La vacuna previene la mayoría de los casos de gripe. Pero si contraes el virus después de haber recibido la vacuna, tus síntomas serán más leves y tendrás menos probabilidades de sufrir complicaciones. La gripe es causada por los virus A y B de la influenza. Hay diferentes cepas, o tipos, del virus de la gripe cada año. Los síntomas suelen durar tres ó cuatro días, pero pueden tomar hasta dos semanas para desaparecer por completo.
Cualquier persona expuesta al virus puede contagiarse. Se propaga fácilmente entre grupos de personas, como en hogares para ancianos, hospitales, escuelas y guarderías.
Puntos clave
Los síntomas típicos de esta enfermedad son:
- Fiebre
- Tos
- Malestar en la garganta
- Dolor de cabeza
- Escalofríos
- Fatiga
- Dolor muscular
En casos graves la influenza puede convertirse en neumonía y puede empeorar los síntomas de otras condiciones de salud. En niños pequeños puede provocar diarrea y convulsiones.
Edad y dosis
Existen dos tipos de vacunas contra la influenza, la “inactiva” que se inyecta en el músculo, y la “viva” que se inhala en aerosol ("spray") por la nariz. La vacuna tarda dos semanas en tener efecto y dura un promedio de 12 meses.
Todos deberían protegerse contra la influenza cada año. Niños, ancianos, mujeres embarazadas y adultos con enfermedades crónicas como asma o diabetes son más susceptibles al virus y a padecer de complicaciones.
Padres pueden vacunar a sus hijos a partir de los 6 meses de edad, al igual que a sus familiares mayores de 50 años.
Hay distintas variaciones del virus que circulan cada año por lo cuál se preparan vacunas anualmente para que el cuerpo desarrolle las defensas necesarias para combatir la nueva variación del virus.
Efectos secundarios
Además del puyón, no hay ningún riesgo asociado con la vacuna de la influenza, pero puede tener los mismos efectos de cualquier otra vacuna:
- Reacción alérgica
- Dolor en el lugar de administración
- Fiebre
- Diarrea
- Disminución del apetito
- Somnolencia
Uno de cada cinco estadounidenses sufre de influenza cada año y unos 36,000 mueren por complicaciones de la enfermedad; la mayoría, ancianos y niños.
Más información:
Las vacunas son esenciales para prevenir enfermedades, tanto en los niños como en los adultos. Actúan sobre el sistema inmunológico, protegiendo al organismo del contagio de una gran cantidad de enfermedades, la mayoría de las veces en forma permanente. La inmunización es esencial para tener niños y comunidades más saludables.