Las mujeres son más de dos veces más propensas que los hombres a no tener interés en el sexo cuando conviven con una pareja, sugiere un estudio de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido.
La investigación, publicad en el British Medical Journal Open, encontró que tanto hombres como mujeres pierden interés en el sexo con el tiempo. Para ambos sexos, la mala salud física y mental, la mala comunicación y la falta de conexión emocional durante el sexo pueden hacer que el deseo sexual disminuya. Pero, las mujeres se mostraron dos veces más propensas que los hombres a perder interés en el sexo cuando viven con su pareja o en una relación de más de un año. Los resultados se basan en las experiencias de casi 5,000 hombres y 6,700 mujeres.
Niños pequeños
Los investigadores observaron que en muchos casos la pérdida del deseo sexual de las mujeres estaba asociados a tener niños menores 5 años o haber dado a luz en el último año.
"Esto puede deberse a la fatiga asociada con un papel de cuidado, el hecho de que el estrés diario parece afectar el funcionamiento sexual de las mujeres más que los hombres o posiblemente un cambio en el enfoque de la atención en el cuidado de los niños pequeños", señalaron los autores.
Entre los encuestados, de 16 a 74 años, el 34 por ciento de las mujeres informó sobre una pérdida de interés en el sexo, en comparación con sólo el 15 por ciento de los hombres. Para las mujeres, la falta de interés por el sexo era más común entre las edades de 55 a 64 años, mientras que para los hombres estaba entre 35 y 44. Además, dos de cada cinco mujeres mayores estaban insatisfechas con su vida sexual, por temas relacionados con el estrés, presiones de la vida familiar y trabajo, pero no se encontraron pruebas de que la menopausia fuera un factor de disminución del deseo para las mujeres.
"Nuestros hallazgos muestran la importancia del contexto relacional en la comprensión del bajo interés sexual tanto en hombres como en mujeres. Para las mujeres en particular, la calidad y la duración de la relación y la comunicación con sus parejas son importantes en su experiencia de interés sexual", señaló en un comunicado Cynthia Graham, autora principal del estudio y profesora del Centro de Investigación en Salud Sexual de la Universidad de Southampton.
Visión integral y de género
Graham también explicó que el estudio destaca la necesidad de evaluar y, si es necesario, tratar los problemas de interés sexual en las relaciones de una manera holística, específica del género que va más allá de las drogas. La Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) aprobó en el año 2015 la flibanserina, el primer tratamiento farmacológico para el trastorno sexual hipoactivo en mujeres premenopáusicas para aumentar la libido femenina.
El llamado "viagra femenino" es una medicación para tratar el desorden hipoactivo del deseo sexual (HSDD por sus siglas en inglés) que .actúa alterando la química del cerebro para incrementar la producción de dopamina, responsable de la excitación sexual, y disminuyendo la de serotonina, reguladora de la saciedad y la inhibición sexual.
Sin embargo algunos expertos sostienen que en la mayoría de las parejas las dificultades sexuales se relacionan con problemas psicológicos y de relación, que no se limitan solamente a tomar un medicamento.
¿Cómo aumentar el deseo sexual en la pareja?
Existen diversas razones, tanto físicas como psicológicas, por las que una persona puede sentir una baja en su deseo sexual. Desde el punto de vista físico, el estrés, los cambios hormonales, ciertos medicamentos y enfermedades como la depresión, pueden acarrear una disminución importante del deseo.
Un buen comienzo para afrontar el tema en pareja es hablar frontalmente sobre la falta de deseo. También, es el momento de explorar otras formas de intimidad como tomarse de las manos, hablar suavemente uno con el otro o acariciarse en lugar de una sesión de sexo completo. Demuestra el interés por tu pareja y haz que se sienta respetada e importante.
Si la falta de deseo perdura en el tiempo, puede ser una buena idea buscar un apoyo adicional, como un terapeuta sexual, consejero de relaciones o tú médico de cabecera.