Viven con pánico a la modernidad

Velma tiene 51 años, y pasa hasta 15 horas al día en una caja de Faraday, que le costó aproximadamente $5.000. El motivo por el cual decidió hacer esta compra es porque ella dice que es intolerante a la tecnología moderna.

Esta famosa caja consiste en provocar que el campo electromagnético en el interior de un conductor en equilibrio sea nulo, evitando el efecto de los campos externos. De esta manera Velma se siente protegida de las radiaciones.

Es un término descriptivo para los síntomas supuestamente causados por la exposición a campos electromagnéticos. Otros términos incluyen electrohipersensibilidad y síndrome de sensibilidad magnética (EMS).

Esta rara enfermedad de la sensibilidad magnética eléctrica (EMS), provoca en ella la repulsión al estar cerca de los campos electromagnéticos pulsantes. Esta condición le surgió con la llegada de los teléfonos móviles 3G.

Según define el Instituto Nacional de la Salud Mental, una fobia es un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real. Las personas con este problema pueden experimentar pánico, miedo, taquicardias, falta de aire, temblores y un fuerte deseo de huir.

Velma platica que cuando se encuentra cerca de teléfonos móviles, WIFI y equipos de satélite ella empieza a sufrir de agonizantes dolores de cabeza, siente nervios, pérdida de memoria, zumbido de oídos, latidos cardíacos ectópicos, vértigo y dolor en las articulaciones.

De acuerdo con la publicación “Hipersensibilidad electromagnética" de Rubin James, algunos signos que se presentan con el EMS incluyen dolores de cabeza, fatiga, estrés, trastornos del sueño; síntomas en la piel como picazón, ardor, erupciones cutáneas; así como problemas musculares.

De acuerdo con un reporte elaborado por la periodista de la BBC Jane O’Brien, algunos estadounidenses con ésta condición tuvieron que refugiarse en las montañas del oeste de Virginia debido a que la conexión Wi-Fi estaba causándoles problemas, por lo que buscaron un lugar libre de esta señal.

La realidad es que la vida de Velma gira alrededor de las 4 paredes de la Jaula de Faragay, ya que se encuentra la mayor parte del tiempo en ella. Para entretenerse lee libros, realiza obras de arte o escribe.

Una publicación sobre la percepción subjetiva de hipersensibilidad en California, realizó una encuesta a 2.072 personas dentro del mismo estado en 2002 y encontró que un 3% del público entrevistado reconoció tener cierta sensibilidad al estar cerca de aparatos eléctricos, equipos o líneas de alta tensión.

La canadiense Joanne Laberge, una joven de 48 años.Estaba llena de vida cuando desafortunadamente sufrió de EMS en 2006. "Me tomo casi un año a través de mis citas con el médico, muchas visitas con urgencias, el dolor, el malestar, casi antes de que me diera cuenta de lo que tenía”, comentó.

Joanne tuvo que dejar su trabajo, y apenas podía utilizar un teléfono con altavoz. Ella comenta: “Voy corriendo dentro y fuera de las tiendas simplemente porque no puedo tolerar teléfonos celulares o estar cerca de las luces fluorescentes, incluso los transformadores y torres a distancia me afectan".

De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS) actualmente no existen criterios aceptados de investigación distintos a los auto-reportes de síntomas. Además de que no hay ninguna guía práctica clínica.

Joanne comenta que existen numerosos casos en Canadá, y en todo el mundo y que este síndrome de radiación no es nuevo. Ella asegura: “Esta enfermedad me destruyó el sistema inmunológico y me afecta toda la bio-eléctrica en mi cuerpo.”

Para algunos científicos las quejas de hipersensibilidad electromagnética puede enmascarar una enfermedad psiquiátrica por lo que requiere de una evaluación médica completa para identificar y tratar las condiciones particulares que pueden ser responsables de los síntomas.

De acuerdo con la OMS, para las personas que reportan hipersensibilidad electromagnética con larga duración de los síntomas y discapacidades graves se emplea una terapia con un especialista médico para tratar los signos y un higienista para revisar factores del control del medio ambiente que tengan efectos adversos sobre la salud.

Según la publicación “Una revisión sistemática de los tratamientos para la hipersensibilidad electromagnética”, de Rubin GJ, en 2006 se analizaron nueve ensayos clínicos donde se aplicó la terapia cognitivo-conductual, acupuntura y comprimidos de vitamina “c” y se determinó que aún se necesitan hacer más investigaciones.