Mejorar el control del mosquito. Fomentar el sexo seguro. Aconsejar a las personas reducir al mínimo los viajes a áreas afectadas.
Los oficiales de salud pública que instan a implementar estrategias como éstas para quebrantar la amenaza del virus del zika, podrían exacerbar un problema diferente de salud: mantener el suministro nacional de sangre donada.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) está animando a los bancos de sangre —que a menudo ya tienen dificultades para satisfacer la demanda— a rechazar potenciales donantes que pudieran estar en riesgo. Específicamente, las personas que han viajado a un país en donde la enfermedad se ha diseminado, o que han tenido sexo con otra persona que lo hizo, no podrían donar sangre por cuatro semanas. Clínicas en todo el país están siguiendo el protocolo.
Mientras tanto, en dos condados de Florida en donde los expertos están preocupados de que el virus se esté diseminando localmente, se ha aconsejado a los bancos de sangre que detengan temporalmente la recolección. La FDA está recomendando a los condados vecinos hacer lo mismo, a menos que tengan sistemas en el lugar para análisis de sangre para zika.
“Necesitamos proteger el suministro de sangre”, dijo Lawrence Gostin, un profesor de la Universidad Georgetown y director del Instituto O’Neill para la Ley de Salud Global y Nacional (O’Neill Institute for National and Global Health Law). “Sería un escándalo mayor si hubiera casos de zika trasmitidos por sangre donada, particularmente si afectara a mujeres en edad reproductiva”.
Hasta ahora, hay más de 1.600 casos confirmados del virus, reportados en los Estados Unidos continental, casi todos conectados a viajes al extranjero. Y en julio, oficiales estatales de Florida anunciaron los primeros casos de zika en el estado, probablemente causados por mosquitos locales.
Aunque la evidencia es limitada, hay una posibilidad de que el zika, que puede causar defectos de nacimiento cuando lo contraen mujeres embarazadas y lo trasmite principalmente las picaduras de mosquitos, también se podría propagar a través de transfusiones de sangre. Esa conexión, a la vez que llama menos la atención que los vínculos con el sexo o al parto, está elevando las apuestas para lo que podría suceder si el virus se propaga sin control en los Estados Unidos.
Y ahí está el problema.
Aún en lugares en donde el zika difícilmente sea una gran amenaza, los bancos de sangre están preocupados de que el impacto de la recomendación de la FDA —por la gran cantidad de personas viajando a las áreas en donde el virus está activo y el conteo creciente de casos— pudiera socavar sus suministros.
Los expertos dicen que el asesoramiento tiene sentido. No hay una prueba de sangre aprobada por el gobierno, y ampliamente disponible, para examinar la sangre de donaciones, aunque una está siendo usada de forma experimental para sangre recolectada en Puerto Rico y Houston.
“Con el suministro de sangre no se puede tolerar un mínimo riesgo”, Eso minaría la confianza en el sistema de suministro de sangre en los Estados Unidos, y eso es algo que hemos tratado de evitar a cualquier precio”.
A pesar de que el riesgo de infección es pequeño, la precaución se justifica, afirman Gostin y otros. Especialmente para las personas con lesiones graves, las transfusiones de sangre pueden ser la clave para la recuperación. La sangre no segura ha propagado un número de virus peligrosos, tales como el VIH. Y las consecuencias de tener zika —especialmente para las mujeres en etapas tempranas del embarazo— puede ser grave, incluyendo defectos congénitos para los niños o aborto espontáneo.
Pero la precaución todavía puede tener consecuencias. Muchos bancos informan que ya están sintiendo la presión.
“Hemos visto una reducción absoluta”, dijo Jayne Giroux, directora de desarrollo comunitario en el SunCoast Blood Bank de Florida.
La limitación importa especialmente ya que los bancos de sangre enfrentan dificultades para mantener reservas adecuadas, dijo Giroux. Y no sólo en Florida. “Importa en todas partes”.
La Cruz Roja Americana, que es responsable de alrededor del 40 por ciento de la sangre donada en el sistema de salud, estima que, hasta ahora, sólo una décima parte del uno por ciento de sus donantes fueron rechazados por la exposición al zika. Pero, señaló una vocera, eso no cuenta para personas que de otra manera hubieran donado, pero nunca vinieron. United Blood Services, que opera bancos en 17 estados, estima que sus donaciones bajaron un 3 por ciento este año. Hay varias causas potenciales, y el zika posiblemente esté entre ellas, dijo Barbara Kain, una vocera.
Pero incluso si algunas instalaciones experimentaran sólo una baja de suministro leve, la crisis podría agravar otros problemas. El verano ya es un momento difícil para que los bancos de sangre recolecten con las personas viajando más y las universidades —robustos sitios de recolección— de descanso.
La baja de donantes probablemente sea mayor en los estados del sur, en donde las personas viajan con más frecuencia a áreas afectadas como México, partes del Caribe y Sudamérica, dijo Louis Katz, oficial médico en jefe de America’s Blood Centers, otra red nacional de bancos de sangre.
Aunque el zika ha tenido un impacto, enfatizó que es sólo uno entre muchos desafíos que los bancos de sangre están tratando de resolver. Los bancos están tratando de abastecerse en anticipación de cualquier escasez, dijo Giroux. El plasma de la sangre puede recolectarse y congelarse por años, pero otros componentes tienen una vida útil más corta.
Hay otra opción; oficiales federales tienen la esperanza de expandir la tecnología de análisis de sangre que se está utilizando en Puerto Rico y Texas, para que los bancos puedan recolectar sangre de donantes, analizarla y descartar cualquiera que de positivo para zika.
La FDA ha dado el visto bueno a dos pruebas para ser usadas en ensayos clínicos, lo que significa que los centros pueden convertirse en sitios de prueba y usar la tecnología. Una prueba fue desarrollada por Roche. La otra, que ganó la aprobación condicional de la FDA en junio, la produce Hologic. Si la amenaza del zika crece, más bancos de sangre tratarán de conseguir el uso de estas pruebas, dijo Steven Kleinman, asesor médico jefe de la Asociación de Bancos de Sangre (Association of Blood Banks).
Hay un “enorme interés” de los bancos de sangre y centros de análisis por utilizar las nuevas pruebas, dijo Tony Hardiman, vicepresidente de Roche para pruebas de sangre. Sin embargo, podría tomar hasta el final del verano antes que la mayoría de los estados del sur tengan acceso fácil a la prueba.
Las autoridades federales también están avanzando en la tecnología de la sangre.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) ha otorgado cerca de $50 millones en subvenciones para dos empresas que están tratando de mejorar “la tecnología de reducción de patógenos”, que toma la sangre infectada y elimina el virus, haciéndola segura para su uso. Eso mitiga algunas preocupaciones de escasez de sangre alrededor de las transfusiones, señaló Gary Disbrow, director en funciones de la división de contramedidas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares en el área de Autoridad de Investigación Y Desarrollo Biomédico Avanzado (Biomedical Advanced Research and Development Authority) del HHS.
Tal tecnología ya existe para el tratamiento de virus como el zika en plaquetas y plasma. Los investigadores están trabajando para mejorar y desarrollar un "limpiador" similar para los glóbulos rojos, la parte que se usa más comúnmente en la transfusión de sangre. Pero, señalaron expertos, eso podría tomar años.
La incertidumbre, por su parte, viene en un campo donde la planificación es de por sí difícil, dijo Giroux, y donde no tener suficientes suministros a mano puede tener consecuencias mayores.
"Nunca se sabe, en el día a día, cuáles van a ser las necesidades. No se puede predecir una ruptura aórtica. No se puede predecir un accidente vehicular", dijo. “Cada vez que aparece un virus o algo nuevo para lo que todavía no tenemos una prueba de detección, las personas deberían preocuparse”.
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