Un estudio realizado en Estados Unidos, entre nada menos que 377 mil estudiantes secundarios asegura que si bien los primogénitos tiene un IQ o índice de inteligencia un poco más alto y rasgos constantemente diversos de la personalidad, las diferencias entre los primogénitos y los nacidos después son tan pequeñas que no tienen ninguna importancia práctica. Es decir, las diferencias son tan mínimas que no tienen ningún significado.
“En una muestra de este tamaño, es la muestra la más grande de la historia que intenta dar una explicación y personalidad según el orden de nacimiento,” explicó el profesor Brent Roberts de la psicología de la Universidad de Illinois, quien realizó el estudio junto al Dr. Rodica Damián, profesor de la psicología en la Universidad de Houston. 
Si bien existen estadísticas que indican que los primogénitos tienen un coeficiente intelectual levemente mayor, la diferencia no es significativa, aseguran los investigadores.
El análisis también reveló algunas diferencias constantes en rasgos de la personalidad entre los primogénitos y los otros hermanos y llegaron a la conclusión que los primogénitos tienden a ser más extrovertidos, conformes y concienzudos, y tenían menos trastornos de ansiedad.
Sin embargo, las diferencias halladas eran tan pequeñas que no son significativas.
“En algunos casos, por ejemplo si una droga salva 10 vidas de 10,000, los pequeños efectos pueden ser muy importantes porque se trata de una vida...Pero en términos de rasgos de la personalidad y cómo se valora, las 0,02 correlaciones como dieron, no son significativas. No se pueden ver a simple vista, no es posible que dos personas se sienten uno al lado del otro y uno notar la diferencia entre ellas. No es algo que pueda ver cualquiera", dijo Roberts.
Estudios anteriores sobre el orden en el nacimiento, no se ocuparon de la personalidad de los niños individualmente sino en relación a los hermanos. Este estudio es muy importante no sólo por la gran cantidad de casos estudiados sino también porque se analizó a cada niño individualmente en términos de personalidad. Es decir, eran estudios intra-familiares, que analizaban los rasgos de los niños pero siempre en comparación con sus hermanos.
“Otro problema grave con los estudios que se hacen dentro de la misma familia es que los estudios sobre el niño más grande es siempre el niño más grande y no se lo ve en otras funciones", dijo el investigador.
Los investigadores también a familias con más de tres hijos y analizaron las variables entre los diferentes hermanos.
Si bien las diferencias en cuanto a inteligencia la tuvieron en mayor medida el hermano mayor con el segundo, entre el segundo y el tercero también hubo una sutil diferencia. "Sin embargo, las diferencias siguen siendo minúsculas", agregó Roberts.
Como conclusión, el orden de nacimiento no debería ser un rasgo diferencial en cuanto a los índices de inteligencia y no debería influenciar en nada a los padres en cuanto a la crianza, concluyeron los investigadores.
