Manifestaciones espontáneas de tristeza y dolor se reproducen por todas partes, como forma de procesar el dolor y la angustia por lo que representa la desaparición de un líder activo y prominente como fue el presidente de Venezuela.
Cuando muere un ser querido, es inevitable atravesar lo que se llama una etapa de duelo, que consiste en una serie de sentimientos que van desde el dolor a la tristeza, con períodos de enojo y hasta intentos desesperados por negar lo sucedido.
Puntos clave
Ahora bien, si este ser querido, en lugar de formar parte de nuestra familia o allegados es el presidente de un país, ese período de duelo resulta compartido por grandes sectores de la sociedad.
Así como cuando muere un músico, comienzan a sonar sus compases y su voz por todas partes, es esperable que ante la muerte de un presidente, sus ideas, sus hechos, sus palabras se multipliquen por todas partes y se dé lugar a creación de un mito.
Muchas veces de este dolor, surge la idealización de la persona que ya no está. Miles de personas se dan cita a su funeral, recorren las calles, buscando un consuelo en común que mitigue el dolor.
El ser humano cuenta con la capacidad de sobreponerse a cualquier situación traumática, incluso muchos logran hasta salir fortalecidos, pero hay etapas que necesita atravesar. Y entre esas etapas pueden aparecer ansiedad, depresión y situaciones de estrés.
El duelo, como tal, es una reacción emocional normal y esperable ante una pérdida importante.
Las palabras tristeza y congoja a menudo se usan para describir sentimientos de duelo, pero en un comienzo es natural que la persona viva la tragedia en un estado de shock y hasta de negación.
El duelo precisa un tiempo para su elaboración que es difícil de determinar. Muchas veces, la intensidad del duelo es proporcional a la fuerza del apego, no depende de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que la persona le atribuye.
El duelo es una reacción natural ante la pérdida de una persona significativa en la vida de una persona. Es un proceso normal, con causa conocida, que incluye componentes físicos, psicológicos y sociales, con una intensidad y duración proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida.
El duelo nos hace pensar en nosotros como mortales y nos conmueve también en relación a nuestra muerte y la de nuestros seres queridos.
Para el psiquiatra y creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, el duelo implica un trabajo psíquico de aceptación de la propia mortalidad y en este proceso, los rituales de velar al fallecido, entierro o cualquiera fuere dentro de cada cultura ayudan a acelerar el proceso de aceptación.
La muerte de una persona significativa, como toda pérdida tiene que ser reconocida, poco a poco aceptada y seguida de modificaciones internas que permitan nuevas perspectivas
El duelo es universal, como lo es la muerte. Toda sociedad, desde la más tradicional hasta la más moderna, dispone de ciertas costumbres ó ritos cuando una persona muere.
Cuando hablamos de duelo colectivo nos referimos a una serie de reacciones de pena colectiva ocurren cuando muere por ejemplo un ídolo como John Lennon, o un presidente como John F. Kennedy.
En este caso, son muchas las personas que comparten sentimientos similares al mismo tiempo y sienten la necesidad de manifestarlos.
Dentro del ámbito político, uno de los casos de duelo colectivo paradigmáticos fue cuando se produjo la muerte de Eva Perón.
El 26 de julio de 1952, víctima de un cáncer, falleció Eva Perón, esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón, y figura clave en la historia de ese país. Durante catorce días, mañana, tarde y noche, el pueblo argentino desfiló para darle su último adiós, con multitudinarias expresiones de dolor colectivo. Su funeral fue registrado como una de las demostraciones de dolor popular jamás visto en la historia de la humanidad.
Hugo Chávez, con sus seguidores y sus detractores, pasará sin duda a la historia como un líder que marcó la historia de Latinoamérica y, sobre todo, la de miles de personas de Venezuela, que ahora deberán atravesar esta etapa inevitable de duelo colectivo.