De repente te das cuenta que la batería de tu celular se ha agotado y no hay fuente de corriente para conectarlo. La desesperación te invade y piensas en todo lo que podría estar pasando en este momento mientras te encuentras incomunicado. ¿Te ha pasado?
Si experimentas lo anterior cada que se acaba la carga de tu móvil es posible que presentes nomofobia, un trastorno que se caracteriza por la dependencia hacia este dispositivo electrónico y el miedo irracional a quedarse sin conexión.
El término viene del anglicismo (“no-mobile-phone-phobia”) que abarca una serie de sensaciones acompañadas de la falta de la compañía del celular, como dejarlo olvidado, quedarse sin cobertura o simplemente porque ya no tiene pila, según detalló un estudio de la Universidad Estatal de Iowa.
Los síntomas son claros y vienen de la mano de pensamientos obsesivos, dolor de cabeza, de estómago y hasta taquicardias. Además, se piensa que un nomofóbico podría experimentar inseguridad y baja autoestima, al menos así lo considera la psicóloga mexicana Amparo Aliseda Lara.
Aunque la denominación como “fobia” quizás no sería la más adecuada, un estudio hecho por miembros de la Universidad de Worcester en Reino Unido encontró que al usar de manera frecuente el dispositivo se desencadenan conductas compulsivas al tratar de encontrar nuevos mensajes, actualizaciones y alertas.
Y es que, el uso del celular es una de las actividades que más se repiten durante el día. De acuerdo con la empresa en telecomunicaciones Alcatel-Lucent, una persona en promedio mira su teléfono unas 150 veces por día, lo que provoca adicción por estos dispositivos.
Además, detalló que existen 14 mil millones de teléfonos inteligentes en todo el mundo, de los cuales, el 73 por ciento de los usuarios entran en pánico cuando lo pierden, agregó la empresa en un comunicado emitido en mayo de 2015. Esto coincide con parte del diagnóstico de la nomofobia.
Nunca relacionarlo con adicción
Sin embargo, no hay que confundir la nomofobia con la adicción al smarthphone. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, la dependencia física no es equivalente a una adicción ya que únicamente es parte del reajuste corporal a la exposición de una sustancia.
No obstante, si esta conducta por tener siempre el celular a la mano está llevando a alejarte de las relaciones persona a persona o provoca otros problemas que abarquen el sueño o hacer actividades riesgosas como manejar y textear lo mejor sería acudir con un especialista.