¿Trabajas desde casa? Necesitas un seguro de accidentes para tu teletrabajo

El trabajo desde casa o teletrabajo es una de las tendencias más importantes de los próximos años, un cambio fundamental en la manera en que entendemos las relaciones laborales y la organización de nuestro tiempo. Pero, al tiempo, es una fuente de nuevos riesgos con los que muy poca gente cuenta.

Teletrabajar somete a nuestro cuerpo a nuevas exigencias y esfuerzos, con lo que pueden darse accidentes y problemas de salud inesperados. Para protegerse, lo mejor es contar con un seguro de accidentes. En este artículo te explicamos cuáles son los riesgos que se asumen al teletrabajar y te contamos cómo hacerles frente con un seguro de accidentes.

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Teletrabajo y seguro de accidentes: Qué vas a encontrar en este artículo

El ascenso del teletrabajo

La tendencia al alza del teletrabajo (work from home o remote work en inglés) se aprecia desde hace años. Cada vez son más los profesionales que, contratados por una empresa o trabajando como freelance, convierten su domicilio en su puesto de trabajo. Ahora, la crisis del coronavirus ha acelerado esta tendencia. El confinamiento impuesto para frenar la pandemia ha obligado a millones de personas de todo el país a llevarse el trabajo a casa y tratar de trabajar desde el hogar en unas condiciones que no siempre son las mejores.

Al margen de la situación excepcional provocada por la pandemia en la primera mitad de 2020, esta tendencia se consolida de forma muy notable en Estados Unidos. Flexjob, empresa especializada en este tipo de empleo, calcula que al menos 5 millones de personas trabajan ya de forma estable desde el hogar, aunque sea a media jornada. Esto supone un 3,5 por ciento de toda la fuerza laboral, un 44 por ciento más que hace solo cinco años.

Tras el impacto del coronavirus en nuestras vidas, los expertos consideran que el teletrabajo irá cada vez a más. De hecho, en el portal especializado en estadísticas Fundera consideran que, para 2028, el 73 por ciento de todos los departamentos de todas las empresas del país tendrán teletrabajadores.

Esta nueva forma de trabajar tiene grandes ventajas: los empleados no tienen que desplazarse y pueden adaptar su horario laboral al horario que más les convenga. No hay limitaciones físicas y la tarea se puede hacer en cualquier lugar, como segundas residencias, lugares de vacaciones, etc. Además, los trabajadores ahorran dinero, porque no tienen que tomar su carro o un transporte público para llegar a su puesto de trabajo.

Para los empleadores también tiene ventajas: se ahorran importantes costes en el mantenimiento de instalaciones y en el consumo energético, entre otros beneficios. Además, se considera que los teletrabajadores pueden ser hasta un 40 por ciento más productivos.

Sin embargo, teletrabajar también puede ser una actividad de riesgo. Los freelancers, que siempre han tenido en su hogar el puesto de trabajo, lo saben bien. Sin embargo, esta realidad está llegando ahora a toda la masa laboral que adopta esta nueva situación.

Los peligros de teletrabajar: los nuevos accidentes laborales

Trabajar desde casa implica ciertos riesgos. Unos son de tipo psicológico o psicosocial. Otros, puramente físicos: los accidentes.

Por el lado de lo psicológico, los expertos en salud laboral saben que trabajar desde casa puede producir, entre otros problemas:

  • Exceso en la jornada laboral. Al no haber unas horas marcadas como horario laboral, es fácil caer en jornadas que no se terminan nunca y trabajar demasiado tiempo seguido, lo que puede agravar otros problemas psicológicos y físicos.
  • Incertidumbre y ansiedad. Trabajar solo no siempre es fácil. Cuando estamos en un equipo, las decisiones se toman entre todos y las dudas se consultan. Sin embargo, la soledad del hogar puede incrementar los temores.
  • Trastornos del sueño. La falta de rutinas horarias puede implicar también cambios en el sueño, con episodios de insomnio u otros problemas.
  • Conexión permanente. Al estar en casa, el trabajador siente que necesita estar mucho más conectado con su empresa y entra en un modo de conexión permanente. Este ‘always on’ puede producir también notables trastornos, como ansiedad.

Además, se pueden producir problemas físicos de muchos tipos. Cuando se trabaja en las instalaciones de una compañía, hay expertos en riesgos laborales que analizan el entorno laboral y minimizan los peligros. Esto no sucede en el hogar, con lo que el riesgo de sufrir lesiones o deterioro físico aumenta. Estas son las situaciones más frecuentes:

  • Sedentarismo. Al pasar tantas horas trabajando en casa, nos volvemos excesivamente sedentarios, lo que repercute en nuestro estado físico y puede producir obesidad y otros problemas asociados a la falta de ejercicio, como enfermedades coronarias o trastornos digestivos.
  • Problemas de visión. La iluminación de nuestros hogares, el calibrado de las pantallas de los computadores domésticos e incluso la distancia a las que las tenemos no son ideales para trabajar. Esto repercute en un estrés visual que acaba por producir problemas de visión.
  • Dolores musculares. Igual que sucede con la vista, el resto del cuerpo sufre al trabajar en casa. En las empresas, el mobiliario está pensado para trabajar: sillas, mesas y otros equipamientos tienen las características necesarias para reducir el cansancio y las tensiones musculares. En cambio, en el hogar no siempre tenemos muebles adaptados para el trabajo, con lo que se realizan tareas de larga duración sobre sillas y mesas que acaban produciendo dolores musculoesqueléticos. Problemas del túnel carpiano y dolores de espalda y cuello son los más habituales, pero también pueden darse dolores de piernas y otros síntomas.

Por si fuera poco, el hogar no siempre es un lugar seguro. De hecho, en Estados Unidos es el entorno donde más accidentes se producen. Los datos del National Security Council (NSC), muestran que en 2018 –último año con datos completos- los hogares estadounidenses registraron la impresionante cantidad de 25 millones de accidentes prevenibles. Eso significa un 53,8 por ciento de los 46,5 millones de accidentes contabilizados en total a lo largo del año.

En los hogares, los accidentes son de muchos tipos, pero destacan sobre todo las intoxicaciones: ingestión de productos tóxicos, envenenamientos fortuitos, inhalación de gases o humos… También son muy habituales en el hogar las caídas (por escaleras u otros cambios de nivel), los cortes (con cuchillos o herramientas), las quemaduras (cocinando, planchando…) y los ahogamientos (bañeras, piscinas…).

Estos riesgos inherentes al hogar se disparan a medida que se pasan más horas en casa. Por tanto, si el trabajo se realiza en el propio domicilio, muchos de estos accidentes acabarán mezclados con la tarea profesional y, por tanto, en algunos casos se pueden considerar incluso accidentes laborales.

Para protegerse mejor, además de un seguro de salud, conviene contar con un seguro de accidentes. Muchas empresas los ofrecen a sus empleados, pero no todas y, en muchos casos, no siempre son pólizas con buenas prestaciones. Si trabajas en casa y crees que no tienes una buena cobertura ante posibles accidentes, no lo dudes: necesitas un seguro de accidentes.