En julio del 2012, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) aprobó por primera vez en la historia de la terapéutica contra el VIH una medicación preventiva, es decir, para evitar contraer el virus. Su nombre comercial es Truvada y la pueden tomar aquéllas personas que están en mayor riesgo de infección.
Esta opción se denomina Profilaxis de Pre-Exposición (PrEP) y consiste en un tratamiento con una píldora de una toma diaria, que combina dos medicamentos antirretrovirales.
Sin embargo, una nueva encuesta —la primera desde que se lanzó la última guía de tratamiento del VIH en el 2014— revela que muchos médicos especializados en el manejo del virus que causa el sida no están de acuerdo con prescribirla.
El sondeo, realizado con 324 miembros de la American Academy of HIV Medicine y publicado en la revista de la entidad, arrojó que menos de la mitad de los médicos aprueban recetar Truvada a pacientes adictos a drogas intravenosas o a personas heterosexuales en riesgo.
El 79% sí está de acuerdo con que la droga se recomiende para hombres gay que estén en pareja con alguien seropositivo. Pero aunque el porcentaje es alto, sigue habiendo un 21% de especialistas que tampoco están convencidos de aconsejar el uso de Truvada a este grupo.
"Y eso es preocupante, porque son grupos que están entre los primeros candidatos para la llamada Profilaxis de Pre-Exposición, de acuerdo con los lineamientos oficiales", dijo Leah Adams, autora principal del estudio para el Group Health Research Institute y consejera en VIH.
Entre las razones por las cuales muchos médicos son renuentes a ofrecer esta opción preventiva están:
- La preocupación porque los pacientes adhieran al tratamiento, es decir tomen cada día una píldora
- Que cumplan con el seguimiento y monitoreo necesarios
- La real eficacia de esta terapia para prevenir el contagio del VIH
- Los efectos secundarios de Truvada
- Que no se abandonen las conductas de riesgo (al asumir que la pastilla los protegerá por completo)
- El costo del tratamiento
Por el momento, Truvada es la única opción de terapia preventiva contra el VIH. El tratamiento anual cuesta unos $14,000 y los exámenes de laboratorio para seguimiento unos $180. Su forma genérica que ya está siendo aprobada en otras partes del mundo y que bajaría el costo de una manera dramática —a unos $2,700 anuales— estará recién disponible en el país en el 2017.
Para aquéllas personas que sean seronegativas pero que estén en riesgo de infección, es esencial saber que la mayoría de las aseguradoras cubren este tratamiento, si se cumplen con ciertos criterios. Si no se tiene seguro, entidades como Ryan White HIV/AIDS Program ofrecen ayuda para cubrir el gasto.
No hay que bajar la guardia con el VIH. En el país más de un millón de personas viven con VIH/Sida. Una de cada 7 no sabe que porta el virus. Y hay 50,000 nuevas infecciones cada año, la mayoría en menores de 24 años, según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).