La mayoría de la gente no está pensando en nutrir bien su cerebro para tener una buena salud mental. ¿Sabes cómo se relacionan los alimentos con el hecho de recordar un aniversario o el lugar dónde has dejado un papel? Hay nutrientes clave para prevenir el deterioro y las enfermedades mentales.
Aprende a cuidarlo
"Nuestro cerebro es siete veces más grande de lo que debería ser por nuestro tamaño: sólo alimentar el cerebro implica gastar una cuarta parte de todas las calorías que usamos en el resto del cuerpo", dijo el Dr. William Lassek, de la Universidad de Pittsburg, autor del libro “Why Women Need Fat”.
Nuestros cerebros no sólo consumen energía, sino que necesitan nutrientes específicos para funcionar bien. Por ejemplo, los hidratos de carbono de los granos enteros son necesarios para evitar un "bajón de azúcar", y los ácidos grasos como el Omega 3, alimentan las neuronas.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina, es una enfermedad neurodegenerativa propia de la edad avanzada que daña progresivamente el cerebro, encogiéndolo y afectando la memoria, las capacidades cognitivas, la forma de pensar y el comportamiento de quien la padece.
En un estudio reciente publicado en The Journal of Nutrition, los hombres con una ingesta promedio de menos de 2,490 calorías diarias y las mujeres con menos de 1,810 calorías, mostraron una mejor función cognitiva, memoria verbal y función ejecutiva que los que tenían una mayor ingesta calórica.
Un reciente estudio del envejecimiento de Clínica Mayo encontró que comer en exceso podría duplicar el riesgo de pérdida de memoria. De modo que disminuir las calorías de tu ingesta diaria puede recortar centímetros del abdomen y volverte más memorioso e inteligente. ¡Una idea muy buena!
“Es probable que sea debido a la disminución general de los carbohidratos azucarados, que llevan a liberar menos insulina y a producir diabetes: ésta aumenta el riesgo de deterioro cognitivo”, declaró Richard Isaacson, autor de: “Tratamiento y prevención del Alzheimer: una guía para el paciente y la familia”.
¿Cómo elegir los alimentos?
Hay algunos alimentos que ayudan a mejorar la memoria y a mantener guardada la información, mientras que otros pueden hacer que este esfuerzo sea más difícil, explicó Marta Montenegro, fisióloga, preparadora física y profesora adjunta en la Universidad Internacional de Florida.
Los estudios realizados en pacientes que tienen la enfermedad en etapa inicial o una leve de pérdida de la memoria, han encontrado que reducir la cantidad de hidratos de carbono de cosas simples como las gaseosas, el arroz blanco y los dulces, mejoran la función de la memoria.
Los ácidos grasos como el Omega 3, presentes en el salmón, las nueces y el kiwi, han demostrado que combaten enfermedades mentales como la depresión, los trastornos del humor, y la demencia, entre ellas, el Alzheimer. La falta de esta grasa esencial disminuye el rendimiento intelectual.
Tara Gidus, de la Universidad de Florida Central, explica que “el ácido fólico, que se encuentra en el jugo de espinaca, naranja, lentejas y cacahuates, es esencial para prevenir los trastornos neurológicos que pueden conducir a una depresión y otros problemas cognitivos”.
Son las fuentes más altas de antioxidantes. Las investigaciones demuestran que las bayas pueden revertir algunos efectos del declive cerebral relacionado con la edad. "Mejorar la memoria y el aumento de su salud cerebral puede ser tan simple como comer un cuarto de taza de arándanos cada día", señaló Gidus.
Popeye las comía para hacer fuertes sus músculos, pero…¿sabías que también revitalizan la memoria y mejoran el rendimiento mental? Esto sucede gracias a su alto contenido de magnesio, y la deficiencia de magnesio se ha asociado con la falta de concentración.
Los primeros son ricos en un tipo de vitamina B similar a la grasa, que ha demostrado mejorar la memoria y minimizar la fatiga. Otras fuentes de alimentos que contienen esta vitamina son la leche, los frutos secos y las carnes.
Te verde y café para las neuronas
Las dos infusiones liberan antioxidantes útiles para evitar la acumulación de proteínas en el cerebro y reducir la oxidación de las neuronas, por eso resultan útiles para prevenir el Alzheimer, e incluso detener el progreso en pacientes que ya presentan síntomas, según un estudio de la Universidad Tohoku, en Japón.