Seguramente a estas alturas compras tus alimentos con otro criterio, entendiendo que su valor nutricional es tan importante como su sabor; las porciones que te sirves ahora son más pequeñas que las que consumías antes de empezar el programa de control de peso; tu consumo de azúcares y grasa es menor al que tenías y preparas tus alimentos de una manera más saludable.
Estas conductas forman parte de tu nuevo estilo de vida y, con toda seguridad, si las asumes con el debido entusiasmo, serán ejemplo para todos los que te rodean. 
Tus nuevas actitudes son un valioso ejemplo para aquellos que están en proceso de formación de hábitos, como por ejemplo tus hijos o sobrinos, o para tus amigos o familiares que tienen problemas de peso.
Al llegar al final de este programa también puedes darte cuenta de cómo ha cambiado tu imagen y cómo ha mejorado tu autoestima.
Te ves al espejo y la imagen que percibes te agrada mucho más que la que veías antes; puedes usar cierta ropa que por algún tiempo no te gustaba lucir y además puedes desempeñar con más facilidad algunas actividades de la vida diaria que antes se te dificultaban.
Lo más valioso de todo este proceso de control de peso es que junto con ese cambio externo, se ha producido en ti un cambio interno, ya que por ejemplo, ha disminuido tu grasa corporal y tu sistema cardiovascular funciona mejor. Esto te llevará a estar más saludable y a reducir tu riesgo de desarrollar problemas de salud como la diabetes o un infarto.
De ahora en adelante cuando pienses en tu peso corporal deberás concentrarte en los beneficios que trae el llevar un estilo de vida sano y activo, uno de ellos, el mantenerte en forma.
Los siguientes links te ayudarán a guiarte dentro de tu plan:
