Durst fue detenido el pasado sábado en Nueva Orleáns a pedido de las autoridades angelinas y será trasladado a Los Angeles para responder a las nuevas evidencias que lo señalan como el asesino de Susan Berman, amiga, escritora y vocera del millonario.
La Fiscalía de Los Ángeles presentó un cargo formal de homicidio contra el excéntrico millonario, que podría terminar en pena de muerte. El heredero del emporio inmobiliario de Nueva York está acusado por la muerte de su amiga Berman, un homicidio del cual se autoincriminó en un micrófono abierto en un documental sobre su vida, supuestamente creyendo que estaba apagado.
Cuando la entrevista terminó, el sospechoso fue al baño, sin darse cuenta de que el micrófono seguía abierto. "Los maté a todos, por supuesto", se lo escuchó decir en el capítulo final de la serie, el cual fue transmitido al día siguiente de su detención.
Además de las muertes de su mujer y su amiga, está acusado de matar a su vecino en Texas en 2001, quien apareció desmembrado en el mar.
Con respecto a Berman, según los fiscales, Durst le disparó a su amiga en la nuca en su casa de Los Ángeles debido a que la mujer había sido testigo del crimen de la esposa del millonario Kathleen, quien desapareció en 1982, luego de una pelea con el entonces su marido al que le habría pedido el divorcio.
El documental presenta en seis episodios la historia de Durst, perteneciente a una familia de millonarios de Nueva York y dueños de nueve rascacielos en Manhattan.
Berman debía dar su testimonio a la policía de Nueva York por la desaparición de Kathleen.
Durst fue sospechoso de asesinar a su primera mujer, Kathleen, poco tiempo después de que su hermano Donald heredara la conducción de la empresa. En ese momento, el hermano contrató un guardaespaldas después de que supo que Robert estaba acusado de matar a su vecino de Texas, Morris Black, de 71 años y para salir pagó una fianza de 250 mil dólares, luego desapareció. La policía lo detuvo nada menos que por robar un sándwich en un supermercado, lo cual fue interpretado como una forma de demostrar de que hace lo que quiere.
A pesar de existir decenas de artículos de prensa, cuatro libros y una película, la justicia no ha demostrado la culpabilidad de Durst en ninguna de estas muertes.
Para la realización de The Jinx (El gafe), Andrew Jarecki y Marc Smerling (candidatos al Oscar por Capturing the Friedmans) han conseguido más de 25 horas de filmación de Durst y la policía ha reabierto la investigación por la mención en la serie a una carta que supuestamente vincularía a Durst con el crimen de Berman.
Si bien se habla de la posibilidad de ser trasladado a una institución mental, sus abogados hacen hincapié en que Durst es competente para enfrentar el juicio y sólo fue diagnosticado con el Síndrome de Asperger, una forma leve de autismo, en su infancia. Si se demuestra la responsabilidad de Durst en una de las tres muertes podría cerrarse el caso.
¿Puede relacionarse el caso con el Síndrome de Asperger?
El síndrome de Asperger es un tipo de trastorno generalizado del desarrollo (TGD) o un trastorno del espectro autísta. La principal diferencia entre el síndrome de Asperger y el trastorno autista es que las personas diagnosticadas con el síndrome de Asperger no tienen retrasos cognitivos o del habla, todo lo contrario, muchas de estas personas tienen un coeficiente intelectual incluso mayor a la media y sobresalen en áreas como la informática y la ciencia, aunque las dificultades se presentan sobre todo a nivel social. Esta afección parece ser más común en varones que en mujeres.
Muchas veces se ha visto este diagnóstico en personas que han estado vinculadas a casos de violencia como el del Adam Lanza, responsable del tiroteo en la escuela de Connecticut, a quien también se lo asoció con esta forma de autismo.
Sin embargo, los expertos se han ocupado de desvincular esta forma de autismo con episodios de violencia.
"Realmente no hay ninguna evidencia que relacione el autismo o el Asperger con la violencia", señaló Geraldine Dawson, una de las científicas de la organización Autism Speaks, y profesora de psiquiatría de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
Hoy en día existe un debate en torno a la denominación de esta enfermedad como trastorno independiente. En 1994, el Asperger se reconoció como un trastorno aparte en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-4), lo cual resultó de mucha ayuda para muchas personas que se sintieron identificadas con esta descripción independiente de los trastornos autistas.
Sin embargo, la nueva edición del manual, el DSM 5, elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), no la tiene como enfermedad independiente y el motivo que los psiquiatras alegaron es que realmente no existe una diferencia tan importante entre este trastorno y el autismo, al menos a nivel biológico.
Entre los síntomas característicos y generales del autismo se mencionan un deterioro significativo en el funcionamiento laboral y social, la incapacidad de comprender la comunicación no verbal, las conductas repetitivas y ciertas rutinas restringidas, comunes en las formas de autismo más leves hasta la más grave.
Más allá de las cuestiones nominales, las personas con síndrome de Asperger suelen ser demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, e ignoran todos los demás. Las áreas de su interés suelen ser bastante limitadas, tiene temas que se tornan una obsesión por ejemplo, con los horarios de los trenes, con los directorios telefónicos, una aspiradora o colecciones de objetos, según datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Las personas con síndrome de Asperger no se aíslan del mundo de la manera en que lo hacen las personas con un trastorno autista, sin embargo presentan algunos problemas sociales y en el lenguaje a menudo lo llevan a tener cierto aislamiento. Suelen tener un sentido del humor limitado y suelen no comprender el sarcasmo o las metáforas. Tienen algunas dificultades con el contacto visual, las expresiones faciales y algunas posturas corporales o gestos pueden ser visto por los demás como raros o extraños.
También presentan dificultades de responder emocionalmente en interacciones sociales normales y no son flexibles respecto a rutinas o rituales.
En cuanto a lo motor, pueden ser más torpes o presentar algunas dificultades en algunos juegos deportivos o movimientos que requieran destrezas.
Con tratamiento, el síndrome de Asperger mejora notablemente, aunque la interacción social y las relaciones personales todavía pueden ser un problema. Sin embargo, muchos adultos con este síndrome se desempeñan con éxito en trabajos tradicionales y pueden llevar una vida independiente si cuentan con el tipo de apoyo apropiado.
Los abogados de Durst no están de acuerdo con la transferencia a una institución de salud y consideran al empresario competente y dicen que sólo fue diagnosticado con el síndrome de Asperger, cuando era un niño, lo cual no tendría nada que ver con el caso.
"No tiene una condición mental aguda o médica...la competencia de mi cliente no está en discusión", dijo su abogado.