Tabaco, ¿cómo afecta el cuerpo?

El Instituto Nacional de Cáncer refiere que fumar causa enfermedades del corazón, apoplejía, aneurisma de la aorta, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (bronquitis crónica y enfisema), asma, fracturas de cadera y cataratas. Quienes fuman presentan un riesgo mayor de padecer neumonía y otras infecciones de las vías respiratorias.

Se estima que cada año en EE.UU. fumar cigarrillos y la exposición al humo de tabaco causa 440,000 muertes prematuras. De estas muertes, cerca de 40% son por el cáncer, 35% son por enfermedades cardíacas y por apoplejía, y 25% son por enfermedades pulmonares. Fumar es la causa principal de muertes prematuras y que pueden prevenirse en el país.

Los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) reporta que en 2011 había alrededor de 43.8 millones de adultos fumadores en los Estados Unidos. Esto representa el 19% de todos los adultos (21.6% hombres, 16.5% mujeres), casi 1 de cada 5 personas.

No importa la condición médica que tengas, uno de los mandatos de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, que promulgó el presidente Barack Obama en marzo de 2010, prohíbe a las aseguradoras discriminar a personas con condiciones preexistentes, y también elevar las primas en caso de enfermedad.

La nicotina de los cigarrillos es tan adictiva como la heroína. Al fumar, la nicotina entra en los pulmones y es absorbida rápidamente en el torrente sanguíneo y luego es transportada al cerebro en cuestión de segundos. Cuando el cerebro deja de recibir la nicotina se produce el síndrome de abstinencia y se puede sentir ansiedad e irritabilidad.

Dejar de fumar puede reconectar el cerebro y ayudar a romper el ciclo de adicción. El gran número de receptores de nicotina del cerebro volverá a niveles normales después de aproximadamente un mes de que haya dejado el cigarrillo.

Fumar hace que la piel se reseque y pierda elasticidad, lo que conduce a la formación de arrugas y estrías. Además, aumenta el riesgo de cataratas y degeneración macular (ambas pueden conducir a ceguera). Los fumadores tienen más probabilidades de tener caries y perder dientes a una edad más joven.

Dejar de fumar es mejor que una crema antiarrugas para proteger a la piel del envejecimiento prematuro y las arrugas. Además detiene el daño que el cigarrillo produce en los ojos y después de unos pocos días sin fumar, su sonrisa será más brillante y mantendrá su boca saludable en los años venideros.

Fumar aumenta la presión sanguínea y aumenta el esfuerzo del corazón. Con el tiempo, ese esfuerzo debilita el corazón y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, incluyendo infartos. Además, hace que la sangre esté espesa y viscosa con lo que el corazón debe hacer más esfuerzo para moverla por el cuerpo.

Dejar de fumar puede disminuir la presión arterial y frecuencia cardíaca casi de inmediato, el riesgo de infarto disminuye a las 24 horas y la sangre se hace menos densa lo que reduce la probabilidad de que se formen coágulos sanguíneos y ayuda a que la sangre por el cuerpo circule con mayor facilidad.

Fumar causa inflamación de las vías aéreas menores y del tejido pulmonar. Eso puede hacer que sienta el pecho rígido, falta de aire o respiración con sibilancias. Además, destruye las pequeñas bolsas de aire (alvéolos) de los pulmones que permiten el intercambio de oxígeno que puede provocar la aparición de enfisema. Los fumadores tienen más resfríos e infecciones respiratorias que los no fumadores.

Dos semanas después de dejar de fumar quizá note que le resulta más fácil subir escaleras porque le falta menos el aire. Para el enfisema no existe cura pero dejar de fumar temprano, antes de pasar años dañando las delicadas bolsitas de aire de sus pulmones, ayudará a que no lo padezca más adelante.

El consumo de tabaco es determinante en la aparición de distintos tipos de tumores, entre los que destacan los de pulmón, laringe, esógafo, vejiga urinaria, estómago o páncreas. Cada vez que aspira el humo de un cigarrillo se daña el ADN y las células pueden empezar a crecer descontroladamente y generar un tumor canceroso.

El humo del cigarrillo contiene más de 7,000 sustancias químicas, incluyendo más de 60 que se sabe causan cáncer (carcinógenos). Dejar de fumar impedirá que se produzcan más daños al ADN y hasta puede ayudar a reparar el daño ya hecho. El riesgo de padecer cáncer disminuye cada año que transcurra sin fumar.

Los fumadores tienen abdómenes más prominentes y menos masa muscular que los no fumadores y más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Además, disminuye el nivel de estrógeno y hace más difícil para las mujeres que fuman quedar embarazadas y tener bebés sanos. Fumar también puede conducir a menopausia precoz.

Dejar de fumar reducirá su grasa abdominal y disminuirá su riesgo de diabetes. Si es mujer, sus niveles de estrógeno volverán gradualmente a la normalidad después de que deje de fumar. Si espera tener hijos algún día, dejar de fumar ahora aumentará sus probabilidades de tener un embarazo saludable.

Fumar aumenta el riesgo de disfunción eréctil, la incapacidad de lograr o mantener una erección. Las toxinas del cigarrillo también pueden dañar el material genético del esperma, lo que puede causar infertilidad o defectos genéticos en sus hijos.

Un 27.2% de los problemas para mantener relaciones sexuales está directamente relacionado con los problemas cardiovasculares que provoca el tabaco, según Boston Medical Group. Si deja de fumar ahora, puede disminuir las probabilidades de tener una disfunción eréctil y mejorar sus probabilidades de tener una vida sexual sana.

El humo del cigarrillo contiene altos niveles de alquitrán y otras sustancias químicas que pueden hacer que su sistema inmunológico sea menos eficaz en combatir infecciones. Eso significa que tendrá más probabilidades de enfermarse. Cuando fuma, el número de glóbulos blancos (células que defienden al organismo contra infecciones) se mantiene elevado, lo que se relacionan con un mayor riesgo de infartos y cáncer.

Cuando deja de fumar, el organismo comienza a sanarse del daño causado por el cigarrillo. Con el tiempo, los recuentos de glóbulos blancos volverán al nivel normal y ya no estarán a la defensiva. Además, el sistema inmunológico ya no estará expuesto al alquitrán y la nicotina. Se fortalecerá y tendrá menos probabilidades de enfermarse.

Los ingredientes del humo del cigarrillo afectan el ciclo natural de la salud ósea. Con el tiempo, fumar conduce a un adelgazamiento del tejido óseo y pérdida de densidad de los huesos. Esto hace que los huesos se vuelvan débiles y quebradizos. Cuando fuma los músculos se cansan con facilidad.

Dejar de fumar ayudará a aumentar el oxígeno en la sangre y los músculos se harán más fuertes y sanos. También puede disminuir el riesgo de fracturas, tanto ahora como en el futuro.

Dejar de fumar a los 30 años reduce las probabilidades de morir prematuramente por enfermedades relacionadas con fumar en 90%. Dejar de fumar a los 50 años disminuye el riesgo de muerte prematura en más de 50%. Aun las personas que dejan el tabaco alrededor de los 60 años de edad o más viven más tiempo que quienes siguen fumando.

La Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio promueve una amplia gama de exámenes preventivos y el cigarrillo está entre sus blancos. En el nuevo mercado de seguros de salud que se lanza este 1 de octubre, millones de personas podrán adquirir seguros de salud a un precio accesible, y si fuman o no impactará en el precio de las primas.

Dejar de fumar no es sencillo ni algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Requiere fuerza de voluntad, decisión y tiempo. Para tener éxito y evitar las recaídas el Instituto Nacional del Cáncer lanzó una nueva plataforma en español que brinda apoyo y consejos para dejar de fumar. Visita la página web http://espanol.smokefree.gov y usa el programa de mensajes de texto en español SmokefreeTXT.