La nueva investigación fue realizada por el equipo de médicos psiquiatras del Centro de Depresión de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan y publicada en la revista científica BRAIN.
Analizando una gran cantidad de estudios y mapeos cerebrales, el grupo de investigadores ha logrado demostrar que la habilidad de pensamiento puede verse un tanto deteriorada y no es tan aguda, una vez desencadenada alguna de estas enfermedades.
Lo novedoso de esta investigación es que normalmente estas dos condiciones, la depresión y el trastorno bipolar, caen bajo la categoría de desórdenes del estado de ánimo pero hasta ahora no han sido relacionadas a nivel actividad cerebral.
Estos resultados, esperan los investigadores, pueden cambiar la forma de pensar la enfermedad tanto en pacientes como en los médicos y al mismo tiempo, facilitar el diagnóstico y también el tratamiento.
La investigación
Para su realización, se tomaron una serie de test a 612 mujeres, dentro de las cuales unos dos tercios habían experimentado depresión mayor o trastorno bipolar. Mientras les propiciaban la batería de test, a unas 52 de estas mujeres, los investigadores les realizaban un mapeo cerebral detallado para detectar la actividad a este nivel mientras realizaban las diferentes actividades propuestas.
Se trata de un número de pacientes bastante importante, sobre todo de mujeres, que fueron separadas del grupo para ver las diferencias de género, ya que son ellas las que en general se ven más afectadas por estas enfermedades mentales.
La investigación analizó los datos de unas 150 mujeres sanas, unas 266 mujeres con depresión mayor, enfermedad activa o no en el momento de realizar la evaluación y 202 mujeres con enfermedad bipolar, que no estaban en el período maníaco durante las pruebas.
Todos los participantes realizaron una serie de tests que tendían a evaluar la atención y la rapidez de reacción. Algunas de ellas al mismo tiempo que se les realizaba un mapeo cerebral a través de una resonancia magnética funcional, 17 mujeres sanas, 19 depresivas y 16 de las bipolares.
En los test que se les tomaron, justamente los investigadores les pidieron actividades que requerían bastante concentración, tenían que reaccionar rápidamente cuando aparecían ciertas letras en una pantalla, dentro de una secuencia rápida en la que otras letras aparecían también.
Algunas conclusiones
Comparadas con las mujeres que no tenían trastornos mentales, los grupos tuvieron una diferencia notable en la capacidad de concentración y reacción. Según las conclusiones de los investigadores, mientras que algunas de las mujeres con depresión o trastorno bipolar tuvieron los mismos resultados que las supuestamente saludable, el 5% de las que rindieron en forma más baja en los test eran del grupo de las que habían sido diagnosticadas con alguna de estas dos enfermedades.
A nivel de escaneo cerebral, los investigadores descubrieron que las mujeres con depresión o trastorno bipolar tenían diferentes niveles de actividad que las mujeres saludables, sobre todo lo pudieron ver en un área del cerebro en particular conocida como la corteza parietal posterior derecha. Las que tenían depresión mostraban una actividad mayor en esa área que las que tenían el desorden bipolar. Esa área donde las mayores diferencias fueron vistas, son las que se ocupan de lo que los expertos llaman la función ejecutiva, que incluyen la memoria, la capacidad de resolver problemas y el razonamiento.
"En todos los casos mostramos una conexión de disfunción cognitiva en las mujeres que tenían estos trastornos afectivos que surgió tanto en los test que les realizamos y más marcado en los escaneos cerebrales", explicó la neoropsicóloga Kelly Ryan, una de las autoras del estudio.
"Estos descubrimientos refuerzan la idea de que los desórdenes mentales se parecen en ciertas cosas en cuanto a enfermedades que producen una disfunción, es decir son más parecidas que diferentes", agregó Ryan. "Tradicionalmente en psiquiatría solemos buscar diagnósticos específicos y sus diferencias para la categorización pero la neurobiología no es categórica y no encontramos diferencias tan importantes entre los diferentes diagnósticos. Este tipo de resultados nos hace pensar mejor en el tema de los diagnósticos".
El Instituto Nacional de Salud Mental por su parte está trabajando en el tema de un resdiseño de los diagnósticos mentales para poder clasificar los trastornos de la forma más idónea posible para poder incluir aportes de la psiconeurobiología y los rastros a nivel cerebral que pueden acercar a las diferentes patologías. Esto, según los especialistas, nos haría pensar que los patrones genéticos y físicos de las enfermedades mentales pueden ser más importantes de lo que se cree.
Debido al alto costo del estudio cerebral, no se realizaron más mapeos entre las participantes por lo que los investigadores dicen que el estudio no es tan importante como para realizar grandes conclusiones y que requiere de una mayor investigación.