Estudios científicos destierran una información errónea que ha estado circulando en estas últimas semanas: que las vacunas contra COVID-19 afectan la fertilidad.
La investigación basada en la ciencia ha comprobado que las vacunas contra COVID-19 no solo no impactan de manera negativa en la fertilidad masculina o femenina, y en el embarazo, sino que, por el contrario, ayudan a la mamá y al bebé protegiéndolos contra el virus.
Puntos clave
- Estudios científicos no han encontrado un vínculo entre infertilidad y vacunas contra COVID-19.
- El mito de que la vacuna afecta la fertilidad ha sido diseminado por personas públicas como el gobernador de Florida.
- Las vacunas contra COVID-19 previenen la enfermedad grave y la muerte.
Las siguientes son algunas de las evidencias científicas que se han recopilado desde que se comenzaron a administrar las vacunas contra COVID-19, que muestran que no hay correlación entre las vacunas que protegen contra el SARS-COV-2, la infertilidad y problemas en el embarazo.
- Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) del que participaron 2,126 mujeres de los Estados Unidos y Canadá que estaban buscando concebir con sus parejas de manera natural. La conclusión fue que la vacunación contra COVID no afectaba la fertilidad de ninguno de los miembros de la pareja. Y este resultado fue consistente tanto luego de haber recibido una o dos dosis, o del tipo de vacuna.
- Una pequeña investigación realizada por el Departamento de Urología de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami estudio la salud del esperma de 45 hombres sanos desde diciembre de 2020 a enero de 2021 que tuvieron sus dosis de las vacunas contra COVID, y concluyó que no observaron ningún cambio significativo en la calidad y cantidad de los espermatozoides.
- Otra investigación detectó que la fiebre asociada a la enfermedad por COVID-19 se vinculaba con una reducción por un corto período en la producción de esperma.
- Una investigación de la Universidad de Massachussetts Amherst comprobó que las mamás vacunadas pasan los anticuerpos contra COVID a sus bebés a través de la lactancia, ofreciéndoles potencialmente una inmunidad pasiva contra el coronavirus. Esta inmunidad al parecer dura hasta que el niño casi alcanza los 2 años.
- Datos recopilados por los sistemas de monitoreo de salud pública de los Estados Unidos, que incluyen a personas que recibieron las vacunas de ARNm (es decir, las de Pfizer-BioNTech o Moderna), no identificaron ninguna preocupación en torno a la seguridad de las embarazadas que se vacunaron, ni de sus bebés. Las personas embarazadas tuvieron una incidencia apenas más alta de náuseas y vómitos, dos síntomas también suelen ser característicos del embarazo.
Desafortunadamente, algunas personas públicas, como el gobernador de Florida Ron DeSantis y la cantante Nicki Minaj han hablado del tema en distintos foros, sin presentar ninguna evidencia ni datos médicos.
Además de los estudios ya completados, en estos momentos hay 11 estudios sobre embarazo, bebés y vacunas contra COVID-19 en etapa de reclutamiento de participantes, entre ellos uno con la vacuna de Moderna que lidera la Universidad de Durham en Carolina del Norte, uno observacional de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Universidad Duke, el Boston Medical Center y el Hospital de Niños de Cincinnati; y otro que analiza las vacunas de Pfizer y Moderna en la Universidad Johns Hopkins.