La tragedia de Jenni Rivera reaviva el miedo a volar
Por Carola Sixto - Gabriela Garcia
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Un amor que no pudo ser
Jenni Rivera tuvo la última cita con su público el 8 de diciembre, en un recital en Monterrey. Al día siguiente, un accidente aéreo enlutó a sus seguidores, y acrecentó en muchas personas el temor a volar, en especial en esta época del año en que aumenta el tráfico aéreo para reunirse con la familia.
La fatalidad no hace distinciones
La "aerofobia" o fobia a volar cobran más trascendencia cuando las víctimas son personajes notorios. Estas tragedias que suceden al margen de la fama y el prestigio llevan a un 10 % de la población mundial a sentir tanto temor como para no haber subido jamás a un avión.
El Concejo Nacional de Seguridad del Transporte (National Safety Transportation Board, NTSB, su sigla en inglés) comunicó que asistirá a las autoridades mexicanas para investigar el accidente aéreo del Learjet LJ25, cerca de Monterrey, México, en el que perdió la vida Jenni Rivera. Sin duda, conocer la causa ayudará a despejar los miedos y evitar otras tragedias.
El avión, el transporte más seguro
El NTSB es contundente: durante el 2010, hubo 32,885 muertos en accidentes de auto, 813 en los trenes, 733 en el mar y 472 en tragedias aéreas. Por eso es que siempre se dice que el avión es el medio de transporte más seguro de todos.
Avión privado vs avión comercial
No obstante, Inés Fernández, del programa Alas y Raíces, que ofrece asistencia para perder el miedo a volar, hace una salvedad: es muy diferente un avión comercial a uno privado. “Las líneas aéreas tienen que cumplir con decenas de requisitos antes de dejar la pista y esto permite tener un viaje mucho más seguro”, explica.
El accidente, lo que hay que saber
El avión en el que viajaba Jenni Rivera era un Learjet 25, operado por la empresa Starwoord Management LLC. El accidente, según explica un informe preliminar de Avion-Safety.net, ocurrió a las 4.40 PM y fallecieron 2 personas de la tripulación y los 5 pasajeros. Había partido del Aeropuerto del norte, en Monterrey y se dirigía a Toluca.
Una de cada seis personas tiene miedo
Así lo asegura la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). De hecho, hay una gran cantidad de personajes famosos que lo padecen: el futbolista holandés Dennis Bergkamp, el autor de ciencia ficción Ray Bradbury, el imbatible Sylvester Stallone y también el escritor Gabriel García Márquez, aunque este último dice haberlo superado.
Hay una gran cantidad de libros, cursos y videos que ofrecen ayuda a las personas que sufren “aerofobia” cada vez que tienen que subirse a un avión. Aunque cada uno tiene su técnica, lo importante es saber que la mayoría de las personas que se propusieron combatir este miedo irracional, lograron reducir sus síntomas e, incluso, algunos hasta consiguieron olvidarse del miedo…
El miedo a volar es un desorden de ansiedad. Los síntomas pueden aparecer desde el momento en que surge la idea del viaje e incrementarse al pisar el aeropuerto o subir al avión. No obstante, según opinan los expertos, el miedo no es directamente proporcional con los verdaderos riesgos de volar.
Cuando ocurre un accidente aéreo sus detalles se difunden rápidamente a través de los medios y las redes sociales. La noticia adquiere tal magnitud que impresiona aún más a quienes tienen aprensión a volar. Después del atentado a las Torres Gemelas, esta sensación se hizo mucho más fuerte.
¿A qué le temen?
Además de los accidentes, hay otros factores que preocupan a los “temerosos”: las turbulencias o las condiciones climáticas, los procedimientos de seguridad, el miedo a las alturas, a volar sobre el mar, el miedo a la oscuridad, a lo desconocido o a los lugares cerrados, enumera AirSafe.com.
También hay personas que sufren por estar “encerrados” por largos períodos de tiempo, por perder la libertad personal, por no entender los sonidos y sensaciones de los vuelos, por la pérdida de control o de depender de la tecnología o de otras personas, agrega AirSafe.
¿Cómo superar el miedo?
Aunque cada experto o curso tiene sus propios tips, todos coinciden en que el primer paso es tomar conciencia acerca de este impedimento y aceptar el temor. ¡No es normal vivir con miedo, así que entonces habrá que hacer algo para superarlo!
Informarse ayuda
Como el miedo a volar está normalmente acompañado de varios otros “fantasmas”, puede ser de gran ayuda leer e informarse sobre los mecanismos de seguridad de los aviones, el verdadero efecto de las turbulencias y también sobre el bajo índice de accidentes aéreos.
Mejor en grupo
Además de informarse, muchos expertos recomiendan asistir a grupos de ayuda. Según la Lic. Liliana Aróstegui, del Programa Alas y Raíces, éstos se inician con “una buena dosis de información a cargo de un piloto”. El tratamiento cognitivo-conductual ayuda a interiorizarse sobre ciertos conceptos que podrán corregir distorsiones sobre lo que significa volar.
Las turbulencias son incómodas pero de ninguna manera peligrosas. Los aviones están preparados para atravesar turbulencias. Además, los aviones no se caen por una sola razón, sino por una cadena de errores. Por ejemplo, si hubiera problemas con un motor, los aviones tienen dos o tres motores, según el modelo.
El miedo corre por las venas, ¡detenlo!
Luego de incorporar información, conviene registrar lo que pasa en el cuerpo: palpitaciones, sudor, dolores de estómago. Este es el momento de aprender a relajarse mediante técnicas de respiración u otras, para lograr dominar la ansiedad.
Las estadísticas también pueden servir para tranquilizar; éstas indican que viajar en avión es cerca de un 30 por ciento más seguro que hacerlo en auto, 8 veces más seguro que caminar por la calle y 4 veces más seguro que trasladarse en tren.
Un avión Boeing 727 tendría que sufrir un siniestro al día sin sobrevivientes, para llegar a equiparar la cifra de muertes al año que se registran en accidentes de tránsito en las carreteras de los Estados Unidos.