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Alimentos que dan felicidad
Por ggarcia@holadoctor.net
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Pura química
Los neurobiólogos han descubierto un nexo entre la alimentación y el estado de ánimo. Hay combinaciones de hormonas que inciden en el grado de felicidad y bienestar, y algunas están presentes en los alimentos. Por eso al comerlos uno puede sentirse mejor, dormir bien y hallar alivio para ciertos dolores.
Comer para sentir
El cuerpo humano produce serotonina y endorfinas por sí mismo, pero se puede estimular la producción natural de estas sustancias al consumir determinado tipo de nutrientes. Así, en lugar de ser fabricados por el organismo, éste las obtiene de los alimentos que se ingieren.
La Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU informa que el aminoácido triptófano es necesario para asegurar el crecimiento normal en los bebés, y mantener el equilibrio de nitrógeno en los adultos. Como el cuerpo no lo puede producir por sí mismo, lo debe obtener de la alimentación.
1. Queso, pollo y huevos
Los alimentos ricos en triptófano son: queso, pollo y pavo, huevos, pescado y leche. Una vez que el cuerpo logró absorber el triptófano, se convierte en serotonina, sustancia química responsable de lograr un sueño saludable y un estado de ánimo equilibrado.
El cerebro sólo puede absorber triptófano si se combina con carbohidratos, que luego se transforma en azúcares. Por eso muchas veces, en casos de estrés o frustración, el cuerpo “pide” un estímulo de carbs, como un rico pastel o una pizza. Un nivel adecuado de azúcar en la sangre asegura en buen humor.
2. Maní y soya: alegría vegetal
En el reino vegetal también hay triptófano: en el maní (y la mantequilla de maní), soya (y el tofu), semillas de calabaza y sandía, maíz, avena, trigo, arroz, alga spirulina, manzanas, granadas, plátanos, cebolla, tomate, jengibre, piña y aguacate.
Endorfinas: fábricas de felicidad
Son sustancias químicas segregadas por el cerebro que provocan una sensación de bienestar. Se liberan al hacer ejercicio, en situaciones de mucha excitación, o cuando se consumen alimentos picantes y chocolate.
3. Chiles o pimientos
Los alimentos más picantes por excelencia son los chiles, pimientos o ajíes. El cerebro percibe el picante como si fuera dolor, y para aliviarlo libera endorfinas que generan la sensación de bienestar. Estos vegetales también contienen capsaicina, compuesto químico que actúa sobre el sistema nervioso.
La capsaicina estimula los receptores térmicos de la piel y las mucosas. Se le atribuyen propiedades afrodisíacas y ayuda a mantener activo el metabolismo. La mayor concentración está en los ajíes más picantes, que se clasifican según la Escala Scoville, que mide el picor o la pungencia.
Los alimentos coloridos también tienen un efecto benéfico en nuestra mente. Los alimentos de color naranja y rojo son estimulantes, los de color azul, violeta o morado dan sensación de paz, los de color amarillo mejoran el ánimo y los de color verde favorecen la concentración.
Por su contenido de azúcar y manteca de cacao, ayudan a que el cuerpo pueda absorber triptófano, que luego se convierte en serotonina, una de las sustancias de la felicidad. El cacao también aporta cafeína al organismo, que es un estimulante natural. Y hay un último elemento: al comerlo, su sabor, suavidad y untuosidad del chocolate dan mucho placer.
Los plátanos son fáciles de digerir y contienen triptófano, que al convertirse en serotonina, apaciguan el sistema nervioso. Además tienen rico sabor y ayudan a equilibrar los niveles de ácido del organismo. La piña es otro estimulante natural, promueve la producción de serotonina y estimula la circulación.
Comer el arco iris
Investigadores de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, descubrieron que el consumo diario de frutas y verduras ayuda a sentirse más feliz, y aumenta el bienestar físico y mental. Si se siguen una dieta con los colores del arco iris, habrá variedad de productos de la tierra para elegir.
8. Café
En cantidades moderadas, el consumo de cafeína estimula el funcionamiento físico y mental. Una o dos tazas de café al día son una receta económica y sencilla de sentirse mejor. Si se consume en exceso, puede producir taquicardia.
El consumo de alimentos orgánicos cultivados sin pesticidas, o en centros de producción ecológicos, asegura que el organismo no reciba químicos nocivos. Esto da tranquilidad y a la vez, satisfacción por respetar el medio ambiente.