metabolismo celular, “la liberación de adrenalina en situaciones de intenso estrés suele tener, además, un efecto en el que se disminuye el apetito y se queman más calorías".

Por otra parte, ser asustado podría quitarte la paz a la hora de dormir. Esto se puede explicar gracias a que con los sustos, el cerebro se activa del mismo modo como si viviera una situación real de peligro, es decir, se reviven malos recuerdos asociados al momento que se vive, los cuales se pueden reactivar en cualquier momento.

Sentir una buena descarga de adrenalina de vez en cuando no le viene mal a nadie, pero en exceso sería fatal. Según el Dr. Martin Samuels, del Hospital Brigham, si la adrenalina se segrega en grandes cantidades “puede dañar los órganos internos como el corazón, los pulmones, el hígado y riñones”.

De acuerdo con un estudio, las personas que sufren de fobias, ataques de pánico o trastornos de ansiedad tienen tres veces más posibilidad de sufrir un ataque al corazón imprevisto. Si a esto le agregamos un “sustito”, el riesgo que sus vidas corran peligro sería mucho mayor.

De acuerdo con la opinión de varios expertos en la publicación World of Psychology, se debe evitar que los niños vean películas de terror, o sean asustados, esto debido a que la excitación causada les puede traer ataques de ansiedad hasta problemas para dormir, incluso a adolescentes de hasta 14 años.

Además, se ha encontrado que las obsesiones, también suelen presentarse en muchos niños que son asustados. Si no fuera suficiente, el hecho de ver sangre representada en una película también puede afectarlos emocionalmente.

¿Sabías que es un trastorno del sueño y que le puede ocurrir tanto a niños como a adultos? De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, este problema hace a muchos despertar rápidamente de su sueño en un estado aterrorizado. Aunque las causas son diversas, una de ellas se relaciona con ver películas de suspenso o estar en situaciones de terror.