Cómo descubrir un orgasmo fingido

Un reciente estudio asegura que tanto hombres como mujeres poseen una percepción intuitiva de lo que sucede con su compañero en cuanto a satisfacción sexual. El estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo entrevistó a 84 parejas y llegó a la conclusión de que la comunicación ayuda a mejorar las relaciones.

Se llama orgasmo a la descarga de la excitación sexual, caracterizada por sensaciones placenteras, seguidas de un estado de relajación corporal. El orgasmo propiamente dicho puede ser más o menos evidente y no siempre una "explosión espectacular" como muchos creen.

La contracción involuntaria y rítmica de los músculos que rodean a la vagina es uno de los indicadores físicos más claros de un orgasmo. Esos movimientos suelen ser entre 5 y 15 con intervalos breves y pueden ser percibidos por el hombre.

Es bastante sencillo para un hombre sentir las contracciones vaginales de una mujer apenas ha tenido un orgasmo, sobre todo las tres primeras contracciones suelen ser bastante intensas. El hombre hasta puede sentir que su pene es "atrapado" por la vagina.

Otro de los síntomas de un orgasmo es la sudoración y el levantamiento de la temperatura del cuerpo. Sobre todo puede notarse en la frente y en la espalda. La transpiración repentina nos da cuenta de un aumento de temperatura corporal y un alto nivel de tensión corporal y muscular que requiere la liberación de calor.

Justo antes del orgasmo el clítoris se retrae y contrae la cabeza y casi como que desaparece. Si esto ocurre, el orgasmo viene en camino por lo tanto, no te detengas. Este signo obviamente sólo puede notarse con luz suficiente o acercándose a los genitales de la mujer para observarlo detenidamente.

Con la aproximación del clímax, la respiración y el ritmo de la mujer se acelera. Afina el oído, cuando la respiración se hace más pesada y fuerte, es probable que ella esté acercándose al orgasmo. Ese cambio en la respiración debe estar acompañado con un aumento en la tensión corporal y movimientos de contracción involuntario del cuerpo.

Las pupilas dilatadas también son un signo físico de excitación sexual. Asegúrate de prestarle atención a sus ojos antes de comenzar la relación sexual para poder percibir la diferencia en sus pupilas en estado de reposo y en estado de excitación sexual.

No siempre sucede, pero muchas mujeres pueden experimentar una especie de eyaculación que no es otra cosa que la liberación de flujo vaginal después de alcanzar el clímax. Muchas mujeres se sienten avergonzadas por este fluido que puede confundirse con orina.

El investigador y profesor de la Universidad de Texas, David Buss asegura que después de un orgasmo el pezón de la mujer se arruga y contrae ya que la congestión y endurecimiento que se produce con la excitación sexual sufre una descarga rápida con el orgasmo y queda como arrugado.

Tanto los labios de la boca como los vaginales sufren una inflamación y se vuelven más rojos con la excitación sexual. Tanto en un caso como el otro, este cambio puede ser percibido a simple vista.

Es muy común que con el placer sexual, los músculos y el cuerpo se contraigan y hasta puede parecer que exista una expresión facial particular en la mujer, una especie de "cara de orgasmo". Otro de los signos corporales puede ser el arquear la espalda y los pies y la contracción de los músculos de las piernas.

En general, después de un verdadero orgasmo, tanto hombres como mujeres necesitan un momento de relax y de recomposición. Si tu pareja después de un supuesto orgasmo, salta de la cama y comienza al instante con sus actividades diarias, tienes derecho a sospechar.

Después de un orgasmo, es muy común que quede una hipersensibilidad en el clítoris y región vaginal. Si sus zonas más sensibles no demuestran mucha sensibilidad, puede ser que el orgasmo no haya sido real.

Puedes preguntarle a tu pareja si realmente a alcanzado un orgasmo durante la relación. La comunicación es una de las claves del fortalecimiento de una relación y del crecimiento a nivel sexual. Anímate a preguntar.