¿Qué pasa con nuestras emociones? ¿Qué es lo que sucede dentro de nuestra cabeza?
La decimoquinta película de los estudios Pixar, de gran calidad cinematográfica, ha sido un éxito a nivel mundial ya que contiene todos los elementos de aventura, diversión y calidad a los que estas compañías nos tienen acostumbrados. Pero hay algo más: y es que esta vez, los creadores se metieron directamente con el mundo de las emociones, desde una mirada compleja y que nos enfrenta con una verdad que mucha gente intenta evitar: que la tristeza no es la mala de la película.
Cómo surgió la idea
La persona que dio origen a este proyecto tiene 46 años, se llama Pete Docter, es padre de una niña de 11 años y una de las cabezas de Pixar. Tal como lo cuenta el filme, la idea de la película surgió al observar que su hija Ellie de un día para otro comenzó a verse más retraída y a mostrar distancia con sus padres. Ya no se trataba de una niña siempre contenta y llena de respuestas sino de una púber con sus propias inseguridades, preocupaciones y preguntas sobre la vida.
A través de la vida de Riley una niña de 11 años que deja Minnesota, su ciudad natal y con ella sus amigos, su equipo de hockey y su vida para mudarse con sus padres a San Francisco, los creadores de Inside-out proponen un recorrido por las emociones de la niña.
Riley siempre ha sido una niña feliz pero, a pesar de sus intentos, cuando se muda, la pasa mal y descubre que las estrategias que utilizaba hasta ese momento para estar bien ya no son efectivas y que es la tristeza la emoción que se vuelve la clave para pedir ayuda y lograr recuperar su alegría.
Con el auge de la llamada psicología positiva existe actualmente en muchas personas una sobre valuación de la alegría y el pensar positivo, la ley de atracción de cosas buenas y la creencia de que si estamos contentos todo va a irnos mejor.
Pero la película nos transmite otra cosa totalmente diferente: en ella, la tristeza termina siendo la posibilitadora de un crecimiento, algo que los psicólogos hace años vienen diciendo.
Originalmente, los creadores de la película habían considerado unas 27 emociones, de las cuales quedaron cinco.
En "Inside-Out" o "Intensamente" cada personaje-emoción está basado en una forma que la representa: la alegría en una estrella (su misión es asegurar que la niña esté siempre contenta, cueste lo que cueste), la tristeza en una lágrima (quiere que Riley sea feliz pero desde otro lugar y es un poco pesimista), la furia es un ladrillo (que estalla cuando las cosas no salen como estaban planeadas y tiene poca tolerancia a la frustración), el temor un nervio (se la pasa midiendo riesgos y peligros porque debe proteger a la niña) y el desagrado un brocoli (es sincera y un poco terca, trata de que Riley evite cosas sociales y compromisos que la intoxican).
Los personajes de emociones fueron intencionalmente creados con una textura esponjosa que los hace más flexibles y adaptables, y esto tiene que ver con las emociones que no son compartimentos estancos sino cuestiones dinámicas. Su piel son pequeñas partículas de energía, un efecto que demoró 8 meses en desarrollarse y costó mucho dinero según sus creadores.
Definir lo que sucede dentro de la cabeza no es nada sencillo. Para esta producción, que costó nada menos que 175 millones de dolares, es decir cada segundo de filme salió 30 mil dólares, los autores consultaron a una decenas de psicólogos, neurólogos y especialistas en cuestiones de la mente.
Uno de los desafíos mas grandes de la película fue lograr una sincronía entre lo que pasaba en la mente de su protagonista Riley con lo que pasa en el mundo real. Hay quienes dicen que las emociones de la niña son también un homenaje a uno de los grandes clásicos de Disney, Blancanieves y sus siete enanitos.
Docter y sus socios pensaron en que Riley tuviera un cuadro depresivo o que tuviera un hermanito, pero dicen que descartaron esos giros porque hacían más pesada la película para el público infantil y entonces decidieron profundizar en la idea original que era desplegar lo que sucedía internamente.
Dentro del escenario de la mente, hay también miles de recuerdos divididos en distintas categorías: algunos son centrales, otros profundos y otros olvidados. También se habla de lo que forma la personalidad o las características propias de la persona en este caso serían las islas la honestidad, la amistad, la familia, la diversión, y el hockey, su deporte favorito.
Aparece también el amigo imaginario y hasta una explicación de que debido a ciertos personajes se nos "pega una canción".
Otro de los puntos interesantes a resaltar es que en la película se muestra que tanto grandes como chicos tienen emociones y por lo tanto, termina resultando una invitación a ponerse en el lugar del otro, a pensar qué le puede estar pasando a los demás y descentrarnos y ser menos egoístas, lo cual en el mundo infantil tiene que ver con crecer.
Estos personajes-emociones nos enseñan a los padres que nada de lo que ocurre en la cabeza es lineal y que muchas veces las emociones nos dominan y, aunque en ocasiones nos cueste manejarlas, es algo que se puede aprender.
Inside-Out nos muestra la necesidad de canalizar esas emociones y por ejemplo, estar alegres sin dejar de ser profundos, expresar la furia sin violencia, el desagrado sin caer en el prejuicio o expresar los miedos sin quedar paralizados.
Pero lo más importante, es que nos muestra que la tristeza y las lágrimas son una parte fundamental de nuestra vida, una oportunidad para abrirse al otro y pedir ayuda y así lograr la verdadera felicidad, la plena y profunda.
¿Qué más puede pasar? ¿Qué puede ser peor? preguntan los creadores al final del filme y permiten prever las respuesta: la adolescencia. ¿Será que ya arrancó la producción de la segunda parte?