Las vitaminas y los minerales son nutrientes necesarios en pequeñas cantidades para mantenernos saludables y con vida.
Vitaminas
Las vitaminas son sustancias que el cuerpo requiere para regular funciones vitales dentro de las células.
Algunas de las funciones de las vitaminas en nuestro cuerpo son: mantener nuestra piel sana, fortalecer el sistema inmunológico, ayudar a la coagulación de la sangre, a la formación de células sanguíneas y contribuir al buen desempeño del sistema nervioso y de la visión.
Las vitaminas se agrupan en dos grandes categorías: las liposolubles o solubles en grasa como las vitaminas A, D, E y K, y las hidrosolubles o solubles en agua, como las vitaminas del complejo B y la vitamina C.
Las vitaminas liposolubles se almacenan en nuestro cuerpo por periodos de tiempo relativamente largos; no ocurre lo mismo con las vitaminas hidrosolubles debido a que éstas pueden ser eliminadas fácilmente por la orina. Por eso necesitamos consumir éstas últimas con más frecuencia.
Debido a que algunas vitaminas pueden ser tóxicas si se consumen en exceso, en especial las liposolubles, debes tener precaución en caso de que utilices suplementos de vitaminas y minerales.
Minerales
Aunque son elementos que también se requieren en cantidades muy pequeñas, los minerales son indispensables para el desarrollo de una gran variedad de procesos como la formación de los huesos, la contracción muscular y el funcionamiento del corazón y del sistema digestivo. Entre los minerales más conocidos pueden mencionarse el calcio, el hierro, el sodio, el zinc y el yodo.
¿En qué alimentos encuentro las principales vitaminas y minerales?
La sal
El sodio (contenido en la sal) es un mineral que nuestro cuerpo requiere para mantener el equilibro de líquidos, controlar el nivel de acidez de los mismos y transmitir los impulsos nerviosos; sin embargo, la cantidad de sodio que se necesita para estas funciones es mínima y un exceso de este mineral puede ocasionar daños a la salud.
El sodio lo encontramos de manera natural en los alimentos, aunque la principal fuente de este mineral en nuestra dieta es a través de la que agregamos a las comidas.
Las tres cuartas partes del sodio que consumimos provienen de los alimentos enlatados, congelados o de la comida rápida.
La cantidad recomendada máxima de sodio al día para un adulto sano es de 2.4 g. La concentración de sodio en la sal es de 40% por lo que una cucharadita de sal aporta justo la cantidad máxima que requerimos diariamente.
Sin embargo como debemos descontar el total que nos aportan los alimentos, es recomendable evitar el uso del salero en la mesa.
Cómo disminuir el sodio en tu dieta
Los siguientes links te ayudarán a guiarte dentro de tu plan: