Hay varios niveles de celos. Los celos enfermizos en las relaciones de pareja o de amistad están relacionados con la propia inseguridad y delatan una baja autoestoima, según la Asociación Americana de Psicología (APA). Pero sin ir a ese extremo, hay un nivel de celos saludable y hasta necesario, dicen los científicos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia, en EE.UU. halló a través de un experimento, la zona cerebral donde se alojan los celos y describió el rol que desempeñan en las relaciones.
Según sus hallazgos, cuando alguien experimenta celos, se activan dos áreas cerebrales: una es el septum pellucidum, una zona clave en los procesos emocionales y las respuestas al estrés, y la otra, el giro cingulado, una zona relacionada con el dolor social y que se suele activar cuando una persona se siente emocionalmente rechazada por sus seres queridos.
¿Qué papel juegan los celos en las relaciones amorosas? Éstos podrían desempeñar un rol importante en una relación duradera: son necesarios para mantener la unión, aseguran los científicos. Y esto ocurre a nivel evolutivo desde los orígenes de las especies.
La monogamia y los celos
Para realizar este estudio -publicado en Frontiers in Ecology and Evolution- se examinó el comportamiento de monos tití, que son conocidos por su sistema monógamo. Éstos eligen una pareja y la conservan durante toda su vida, con la cual tienen crías, comparten territorio, y son muy celosos de compartirla. Se sometió a los monos machos de esta raza a una serie de escáneres cerebrales y luego se los indujo a una situación de celos.
Por otro lado, también tomaron escáneres cerebrales de monos machos sin estar expuestos a una situación de celos, para luego poder compararlas. Luego se sumaron los datos de análisis de sangre para medir los cambios hormonales, y así se observó que los celos provocan varios cambios biológicos que no se pueden ignorar.
Además de los cambios cerebrales que se visualizaron en las imágenes, los celos también originaron un aumento en los niveles en las hormonas testosterona (clave en la sexualidad masculina) y cortisol (que nivela el estrés).
Provocan cambios biológicos
Si los celos se pueden “sentir” a nivel cerebral y provocan cambios hormonales, esto explicaría en parte por qué muchas personas no pueden manejar este sentimiento. La investigación indica que en monos tití, no sólo hay regiones del cerebro que están involucradas en los celos, sino que éstos a su vez, tienen un rol clave en el mantenimiento del vínculo entre parejas, dijo Karen Bales, la investigadora principal.
Los científicos creen que los hallazgos son aplicables a los humanos, ya que sus cerebros y comportamientos en cuanto al sistema de monogamia son similares, y ayudan a entender cómo los celos influyen en el cerebro. Bales estima que el trabajo podría ayudar a explicar por qué hay muchas personas que continúan con su pareja a pesar de que son muy celosas.
"La neurobiología de la vinculación de parejas es fundamental para comprender cómo evolucionó la monogamia y cómo se mantiene como un sistema social", dijo Bales a ABC.
Pero ¿cómo pueden ayudar los celos a mantener la unión? La vinculación con una pareja se puede localizar en las áreas del cerebro conectadas con la memoria social y la recompensa, explicaron los científicos, y la conexión de los celos con estas regiones indica que la emoción puede ayudar a fortalecer el vínculo.
Como conclusión, el hecho de que alguien esté en alerta con su pareja frente a 'amenazas' de otros aspirantes, puede ser simplemente la forma en que la evolución mantiene unidas a las parejas.