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Obesidad vs tabaco: ¿qué es peor?
Por csixto@holadoctor.net
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Lo que más preocupa
Tanto la obesidad como el tabaco son dos de los principales problemas de salud que preocupan en todo el mundo. Sin embargo, varios países han logrado adoptar con éxito medidas para concientizar sobre los efectos del cigarrillo; en cambio, las propuestas para erradicar la obesidad no han tenido el mismo resultado. Pero, ¿hay un tema peor que el otro?
Una preocupación global
“Las dietas poco saludables son un mayor riesgo para la salud mundial que la venta –cada vez más regulada- del tabaco y los gobiernos deberían moverse rápido para ponerle impuestos a los productos alimenticios poco saludables”, declaró el Profesor Olivier de Schutter, investigador de las Naciones Unidas en la apertura de la última Cumbre Anual.
1. Los obesos son más
En todo el mundo: hay 1,000 millones de fumadores y 1,400 millones de adultos con problemas de sobrepeso (según datos 2008, de la OMS). Uno de cada diez adultos es fumador, mientras que la proporción del sobrepeso es 3,5 cada diez adultos y de la obesidad es 1,1 cada 10.
2. Afectan a los niños
Alrededor de 40 millones de niños que tienen menos de 5 años sufren de sobrepeso u obesidad (datos 2012). El tabaco tampoco les es ajeno a los niños: se cree que la mitad de los niños de todo el mundo respiran aire contaminado o humo de segunda mano. En ambos casos, de la obesidad y el cigarrillo, son los adultos los responsables de evitarlo.
Una de las principales diferencias entre la obesidad y el tabaco es que, en los niños por ejemplo, la mala alimentación se inicia desde temprana edad. Ya desde los 2 o 3 años comen frituras, exceso de dulce y sodio. El tabaco, en cambio, según un informe de la OMS, se inicia (y no siempre) en la adolescencia.
3. Diferencias de género
La obesidad afecta más a las mujeres que a los hombres: en todo el mundo, en 2008, había 300 millones de mujeres obesas y 200 millones de hombres obesos. Al contrario sucede con el tabaco: en todo el mundo, los fumadores masculinos son cinco veces más que las fumadoras femeninas. Aunque hay diferencias según cada país.
En algunos países, fuman más hombres
En los países de altos recursos, como Australia, Canadá, Estados Unidos y algunos países del oeste de Europa, las mujeres fuman casi lo mismo que los hombres. En cambio, en los países de bajos o medianos recursos, fuman menos. En China, por ejemplo, el 61% de los hombres son fumadores habituales, comparado con el 4.2% de las mujeres.
4. Más rápido crecimiento
Desde 1980, el alcance de la obesidad se ha duplicado. Y para el 2030, se cree que la mitad de la población de algunos países, por ejemplo Estados Unidos, será obesa, según un informe de la Universidad de Harvard. En el caso del tabaco, la estimación es menor: la OMS estima que para el 2030, habrá un 60% en las muertes provocadas por el tabaquismo.
5. Mortalidad
El tabaco mata al 50% de las personas que lo consumen, según la Organización Mundial de la Salud. Esto equivale a 5 millones de personas al año. En el caso de la obesidad, alrededor de 3.4 millones de adultos fallecen como consecuencia de la obesidad.
Los peores detonantes
Aunque las cifras parecieran indicar que el tabaco es un asesino más potente, en la última reunión cumbre de la OMS el sobrepeso y la obesidad se ubicaron primeros en la lista de disparadores de enfermedades que causan más muertes a nivel global.
6. Causas de muerte
Además de las muertes atribuidas a la obesidad, se le atribuyen el 44% de los casos de diabetes, el 23% de las enfermedades cardíacas isquémicas y el 41% de ciertos tipos de cáncer. Por su parte, el tabaco es la causa de muerte más prevenible: el 11% muere por cardiopatía isquémica y el 70% a causa de cáncer de pulmón, bronquios y tráquea.
7. Afecta menos a los ricos
Casi el 80% de los mil millones de fumadores a nivel mundial viven en países de bajos o medios ingresos. Aunque las cifras siguen en aumento, el tabaquismo se está reduciendo en los países de ingresos altos. En el caso de la obesidad, en los países desarrollados viven 8 millones de niños con sobrepeso, mientras que en los países en vías de desarrollo la cifra supera los 35 millones.
8. Graves consecuencias
La obesidad incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular, que fue la causa principal de muerte en todo el mundo en 2012 (según OMS). Además, puede predisponer a la diabetes, desórdenes musculares (como osteoartritis), algunos cánceres (endometrio, senos y colon). Tanto la obesidad como el cigarrillo aumentan el riesgo de muerte prematura y de incapacidad en la adultez.
9. Más riesgo de fracturas
Según un informe de las Naciones Unidas, las personas con sobrepeso u obesidad tienen más posibilidades de fracturarse. También, tienen más riesgo de sufrir algún desorden muscular o de articulaciones como por ejemplo la osteoartritis.
10. Misma adicción, graves efectos
“La ciencia está encontrando cada vez más apoyo en el descubrimiento de la comida como adicción para un porcentaje de la población. Esta relación insana impacta en su habilidad de lograr un cambio”, explicó a HolaDoctor el Dr. Jason Levine, Presidente de “The Source Health and Wellness Treatment Center website”. Lo mismo sucede con la adicción a la nicotina.
La comida y la nicotina se utilizan como “automedicación” para lidiar con ciertas situaciones –buenas o malas, pequeñas o grandes, agrega el Dr. Levine. “Por eso nosotros no recomendamos dejar de comer sino evitar los alimentos disparadores, que son difíciles de detenerse y llevan a la alimentación emocional”.
11. La solución llega antes
Adoptar un estilo de vida saludable puede llevar entre dos o tres meses, según el Dr. Donald Hensrud, director médico del Programa de la Clínica Mayo para una Vida Sana. Aunque el cambio puede darse antes: “un mes es suficiente para abandonar el cigarrillo”, dice el Dr. Levine. Aunque llevará entre seis meses a un año mantener los logros iniciales.
12. La sociedad acepta menos a los obesos
Aunque en las principales ciudades cada vez se puede fumar menos en los espacios públicos, según los expertos es más aceptado por la sociedad el fumador que el obeso. “Por lo general son observados de cierta forma porque se percibe su falta de autocontrol”. Los fumadores, en cambio, pueden resultar irritantes pero sin el estigma que genera la persona obesa.