Uno de los mitos que existen sobre el peso es que las mujeres sólo se quieren mantener en forma para atraer hombres y que luego se “descuidan”. Una serie de estudios plantean que conforme aumenta la estabilidad en pareja, aumentan las libras. ¿Es eso cierto y en todo caso, cómo sortear esa trampa?
Más amor, ¿más comida?
Un estudio de julio de 2013 de una consultora británica, halló que el 52% de las mujeres casadas empiezan a comer tanto como su pareja masculina y el 56 % admite que come porciones mucho más grandes que las habituales. El 66% de las parejas reconocen haber aumentado de peso desde que están juntas.
La investigación, realizada por Diet Chef, reveló que el 72% de las personas pensaban que su pareja había engordado. ¿Podría ser el amor más influyente que la falta de ejercicio y las vacaciones? No se sabe, pero el 20% de de las parejas estables dijeron que comer juntos es clave para la unión.
Muchos eran delgados de solteros, pero se volvieron “gorditos” al tiempo de estar casados. No es pura imaginación: un grupo de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas, hizo un estudio sobre un grupo de recién casados y descubrió que mientras más felices eran, más aumentaban de peso.
“No está tan claro el rol de la satisfacción matrimonial en el aumento de peso al casarse", dijo Andrea Meltzer, de la universidad que hizo el estudio mencionado. "Los que están satisfechos podrían sentirse aliviados porque ya tienen pareja, y relajarse con los planes de control de peso”, declaró.
Podría ser una dupla peligrosa si uno se relaja demasiado. Charlotte Markey, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, dijo: “Es posible que las parejas felizmente casadas se vean con más frecuencia y coman más veces juntas, y se sabe que la compañía hace comer de más a la gente”.
Según un estudio realizado por la Universidad de Ohio, las mujeres aumentan de peso después de casarse. “Éstas desempeñan un rol más grande en la casa que los hombres, y tal vez tengan menos tiempo para hacer ejercicio y permanecer en forma que las solteras”, dijo Zanchao Qian, coautor del estudio.
En los hombres, en cambio, la tendencia a engordar aparece con el divorcio. “El efecto de las transiciones matrimoniales sobre los cambios en el peso, difieren según el sexo”, especificó Dmitry Tumin, líder del estudio. Pero ellas son diferentes: al divorciarse, adelgazan.
Un estudio de la Universidad de Cornell halló que la apariencia física juega un rol importante, no sólo durante el noviazgo sino también en el matrimonio, y los hombres que aumentaron de peso durante el matrimonio tuvieron más problemas de pareja que los que se mantuvieron en su peso.
“Si no adelgazo, me deja…”
“Mi esposo me puso fecha para adelgazar. Si no, me deja por otra”, escribió Dusa, una usuaria desesperada en una de las webs más visitadas de preguntas y respuestas. Tengo dos hijos. Como estoy lactando no puedo hacer dietas exageradas, pero él me quiere llevar al doctor para bajar de peso…”.
Una pena real
La preocupación de Dusa es más que genuina, aunque el esposo podría expresárselo de otra manera, ella sabe muy bien que si no baja de peso, él se sentirá cada vez menos atraído por ella. Un gran porcentaje de divorcios ocurren por la falta de sexo y el exceso de libras es clave en ese deseo.
¿Me veo gorda?
Aunque parezca la mejor manera de dar apoyo al ser amado, un estudio reciente de la Universidad de Minnesota halló que recordarle el sobrepeso y la dieta a una persona excedida puede provocar hábitos nocivos para la salud. Y hasta desencadenar graves trastornos alimentarios.
¿Cómo escapar de la trampa?
Charlotte Markey, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, dice que “las parejas deben hablar sobre cómo comer bien y mantenerse físicamente activas”. Es importante hablar el compañero o compañera sobre estos temas, que son tan importantes como los demás en la convivencia.
Se gana peso, pero también salud
Los investigadores de la Universidad de Turku, en Finlandia, hallaron que los hombres no casados tenían entre un 55 y un 66% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, y las mujeres solteras, entre un 60 y un 65% más, en comparación con las casadas.
No todo está perdido
Las personas casadas pueden vivir con mejores condiciones económicas, de una forma más saludable, tener más amigos y mayor apoyo social, lo que resulta beneficioso para la salud. También es posible que al estar casadas, llamen antes a una ambulancia que las solteras, dijeron los investigadores.
Rellenitos, pero más longevos
Un equipo de la Universidad de Louisville, en Kentucky, realizó en 2012 un megaestudio sobre riesgos de mortalidad entre los que nunca se habían casado y los que sí. Y observaron que el riesgo de muerte es del 32% mayor en los hombres solteros, y del 23% en las mujeres solteras.