Desarrollan droga inyectable contra el VIH

Científicos de la División de Enfermedades Infecciosas demostraron la eficacia de la droga raltegravir, que usualmente se toma en forma de píldoras, en una versión inyectable, en modelos animales.

"Raltegravir es una droga que tiene buena tolerancia y un fuerte récord de eficacia en el tratamiento del VIH", dijo Martina Kovarova, autora del estudio. "Cambiar su forma de píldora oral a inyección subcutánea produjo un efecto de liberación de droga a largo plazo, que puede ser usado como tratamiento PrEP".

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Kovarova y su equipo hallaron que dos semanas después de una única inyección de raltegravir, los niveles de droga en la sangre eran los mismos que el de una droga usada para PrEP, que se toma de manera oral dos veces al día.

Luego de una inyección con una formulación de largo plazo de raltegravir, los científicos comprobaron una notoria baja de la carga viral tanto en plasma como en fluidos vaginales. A las cuatro semanas,  comprobaron que el raltegravir protegió contra varias cepas del VIH, introducidas en este modelo de laboratorio en altas dosis.

Al parecer, esta droga actúa bien contra el virus que circula en el tracto reproductivo femenino, algo que no había funcionado con otras drogas.  

"Una sola dosis de largo alcance de raltegravir puede requerir sólo una inyección mensual o cada dos meses, para proteger contra la infección por VIH, y podría mejorar la adherencia al tratamiento", dijo Kovarova.

Víctor García, co autor del trabajo y profesor de enfermedades infecciosas en la universidad, dijo que "estas inyecciones de largo alcance son la nueva generación en la Profilaxis de pre Exposición". 

Los resultados de esta investigación fueron pulicados en el Journal of Antimicrobial Chemoterapy.

De acuerdo con información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el país hay 1.2 millones de personas que viven con VIH, pero de ellas una de cada ocho no sabe que está infectada.

Cada año, ocurren alrededor de 44.000 nuevas infecciones.

Frenar la cadena de contagio es crítico para detener el avance del virus y, eventualmente, llegar a erradicarlo.