La ira se define como un estado emocional que varía en intensidad y puede ir desde una leve irritación hasta llegar a la furia y la rabia intensa, y suele involucrar también cambios fisiológicos y biológicos.
La teoría del manejo de la ira se basa en los conceptos de comportamiento cognitivo y se desarrolló a principios de los 70. Desde entonces, la técnica de control del enojo, se fue desarrollando con el tiempo. Cuando una persona se enoja, su ritmo cardíaco y la presión arterial aumentan, al igual que cambian los niveles de sus hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina.
La ira puede ser causada por acontecimientos externos e internos, puede desatarse con una persona específica de tu entorno, ya sea un compañero de trabajo o jefe o por un acontecimiento particular, entre los más comunes están los atascos de tráfico o también un vuelo cancelado.
Para abordar la ira, los expertos dicen que hay que seguir ciertos pasos: mirar el problema de una forma más objetiva, es decir, mirarlo desde una perspectiva general, aceptar que las diferencias de opinión son aceptables, escuchar a otras personas, utilizar una red de apoyo, no tomarse las cosas de manera personal y llevar un diario para controlar la ira.
La ira puede ser suprimida, o redirigida, sin embargo hay estudios que aseguran que la ira no expresada incluso puede enfermar, causar hipertensión y hasta depresión.
Por otra parte, el enojo no expresado puede crear otros problemas y conducir a expresiones patológicas de la ira, como el comportamiento pasivo-agresivo, algo así como vengarse de personas indirectamente, sin decirles por qué, en lugar de enfrentarlos de frente o desarrollar una personalidad cínica y hostil.
Existen tratamientos para aprender a calmarse por dentro y por fuera, no sólo limitando las reacciones sino también controlando en cierta medida los niveles de estrés y dejando que el pico de enojo pase, para volver a tener control sobre los sentimientos.
Esos tratamientos duran en general unas 12 semanas y están enfocado a aprender a controlar justamente esas reacciones. En una encuesta realizada por investigadores británicos entre 2000 personas que participaron de la terapia, aseguran que 18 meses después de terminado el tratamiento, aún funciona para ellos.
El tema no es menor porque puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar que dos vehículos se crucen, sin embargo no existen estadísticas confiables que den cuenta de la frecuencia con que estos incidentes suceden.
Según un estudio publicado recientemente por la Sociedad de Análisis de Riesgos, existen una serie de cosas que las personas que se enojan fácilmente con los conductores lentos, los desvíos en la ruta o los excesos de tráfico pueden hacer para reducir la cantidad de incidentes y accidentes que suceden por ese motivo.
El Scott Morofsky autor de varios libros sobre el tema como "The Daily Breath: Transform Your Life One Breath at a Time" y "Wellativity: In-Powering Wellness Through Communication" asegura que: "Todos tenemos la tendencia a reaccionar, clavar los frenos o hacer un gesto obsceno en el medio del tráfico...."Sin embargo, cuando te encuentras por la calle con un conductor agresivo, no quieres involucrarlo en algo que lo pueda agitar aún más o que lo involucre en un comportamiento violento".
Scott Morofsky ha creado un concepto conocido en inglés como Wellativity, que apunta a implementar una serie de estrategias para superar situaciones que te alejan de tu bienestar como obesidad, tabaquismo, entre otras y se especializó en técnicas de rehabilitación y masajes.
Lo que más enoja
¿Cuáles son las cosas que pueden hacer enojar a los otros conductores? Las mayores molestias que producen las otras personas al volante se dan en general porque están enviando un mensaje de texto mientras manejan, explica una encuesta reciente publicada en Expedia.com sobre este tema. El informe habla de un 26% de las situaciones de conflicto en la calle es porque el conductor de otro auto está con su celular.
Otras ofensas mencionadas incluyen los conductores lentos, los que van muy rápido por la izquierda. Otro de los puntos importantes que mencionan los expertos tiene que ver con prevenir o evitar salir con estrés a manejar. Por ejemplo, salir con tiempo es una medida preventiva, o no dejar llamados y algunas otras tareas para hacer en el auto mientras manejamos. Quizás alguna discusión previa a salir a la calle, o algo que te tiene preocupado. Los expertos dicen que se debería evitar, en lo posible, salir ya nervioso a manejar.
"Probablemente todos en algún momento de nuestras vidas estuvimos enojados y alguien nos dijo que deberíamos respirar profundo. Ese es un buen consejo, ya que al respirar incorporamos una cantidad de oxígeno importante para todas las áreas de nuestra salud y nuestro bienestar", agregó el especialista.
Consejos para no discutir manejando
- No enciendas el motor si te sientes estresado y ansioso antes de un viaje. Tómate un tiempo para relajarte y respirar antes de subir al auto. Cuenta hasta 10, realiza un par de respiraciones profundas en las cuales la exhalación lleve más tiempo que la inspiración. "Es importante estar relajado antes de subir al auto", dice el experto.
- Si estás manejando, detente ahí. Puedes prevenir un accidente o un problema mayor si comienzas a sentir la ira y continúas adelante. "Respira y pregúntate a ti mismo si el problema que tienes es lo suficientemente importante como para arriesgar tu vida".
- Tú no puedes controlar lo que hacen los demás pero sí lo que haces tú. Si alguien te molesta conduciendo ya sea a propósito o no, ignóralo, recomienda Morofsky. Involucrarse en discusiones subidas de tono aumentará tu presión arterial y puede colocarte en circunstancias peligrosas. Otra vez, la respiración profunda puede salvarte.
- Hay estudios que aseguran que las personas que escuchan música cuando están atoradas en el tráfico tienen menor probabilidad de enojarse que quienes no escuchan música, por lo que los expertos recomiendan hacer una lista de música especial para el trayecto, incluso una para ir al trabajo y otra para relajarte de camino a casa.
- Piensa si puedes evitar viajar en horas pico. Posponer o adelantar horas de trabajo, realizar actividad física o alguna diligencia cerca de tu trabajo, hacer algo productivo antes de ir al trabajo y llegar más relajado.
- Aprende algo mientras conduces. Existen los libros en CD o audio-libros y cursos. Puedes sacarlos de la biblioteca o descargarlos a algún dispositivo electrónico por Internet.
- Procura que tu asiento sea cómodo y esté en la posición correcta antes de salir. Revisa los espejos, lo que debes llevar y luego sí, ya colócate el cinturón de seguridad.
- Define otras rutas alternativas para el trayecto. Esto tiene que ver con el control y la prevención de atascos, el tener otras opciones relaja.
- Utiliza la estrategia defensiva, es decir, cuídate a ti mismo y defiéndete de la agresión de los demás.
- De nada sirve juzgar a los demás conductores. Un conductor estresado se enoja por muchas cosas: cuando otro lo pasa, cuando alguien va más lento que él, cuando los demás olvidan hacerle una señal, si su auto es más grande o si van escuchando la música a volumen muy alto. Trata de no prestar atención sobre qué es lo que hacen los demás. Enojarse por enojarse no logrará hacerte sentir mejor.