Berrinches, el nuevo trastorno mental

Según el Manual de Diagnósticos y Estadísticas de Enfermedades Mentales 2013 (DMS) que se modifica por primera vez en 20 años, los berrinches se considerarán patologías mentales: se llaman Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo (DMDD, por su sigla en inglés).

Los fotógrafos, que siguen muy de cerca a la pequeña hija de Tom Cruise y Katie Holmes, captan caprichos muy a menudo. En Diciembre tuvo uno de esos arrebatos cuando estaba paseando con su madre, por Nueva York: estalló en lágrimas después de que su muñeca cayera al piso.

Suri Cruise asiste a una nueva escuela privada en Nueva York. La pequeña de 6 años vive bajo el asedio de los paparazzi, que aguardan siempre en los lugares donde pueden tomar situaciones de su vida cotidiana. Y sus berrinches son extremadamente públicos.

O Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo, como llamará la APA a las rabietas. El nuevo trastorno, que ya ha generado polémica, se diagnosticará en “niños que exhiben episodios frecuentes de irritabilidad y arrebatos de conducta durante tres o más veces a la semana, durante más de un año”.

El Manual de la APA es una guía para establecer el límite entre una conducta normal y una patológica; siempre fue considerado "la biblia de la psiquiatría", sus criterios definen, por ejemplo, que una persona sea o no medicada, que reciba o no cobertura de su obra social o, incluso, pueda ser enviada a la cárcel.

“Lejos de pretender ampliar el campo de la psiquiatría, el nuevo enfoque busca definir de manera más exacta las enfermedades mentales que tienen un verdadero impacto en la vida de los personas”, explican los responsables de la revisión. Quienes se oponen, dicen: “esta nueva forma de considerar a los berrinches infantiles, tiene peligrosas implicancias”.

¿Pero qué sentido tiene empezar a considerar las pataletas frecuentes de los chicos como un desorden mental? El fundamento de la APA es que de esta forma se pondría límite al potencial sobrediagnóstico y al tratamiento excesivo del trastorno bipolar en los niños, una preocupación entre los médicos.

Alana Thompson, de 7 años, ahora es conocida como "Honey Boo Boo”. La estrella joven sacó del anonimato a Wilkinson, de Georgia, gracias a sus alocadas travesuras y a su familia tan especial. La niña era una concursante popular de la serie "Toddlers & Tiaras" y ahora tiene su propio programa.

"Las otras niñas deben de estar locas si creen que me van a ganar a mi, Honey Boo Boo", dijo Alana. Su programa “Here Comes Honey Boo Boo” fue sensación en EEUU en 2012. Ella va desde las locuras a las ideas divertidas, pasando por clásicos berrinches de su edad, con un desparpajo que la crítica considera “terrorífico”.

En Abril de 2012, la Policía de Georgia esposó a una niña de seis años (foto) por un berrinche en la escuela, lo que encendió el debate acerca de si profesores y policías exageran con respecto a los alumnos problemáticos. Su familia de exigió que la ciudad cambie de política y dijo que la niña estaba conmocionada al verse dentro de una celda.

Tanto la Policía como el sistema escolar justificaron su manejo del incidente. Pero los defensores de los derechos civiles y expertos en justicia penal, sostienen que maestros y directores frustrados en todo EEUU llaman a la Policía para hacer frente a incidentes menores.

Salecia Johnson fue acusada de arrancar objetos que estaban en las paredes y arrojar libros y juguetes durante un arrebato en la escuela Creekside, de Georgia. Al menos, para entender casos como estos, de rabietas recurrentes, los expertos podrían considerar el nuevo trastorno.

Las rabietas o berrinches son comportamientos naturales durante el desarrollo de la primera infancia. Los niños tienen una tendencia normal y natural a afirmar su independencia a medida que aprenden que son seres aparte de sus padres, según la Biblioteca Nacional de Medicina.

Empiezan entre los 12 a 18 meses de edad, empeoran entre los 2 y 3 años, luego disminuyen hasta la edad de 4 años y después casi ya no se deben volver a presentar. Si el niño está cansado, hambriento o enfermo, puede suceder que las rabietas empeoren o se vuelvan más frecuentes.

Cuando tu hijo tenga una rabieta, es importante que permanezcas en calma. Éstas son normales y no son tu culpa: ni eres un mal padre ni tu hijo es un niño malo. El hecho de gritar o golpearlo, sólo empeorará la situación. Lo mejor es una respuesta y atmósfera calmadas y sin "ceder", según la Biblioteca Nacional de Medicina.

Verifica que el niño coma y duerma en las horas acostumbradas. Si su hijo ya no hace la siesta, igual es importante que tenga algún tiempo de reposo. El hecho de acostarse durante 15 a 20 minutos o descansar al lado suyo mientras leen cuentos juntos en momentos regulares del día, puede ayudar a prevenir las rabietas.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda pedir ayuda médica si: 1) Las rabietas empeoran después de los 4 años. 2) Si se lesiona, lesiona a otros o destruye pertenencias durante las rabietas. 3) Si contiene la respiración o se desmaya. 4) Si tiene pesadillas, involución en el control de esfínteres, dolores de cabeza o estomacales, ansiedad, si se niega a comer, a ir a la cama o se aferra a tí.