La crisis de los 40 se vive a los 39

La investigación, publicada en el Proceedings of the National Academy of Sciences y realizada por expertos de la New York University’s Stern School of Business y la University of California’s Anderson School of Management asegura que la gente que tiene 29, 39 o 49 suelen tomar grandes decisiones en sus vidas y toman esos años como un año de balance y reflexión mucho más que el cambio de década en sí mismo.

"Cuando las personas se enfrentan con un cambio de década, comienzan a hacerse preguntas importantes sobre el sentido de sus vidas y las cuestiones esenciales", dijo uno de los autores del estudio Hal Hershfield, profesor de la UCLA. "No estamos diciendo que la gente no hace esas reflexiones en otros momentos de sus vidas pero sí se ve más claramente en estas transiciones".

La crisis de los 40 se vive a los 39
| Foto: THINKSTOCK

Los investigadores se propusieron estudiar qué tipo de cosas se relacionaban con estos cambios y transiciones, sobre todo a gente que está por cruzar la barrera de los 30, 40, 50 y 60 y analizaron datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), así como datos sobre el sitio en Internet sobre asuntos extra matrimoniales como AshleyMadison.com y el sitio de atletas Athlinks.com

"La gente utiliza los cambios de décadas como un marcador, un momento para reflexionar sobre sus cosas, sobre cómo está su vida, eso es algo bastante común aunque los cambios sean sólo numéricos tienen una importante representación simbólica", explicó a HolaDoctor la psicóloga María Raiter, experta en terapia familiar sistémica.

Lo que los expertos intentan explicar es que todos de alguna forma establecemos un peso arbitrario a los años, y ponemos el énfasis en el cambio de década, pero la realidad es que se utilizan como momentos de balance y conclusiones, dicen los expertos.

El lado negativo

Los investigadores también resaltaron que hay muchas personas que pueden reaccionar en forma negativa a esta transición y también pueden caer en una depresión, estar más propensos a cometer suicidio o buscar una aventura fuera del matrimonio.

En cuanto al suicidio, analizaron datos del CDC en cuanto a índice de suicidio entre los años 2000 y 2011 y descubrieron que era un 2,4% más alto en las personas cuya edad termina en 9.

"En general, solemos quedar atrapados por estos números como puntos de inflexión, particularmente es lo que sucede con la edad, pero sabemos que no hay nada diferente entre cumplir 29, 30 o 31. Culturalmente, solemos poner el énfasis en números como 30, 40, 50 pero no deberíamos dejar que eso nos cambie la vida", dice el autor del estudio mencionado.

Los autores analizaron los cambios emocionales y la psicología de seis estudios que examinaron información de más de 42 mil adultos en 100 países que respondieron a la Encuesta Mundial de Valores, en la cual se les pedía a estas personas que realizaran una evaluación de sus vidas.

Maratones e infidelidad

“La gente suele buscar por el sentido de la vida en esos años" explicó Hershfield quien recolectó dato del sitio de maratonistas Athlinks, donde se muestra que un 25% más de las personas cuya edad termina en 9 han corrido una maratón por primera vez, comparado con personas de otras edades. Por otro lado, los corredores de edades 29 y 39 que han corrido múltiples maratones, muestran a esa edad un tiempo 2% más rápido de lo que hacían años anteriores.

En cuanto a la infidelidad, los autores analizaron datos de los 8 millones de hombres registrados en el sitio de citas Ashley Madison, que reúne a personas que buscan tener una aventura extra-matrimonial y encontraron que los hombres que dicen tener 29, 39, 49 y 59 tenían un 18% más de registros en el sitio.

Los psicólogos insisten en recalcar que el cumplir años, cambiar de década o no, se asocia a enfrentarnos con nuestra propia muerte y finitud, con el paso inexorable del tiempo y los cambios que éste trae aparejados, y por ende, nos llevan a una época de balance y conclusiones. Eso nos puede confrontar con una sensación de satisfacción, de insatisfacción pero también de cuestiones pendientes que aún queremos vivir.

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