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¿Hasta dónde llega tu obsesión?
Por HolaDoctor
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“No me voy hasta que no termine”
Una mujer se pasó más de un año armando uno de los rompecabezas más grandes del mundo, con 24,000 piezas. ¿Fue un hobby o un obsesión? Lo mismo pasa cuando uno no puede dejar la oficina sin haber terminado algo que no es precisamente urgente, o irse a dormir sin poner cada teléfono en su cargador. ¿De dónde surgen estas obsesiones?, ¿hay forma de volverse menos “obsesivo”?, ¿en qué nos afecta en el día a día? Averígualo en esta foto galería.
Adicta a los rompecabezas
Amanda Warrington, de 50 años, trabajó en un rompecabezas de 24.000 piezas durante 17 meses. Esta magnífica obra que mide 14 x 5 pies se compone de animales, vida marina y de planetas. De acuerdo con Warrington, tuvo que utilizar la pared de la sala de su casa, porque era el único sitio donde cabía entero.
Debido al trabajo absorbente que ejerce Amanda, dedicaba entre 30 minutos y una hora al día para armar el rompecabezas. “Tengo que admitir que a veces me estaba quedando hasta las 3 am porque me estaba volviendo adicta. Mis amigos están asombrados y creo que estoy un poco loca también. Ellos no entienden cómo tengo tanta paciencia”, comentó.
La Biblioteca Nacional de Medicina explica que son las siglas del trastorno obsesivo-compulsivo y consiste en una perturbación neuropsiquiátrico complejo, que se caracteriza por la presencia de pensamientos repetidos y angustiantes. Es importante tomar en cuenta que algunos casos del TOC comienzan en la infancia o la adolescencia.
Las obsesiones son imágenes o pensamientos intrusos no deseados que provocan mucha angustia o miedo, mientras que las compulsiones son actos repetitivos que la persona realiza en un esfuerzo por aliviar el malestar generado por las obsesiones.
El TOC afecta a uno de cada 40 adultos y a uno de cada 200 niños en la Unión Americana, lo que equivale a aproximadamente 5 millones de personas. Afecta a varones y mujeres por igual y generalmente, comienza entre los 7 y los 25 años. Curiosamente, los síntomas en la infancia suelen ser muy similares a los de la adultez.
Las personas con TOC tienen gran dificultad para enfrentarse a la incertidumbre de muchas situaciones o recuerdos. Si bien reconocen que sus obsesiones son pensamientos irracionales, no pueden suprimirlas y suelen verse forzados a cumplir con rituales debido a los elevados niveles de ansiedad que sufren.
Gretha Glasel, de 56 años pasó seis meses haciendo el "puzzle" más grande del mundo. El impresionante rompecabezas cuenta con 32.256 piezas que mide 5 metros y medio por 2 metros de ancho, en el que ha invertido cientos de horas.
"Mi familia dice que estoy loca, pero yo les digo que estoy loca por los puzzles. No pienso deshacerlo ahora después de todo mi trabajo. Y si consigo pegarlo se convertirá en el nuevo y original suelo de la habitación. Por cierto, ya tengo un puzzle de 24.000 piezas esperando" comentó Gretta.
Si bien el miedo a la contaminación o a enfermarse es un síntoma común del TOC, existen muchos tipos de obsesiones y compulsiones, entre las que se encuentran las agresivas, que incluyen ideas de dañarse o de dañar a otros; religiosas, que consisten en tener pensamientos blasfemos o preocuparse en exceso por la moral; sexuales, que implican dudas sobre la identidad sexual o miedo a tocar indebidamente a otros y somáticas, que implican una excesiva preocupación por tener enfermedades como el SIDA.
La Biblioteca Nacional de Medicina explica que hay varias teorías acerca del origen de este trastorno, pero ninguna ha sido confirmada. En algunos informes, este trastorno se asocia con un traumatismo craneal o con infecciones. Sin embargo, algunos estudios han mostrado que hay anomalías cerebrales en pacientes, pero aún se requiere de más investigación.
El trastorno obsesivo compulsivo se trata utilizando medicamentos y terapia, que pueden abarcar: citalopram (Celexa), fluoxetina (Prozac), fluvoxamina (Luvox), paroxetina (Paxil), así como sertralina (Zoloft).
Un testimonio rescatado por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, su sigla en inglés) comenta: “No podía tocar ninguna puerta o mostrador en áreas públicas. Sabía que no tenía mucho sentido, pero estaba aterrorizado de contagiarme de algún germen que pudiese matarme.”
"Mis manos sangraban"
“Si pensaba que había tocado algo, tenía que lavarme las manos por horas. En ocasiones, me lavaba tanto que mi piel se ponía roja y sangraba”. “Al principio tenía demasiada vergüenza para pedir ayuda, pero un amigo me dijo que llamara al médico. Y estoy feliz de haberlo hecho”, aseguró el paciente.
Un poco de terapia
La terapia cognitiva conductista (TCC) ha demostrado que es el tipo de psicoterapia más efectiva para este trastorno. Ya que el paciente aprende gradualmente a tolerar la ansiedad y resiste la urgencia de llevar a cabo el acto compulsivo. Se considera que la medicación y la TCC son mejores que cualquier tratamiento sólo para reducir los síntomas.
Otro testimonio del NIMH nos comentó: “No podía hacer nada sin convertirlo en un ritual. Me lavaba el cabello tres veces en lugar de una porque tres era un número de buena suerte. Cuando ponía mi despertador por la noche, tenía que ser en un número que no equivaliese a un número ‘malo’ ”.
Terribles pensamientos
Este paciente comentó: “Vestirme por la mañana era difícil, porque tenía una rutina, y si no la seguía, me ponía ansioso y tenía que vestirme nuevamente. Tenía esos terribles pensamientos de que podía herir a mis padres. Eso era completamente irracional, pero los pensamientos provocaban más ansiedad y más comportamientos absurdos, pero no pude superarlos hasta que fui a terapia”.
El trastorno obsesivo-compulsivo es una enfermedad prolongada (crónica) con períodos de síntomas graves, seguidos de períodos de mejoramiento. Sin embargo, es poco común que se presente un período completamente libre de síntomas. A pesar de todo, la mayoría de las personas mejora con el tratamiento.
El NIMH informa que con el fin de mejorar los tratamientos, los científicos están estudiando qué tan bien funcionan diferentes medicamentos y terapias. En un tipo de investigación, las personas con TOC eligen participar en un ensayo clínico. La gran ventaja es que regularmente, el tratamiento es gratuito.