Los 10 tips más insólitos para bajar de peso

En el pasado, las personas intentaban bajar de peso comiendo menos. Hoy sabemos que es mejor satisfacer los antojitos entre comidas para aumentar el metabolismo y evitar que estemos muertos de hambre a la hora de almorzar o cenar. Eso sí: elige "snacks" saludables, para no agregar calorías extras.

Cuando tenemos mucho apetito comemos lo que sea, ya sea saludable o no. Entonces, para evitar llegar a ese momento en que somos capaces de comernos un paquete entero de chips de papa, mejor comer "snacks" saludables entre comidas altos en proteina como queso, una cucharadita de mantequilla de maíz, fruta o edamame (vainas de soja).

No necesariamente porque nos acelera el metabolismo sino porque cuando la comida es picante comemos más despacio. Esto hace que le de tiempo a la hormona leptina a aumentar sus niveles, que a su vez le envía un mensaje al cerebro de que estamos llenos y es hora de dejar de comer. Como resultado, ingieres menos calorías.

Pueden ser siete horas e incluso hasta dormir una siesta de 15-20 minutos durante el día. Las personas que duermen poco tienen niveles altos de grelina, que es la hormona que provoca el hambre, y niveles bajos de leptina, que es la que nos hace sentir llenos. Esta combinación hace que la persona ingiera más calorías y suba de peso.

Tanto si se come la fruta natural o se toma un suplemento de frambuesas, se pueden aumentar los niveles de una hormona conocida como adiponectina, según estudios recientes. Esto ayudaría a que la grasa en nuestro cuerpo se metabolice más eficientemente. Con 100 mg diarios es suficiente.

Estudios recientes sugieren que el exceso de antibióticos altera significativamente la flora intestinal y cambia la forma en que se absorben las calorías y los nutrientes de los alimentos que ingerimos. El resultado final puede ser un aumento de peso. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) indican que tomar probióticos ayudaría a prevenir la diarrea causada por infecciones y antibióticos y a reponer la flora.

Un estudio de la Universidad de California, en San Francisco, publicado en el Journal de Obesidad, encontró que las personas que “comen a conciencia” y aplican métodos para reducir el estrés, tienen menos predisposición a aumentar de peso, incluso sin hacer dieta. En particular, observaron una reducción de grasa en la zona del abdomen.

Aunque la dieta y la actividad física son fundamentales, si no lo logras controlar tu ansiedad y tu estrés posiblemente fracases. Aprende a meditar o incorpora alguna técnica para recuperar la tranquilidad cuando los nervios te superan. De esta manera, evitarás la alimentación emocional y te evitarás muchas libras de más.

Las comidas ricas en agua sacian tu apetito aportándote pocas calorías. Algunos ejemplos: tomate (94% de agua), sandía (92%), calabacín (95%), manzana (84%), brócoli (91%), damasco (86%), repollo rojo (93%), banana (74%), arándanos (85%) y zanahorias (87). Fuente: Universidad de Kentucky

Es mejor empezar el día con proteínas, como huevos, que con carbohidratos. Estudios recientes han demostrado que quienes desayunan con proteínas experimentan menos hambre durante el día.

Una investigación de la Universidad de Rhode Island encontró que quienes comen goma de mascar, consumen 68 caloriás menos al mediodía y además no comen de más. Consejo: elige goma de mascar “bajas calorías” y no abuses, ya que pueden tener un efecto “laxante”.

Cuando te propongas un peso que desees alcanzar, piensa en un objetivo saludable y que puedas sostener. Lo ideal es perder una libra por semana (454 gramos). No te dejes tentar por las dietas extremas, que logran resultados “mágicos” pero pueden afectar tu salud además de que la mayoría vuelve a recuperar su peso inicial.