Rémi Jouty, director de la BEA explicó que el vuelo de ida entre las ciudades de Düsseldorf y Barcelona, el copiloto había repetido la misma maniobra y que se registraron "varias selecciones de altitud hacia 100 pies mientras el copiloto estuvo solo en la cabina de mando".
Como se trataron de maniobras en pleno descenso, esas manipulaciones habrían pasado desapercibidas para los pasajeros así como tampoco las notaron el resto de los miembros de la tripulación y para el control aéreo francés, agregó Jouty.
La depresión ¿un estado del alma o una enfermedad?
Lubitz "de manera intencionada, modificó las instrucciones del piloto automático para hacer descender la aeronave hasta que impactase con el terreno..no abrió la puerta de la cabina de mando durante el descenso, a pesar de las solicitudes de acceso realizada a través del teclado numérico, el interfono de cabina y las comunicaciones de radio", explicaron las autoridades.
Luego de regresar a Barcelona, el avión volvió a salir a las 9 de la mañana con destino a Düsseldorf y 41 minutos más tarde se estrelló en la montaña.
Lo que resta, explica el funcionario aeronáutico es "examinar el sistema de evaluación de actitud de los pilotos”.
Específicamente, respecto a los temas psicológicos, Jouty dijo que "Tenemos que tratar de determinar cómo es posible que un piloto que tenga problemas psicológicos pueda estar en la cabina de mando pese a que hay todo un sistema de seguimiento”.
Tendencias suicidas
La fiscalía de Düsseldorf informó a pocos días del accidente que el copiloto del avión de Germanwings habría estado hace unos años en tratamiento psicológico por tendencias suicidas y que habría ocultado un certificado médico reciente que le impedía volar.
Lo que sí se sabe es que el joven piloto padecía problemas mentales y que había sido tratado por depresión.
En el caso del accidente, con este nuevo descubrimiento todo parece indicar que se trata de un acto premeditado de suicidio y homicidio más que de una falta de control de impulsos, enmarcado en una fuerte depresión.
La depresión clínica, como enfermedad mental se caracteriza por sentimientos de tristeza, desazón, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante un período prolongado de tiempo y en general, no se relacionan con hechos de la realidad sino más bien con estados del alma.
Edad y depresión: los disparadores más comunes
Se calcula que uno de cada diez estadounidenses sufre de depresión y que el 90% de los suicidios se dan en personas que tienen un cuadro depresivo previo. El hecho de que se vea más en mujeres que en hombres, puede deberse a que ellas son más propensas a pedir ayuda y ellos más escondedores de sus síntomas.
En el hombre esta enfermedad suele ser más "silenciosa" que en la mujer, es decir muestra menos síntomas típicos de la enfermedad, y en general se esconde detrás de una obsesión por el trabajo y en algunos casos se la ve más frecuentemente asociada al consumo de alcohol y drogas.
En cuanto al tratamiento, lo que más se utiliza en estos casos es una combinación de medicamentos antidepresivos con una terapia psicológica de contención.
La depresión como enfermedad suele tener recaídas por lo que es importante mantener el control y la supervisión de los especialistas, a pesar de que los síntomas mejoren y en caso de una recaída, recurrir inmediatamente al profesional de cabecera.
En el caso de un piloto, si bien el ser humano siempre tiene un trasfondo imprevisible, y eso las autoridades lo saben, el historial y los certificados médicos hablan de una depresión clínica y una consecuente inhabilitación para volar.
Lubitz según su entorno era una persona reservada, interior, que cuidaba mucho su imagen, corría maratones y no compartía mucho de sus sentimientos y emociones, quizás por no querer mostrar una imagen negativa o preocupante sobre sí mismo. Uno de los grandes retos de los profesionales de la salud mental es detectar la peligrosidad de un cuadro depresivo.
El peligro de la estigmatización
Existe todo un tema en torno a la salud mental y al miedo de quedar estigmatizado como enfermo mental, en todas las áreas de la vida.
La Organización de Aviación Civil Internacional, el organismo de la ONU que establece estándares globales de aviación, recomienda que alguien con depresión no sea piloto de un avión. Las aerolíneas por su parte, someten a todos los pilotos a un examen psicológico anual pero estas pruebas no parecen suficientes a la hora de predecir enfermedades mentales, muchas de las cuales son escondidas por las personas por miedo a las consecuencias y a la estimatización.
"Primero no estigmaticemos a las personas que sufren depresión u otras enfermedades psíquicas. Un 10 por ciento de la población está diagnosticado de depresión, en las mujeres este porcentaje se dobla", dijo en un artículo referente a este caso el psiquiatra español Enrique Rojas.
Y en relación a las posibilidades de mejora dijo: "Hoy en día, puedo afirmar que en un 90 por ciento de los casos, las depresiones se curan gracias al arsenal farmacológico y psicoterapéutico con el que hoy contamos, y con los muchos avances logrados en los últimos años".
Pero lo imprevisible existe, y la sinrazón también, concluyó el experto.